Fallas según lo previsto con Manzanares, Juli, Perera y Cid, Fuente Ymbro y Capea como nombres estelares y una plaza, en la ciudad de la música, sin banda, asesinando cada día el "Pan y Toros". Mientras, nuestro Patón-Castellón no se ha calentado mucho la cabeza.
Las cosas de Valencia y Castellón
Ricardo Díaz-Manresa
Las cosas de Valencia, que ya ha pasado, y las de Castellón, que están por pasar. En Valencia, han tenido una Fallas según lo previsto, salvo en dos ganaderías, Victoriano del Río y Núñez del Cuvillo, que figuraban entre las tres mejores, con El Pilar, según la opinión de los expertos durante todo el 2010.
Tampoco era de esperar unas segundas Fallas en blanco de Ponce, aunque esta vez eligió bien las ganaderías, Victoriano y Las Ramblas, no como los juampedritos del pasado, pero le salieron ranas.
Estuvieron muy bien o bastante bien Manzanares, El Juli, Perera y El Cid. Fue la gente los días que tenía que ir, por lo que no se notó la crisis los días de figuras, tres tardes. Hubo media entrada o menos los días de medias figuras o, mejor, medios toreros y además, el mundo es tan injusto que el buen tiempo también se lo llevaron los grandes.
Fuente Ymbro no falló y El Capea con la ganadería de los santos –Mateo y Pelayo- ha adquirido un gran margen de confianza. Dicen que los buenos toreros son siempre malos ganaderos, pues El Capea y Joselito Arroyo, para mí Joselito II, quieren desmentir esta teoría.
O sea, que Simón Casas, el Valdano del toreo, puede apuntar e insistir en lo que va a salir bien y en lo que no, en lo que interesa y en lo que no, en lo que debe ser hecho y en lo que no. Creatividad, calidad, buenos precios y espectáculos verdaderos.
Y, si quiere, que diga que Valencia es una gran plaza, más ahora desde la remodelación, pero no la tercera del mundo porque canta. Pongamos Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Zaragoza, Nimes, la México etc y el tercer puesto está difícil…
Incluso hemos visto las muchas orejas que se dan por dar, sin argumento ni fuste, y sin embargo el día de las actuaciones de Perera y Cid la afición estuvo en su sitio. La primera y…pañuelos dentro. A nadie le dieron dos juntas, entre lo de a pie, y el honor se lo llevó ese gran rejoneador, en la terna con Hermoso y Ventura, que es Leonado, muy bien sobrellamado Leopardo.
Me tenía que restregar los ojos ante algunos de los regalos de los presis y repetirme muchas veces, hasta creérmelo, que estábamos en una plaza de primera. La categoría, como el prestigio, como la autoridad, no se dan. Se ganan. Pero no sufran que más de uno y de dos de los cosos citados anteriormente también se las traen ya…
Valencia tiene otra gran laguna : debe ser la ciudad de España en la que hay más bandas, no digamos ya en la provincia y no hablemos de la Comunidad : pues bien la banda de la plaza, la misma siempre o cada día una, es lamentable. Salto de mi sillón cada tarde cuando oigo asesinar el “Pan y toros”, pasodoble que tanto amo y que es obligatorio o tradicional también en el paseíllo de Albacete, una de las tres plazas de mi niñez y que tanto me ayudó a ser aficionado, no sé si bueno, pero constante.
El resto de la tarde suena la música en la plaza de Valencia como una charanga de pueblo. ¡Que se fijen en Bilbao y Málaga donde se puede sacar una entrada sólo para escuchar buena música!
Y un detallito. Se gastan tres millones de euros en la remodelación y no funciona la megafonía para anunciar el toro de regalo, lamentable lapsus o quién sabe si fue lo mejor o estuvo hecho adrede. Tan penoso como el regalo, porque entonces no parecía una plaza de primera sino de pueblo.
Y en cuanto a Castellón, mi querido Patón, tan admirado por mí desde los tiempos en que toreaba y luchaba como un jabato para ser mejor torero, aventura posible, y parecer más bajo, intento imposible, no se ha calentado mucho la cabeza. Dos carteles en los que ha juntado a las seis figuras que van y no veo creatividad ni calidad en los otros seis, entre los que hay uno repe de Valencia y más de uno casi repe.
Patón es un buen taurino, al que respeto, pero Patón-Castellón debe ser más Patton.
Castellón es muchos años la primera del gran circuito, en la que casi todos quieren estar, y hay que darle más alegría. Que haga lo que dice su amigo Casas pero no lo que hace casi siempre el francés.
Tampoco era de esperar unas segundas Fallas en blanco de Ponce, aunque esta vez eligió bien las ganaderías, Victoriano y Las Ramblas, no como los juampedritos del pasado, pero le salieron ranas.
Estuvieron muy bien o bastante bien Manzanares, El Juli, Perera y El Cid. Fue la gente los días que tenía que ir, por lo que no se notó la crisis los días de figuras, tres tardes. Hubo media entrada o menos los días de medias figuras o, mejor, medios toreros y además, el mundo es tan injusto que el buen tiempo también se lo llevaron los grandes.
Fuente Ymbro no falló y El Capea con la ganadería de los santos –Mateo y Pelayo- ha adquirido un gran margen de confianza. Dicen que los buenos toreros son siempre malos ganaderos, pues El Capea y Joselito Arroyo, para mí Joselito II, quieren desmentir esta teoría.
O sea, que Simón Casas, el Valdano del toreo, puede apuntar e insistir en lo que va a salir bien y en lo que no, en lo que interesa y en lo que no, en lo que debe ser hecho y en lo que no. Creatividad, calidad, buenos precios y espectáculos verdaderos.
Y, si quiere, que diga que Valencia es una gran plaza, más ahora desde la remodelación, pero no la tercera del mundo porque canta. Pongamos Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao, Zaragoza, Nimes, la México etc y el tercer puesto está difícil…
Incluso hemos visto las muchas orejas que se dan por dar, sin argumento ni fuste, y sin embargo el día de las actuaciones de Perera y Cid la afición estuvo en su sitio. La primera y…pañuelos dentro. A nadie le dieron dos juntas, entre lo de a pie, y el honor se lo llevó ese gran rejoneador, en la terna con Hermoso y Ventura, que es Leonado, muy bien sobrellamado Leopardo.
Me tenía que restregar los ojos ante algunos de los regalos de los presis y repetirme muchas veces, hasta creérmelo, que estábamos en una plaza de primera. La categoría, como el prestigio, como la autoridad, no se dan. Se ganan. Pero no sufran que más de uno y de dos de los cosos citados anteriormente también se las traen ya…
Valencia tiene otra gran laguna : debe ser la ciudad de España en la que hay más bandas, no digamos ya en la provincia y no hablemos de la Comunidad : pues bien la banda de la plaza, la misma siempre o cada día una, es lamentable. Salto de mi sillón cada tarde cuando oigo asesinar el “Pan y toros”, pasodoble que tanto amo y que es obligatorio o tradicional también en el paseíllo de Albacete, una de las tres plazas de mi niñez y que tanto me ayudó a ser aficionado, no sé si bueno, pero constante.
El resto de la tarde suena la música en la plaza de Valencia como una charanga de pueblo. ¡Que se fijen en Bilbao y Málaga donde se puede sacar una entrada sólo para escuchar buena música!
Y un detallito. Se gastan tres millones de euros en la remodelación y no funciona la megafonía para anunciar el toro de regalo, lamentable lapsus o quién sabe si fue lo mejor o estuvo hecho adrede. Tan penoso como el regalo, porque entonces no parecía una plaza de primera sino de pueblo.
Y en cuanto a Castellón, mi querido Patón, tan admirado por mí desde los tiempos en que toreaba y luchaba como un jabato para ser mejor torero, aventura posible, y parecer más bajo, intento imposible, no se ha calentado mucho la cabeza. Dos carteles en los que ha juntado a las seis figuras que van y no veo creatividad ni calidad en los otros seis, entre los que hay uno repe de Valencia y más de uno casi repe.
Patón es un buen taurino, al que respeto, pero Patón-Castellón debe ser más Patton.
Castellón es muchos años la primera del gran circuito, en la que casi todos quieren estar, y hay que darle más alegría. Que haga lo que dice su amigo Casas pero no lo que hace casi siempre el francés.
Avance Taurino
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