Diego Ventura / Foto: Tadeo Alsina.-suertematador.com/
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DE LUJO LA CUADRA DE VENTURA.
Jardinero de San Mateo.
A Juan Ignacio y Marcos, ganaderos de prosapia.
Domingo, 27 de Marzo de 2011
Guadalajara, Jalisco. Por allá por el 2007 se decía que donde pisaron los caballos de Diego Ventura no volvió a crecer la hierba, eran los tiempos de Chocolate, Distinto, Único, Guaraná y México. Qué decir ahora, después de una competencia en ruedos mexicanos sin que se midiera cara a cara con Pablo Hermoso de Mendoza, que tan en el corazón de los mexicanos está, al despedirse hoy de tierras mexicanas para iniciar su campaña en España en Granada y luego Sevilla. Se despide un rejoneador con cuadra FORMIDABLE: Cantú, Triana, Demonio, Ginés, Nazarit, Revuelo, Morante, Wellington y Califa, al cuidado de Antonio del Castillo, asentados los reales del maestro y su cuadra de alta escuela en Puebla del Río, Sevilla. Por estos rumbos, algunos apasionados y otros ignorantes, han pretendido establecer una competencia entre los dos maestros, pero esta no cabe, salvo que ambos tienen la misma profesión. Pablo revolucionó el rejoneo dándole otra dimensión que es la de torear con el caballo mismo y por eso ya pasó a la historia. Ventura está arribando a su mejor momento con profundas innovaciones, se lleva a la bestia en el costillar de sus monturas, gira su caballo frente al burel, alguna vez ha recibido en Madrid y México a porta gayola, al salir del embroque pega un recorte y los toros se desplazan como si se les hubiere dado un trincherazo con la muleta etc.. Veremos en esta temporada repetir su dosis de trofeos y triunfos en España.
Hoy, no fue una gran tarde de toros, pese que todos habían puesto empeño en que se lograra rematar la temporada con éxito. El empresario, profesional como siempre, plantó un cartel llamativo, la presentación de Diego Ventura y la vuelta a la plaza de dos triunfadores, Ignacio Garibay, que había indultado un toro de San Diego de los Padres y Joselito Adame que cosechó apéndices. El ganadero de Begoña trajo un encierro magníficamente presentado con toros de peso, trapío y edad pero que desafortunadamente no dieron el juego deseado, resultaron sosos y mansos, exceptuando quizá el corrido en cuarto lugar, “Equipazo” con el que Ventura triunfó a medias. Después de un rejón, cabalgando Triana, se fue por el segundo, castigando demasiado al burel y el animal, reducidas sus fuerzas, sirvió para el lucimiento, primero con Nazarit, con el que recorrió el aro llevando a la res en los costillares, citando en dos patas y exponiendo, con toda la belleza equina de Morante, que atacaba al toro, el vals de Ginés y finalmente la suerte de la rosa, un pinchazo y una media trasera. Con su primero, “Rey Maya”, los aplausos fueron pocos, dado que el toro manseaba y se quedaba, haciendo inútiles los alardes del maestro portugués, quien insistió primero con Revuelo, con el que dio dos giros, con Wellington puso dos pares al quiebro de categoría y con Califa se hicieron “monerías” como depositar el sombrero en la testuz acompañado de la música. Puso bien a dos manos pero falló con el rejón de muerte. Petición escasa y orejita en la mano. Respetable público y respetable juez, no la merecía, pero tantas señoritas en el tendido sacaron los pañuelitos.
Ignacio Garibay se jugaba su última penúltima oportunidad antes de partir a Madrid, primero con “Tailandés”, un cárdeno veleto, alto y al que recibió con buenos lances con la capa, presagiaba algo con sus chicuelinas, pero no estructuró su faena, ni templó a la res lo debido, el animal entonces tomó las de villadiego y se rajó, recibiendo luego un bajonazo y pitos para el torero. Con “Inprescindible”, cárdeno claro de no muy finas hechuras derribó espectacularmente al picador y luego mostró algunos extraños y un Garibay desidioso, decepcionó. Por su parte, el joven aquicalitense se enfrentó primero con “Compañeros”, donde se le vio bien con la capa, instrumentó bellas zapopinas –que Don Julián se las ha apropiado en nombre- hubo un buen tercio de banderillas con él y presagiaba éxito, dando algunos buenos muletazos con la derecha y cuando cambió de mano y distanció el trapo, mientras el toro no humillaba y salía a media altura. Lo más torero unos doblones y un desplante, fulminando a su enemigo con un bajonazo, la oreja tampoco fue merecida. ¿Qué pasará con el público de Guadalajara? ¿Habrá venido sólo a los caballitos? Con el sexto, “Histórico”, un castaño bien armado del clásico tipo Mimiahuapan, recargó al caballo y volvió a tener éxito con los garapullos pero el asunto concluyó con un Adame poco dispuesto y un toro soso. Es decir el gozo se fue al pozo y la esperanza de una tarde memorable se quedó en los cromos de las cabalgaduras de Diego Ventura y las seis reses muy bien presentadas del señor Bailleres.
Ahora toca su turno a Aguascalientes, para el 23, El Pana, Castella y Adame, el 24 con Xajay, Ortega, Perera en su mejor momento y Macías y para el 25 un cartel de tronío, Castella y una de las jóvenes y más brillantes cartas mexicanas, Juan Pablo Sánchez.
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