José Ramón Márquez
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares acaba de nombrar hijo predilecto de la ciudad a título póstumo a Luis Gómez, El Estudiante. Ya va a hacer casi dieciséis años desde su fallecimiento, pero nunca es tarde para un reconocimiento merecido a un hombre que fue un gran señor, un caballero español, un torero elegante y una bella persona.
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares acaba de nombrar hijo predilecto de la ciudad a título póstumo a Luis Gómez, El Estudiante. Ya va a hacer casi dieciséis años desde su fallecimiento, pero nunca es tarde para un reconocimiento merecido a un hombre que fue un gran señor, un caballero español, un torero elegante y una bella persona.
Aún le recordamos del brazo de su esposa paseando por la Calle de Alcalá frente a la Cruz Blanca, con su porte de torero valiente y con la intransferible marca de su buen gusto.
Sólo queda Pepe Luis Váquez, único superviviente de la corrida del Montepío de 1944 en la que el sevillano resultó cogido y en la que triunfaron clamorosamente Manolete y El Estudiante. El maestro de la Puerta de la Carne nos podría hablar del valor y del clasicismo de Luis Gómez y, también por su experiencia, de lo difícil que debió ser compartir cartel con el Monstruo. Hace unos años, en una semblanza de Luis Gómez que publicó Suárez Guanes en ABC, se recogía esta neta lección del maestro: “Con el ganado bravo me di cuenta de que el toreo es ir siempre hacia adelante”. ¿Habrán oído los de las escuelas y esos que dicen que hoy se torea mejor que nunca hablar de Luis Gómez, El Estudiante?
Blog Salmonetes ya no....
Alexandra
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