Un David Mora imparable, otro triunfo en Logroño
2ª de la feria de San Mateo en Logroño.
Entre penas y alegrías
José Antonio del Moral
Con solo un tercio de entrada muy repartido se celebró la segunda corrida Matea que contó con una bien presentada aunque de variada cornamenta y en general muy noble de Jandilla. Salvo el segundo toro, los demás propiciaron el lucimiento de la terna en mayor o menor grado. El Cid se llevó el mejor lote del que habría cosechado un par de orejas si no hubiera fallado con la espada. David Mora que vino a sustituir a Talavante, cayó de pie en Logroño con la mejor faena de la tarde frente al quinto toro del que cortó una oreja con mucha fuerza. En el deslucido segundo, los riojanos solo pudieron adivinar qué podría hacer con más suerte. Daniel Luque cortó la oreja del tercero y pudo cortar la del sexto de haber matado mejor.
Logroño. Plaza de La Ribera. Lunes 19 de septiembre de 2011. Segunda de feria. Tarde fresca en plaza semicubierta con un tercio de entrada muy repartido. Seis toros de Jandilla, bien presentados y nobles en distintos grados de bravura y de fuerza, escasa en líneas generales.
El Cid (nazareno y oro): Pinchazo y estocada, ovación. Dos pinchazos y estocada, ovación.
David Mora (carmelita y oro): Estocada caída, silencio. Estocada trasera de tardíos efectos, aviso y oreja con fuerza.
Daniel Luque (grana y oro: Estoconazo trasero, oreja. Estocada trasera caída y descabello, aviso y ovación.
Prometo solemnemente no tomar un solo gin-tonic durante el próximo invierno por no haber podido asistir ni cantar como mereció la asombrosa actuación del único en su segunda tarde francesa. Viniendo apenado en mi coche desde Madrid, vía Puerto Piqueras, y en vista del importantísimo triunfo que logró por fin el galapagarino, al saber que en Logroño no iba a torear Talavante, pensé que le habrían llamado para sustituirle. Qué mejor ocasión comparecer en esta plaza y dar así un completo mentís a los que le acusan de no haber matado este año una sola corrida verdaderamente seria. Al llegar a La Ribera, me enteré de que la sustitución fue para David Mora. Hombre, pues bien pensado, mejor para los aficionados. Solo que, en Logroño, ayer no abundaron. Paupérrima entrada. Vamos a tener que hacer ejercicios espirituales bajo la dirección del flautista catalán, a ver si espabilamos. Y los Chopera programar los próximos Sanmateos con el único como exclusivo compareciente. Según sus cantautores es el único que merece la pena ver y contratar. No hay más que leer la cantidad de ilustres ditirambos y hasta incomprensibles memeces que se han escrito otra vez sobre el penúltimo acontecimiento para no tener más remedio que rendirnos incondicionalmente que es lo que pretende ese que me llama inmoral aunque, según testigos presenciales del evento matinal galo, la cosa no fue para tanto ni para cuanto. “¡Viva la inteligencia!”, ha escrito Fernandito Sánchez Dragó. Y tanto. Nunca nadie se llevó esa enormidad de dinero por tan poco.
Y es que, el gran problema, es que el tío siempre se lo lleva todo… Y el otro es qué pensar de lo que han dicho los más acusados defensores del mito a la vista de lo que han venido diciendo de sus siete anteriores actuaciones. Si de las regulares, de las medio qué y de la última por fin triunfal, han escrito idénticas exageraciones, cuáles han sido entonces las buenas y cuáles las malas? Según el jefe de prensa de la mafia tomasista, todas han sido geniales, únicas, maravillosas, celestiales, siderales, inenarrables, telúricas, valentísimas, purísimas, profundas, hondísimas, paradigmáticas, ejemplares, incomparables y no sé cuantas cosas más sobre su “extraterrestre” “Dios de piedra”, solo que en unas con más suerte que en otras tanto por el juego de los toros como con la espada. Bueno tío, ¿y qué…? Pues que mientras el ínclito no vaya a todas las plazas de primera empezando por Valencia en Fallas y terminando por Zaragoza pasando por Sevilla, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Bilbao en sus Corridas Generales y Logroño, alternando con las demás grandes figuras y dejándose televisar en todas, para mí lo que está haciendo este señor es una estafa como la copa de un pino y todos vosotros los que ayudáis a que se produzca. Mi amigo Zocato tampoco se ha quedado corto: A su “Espejo de la pureza” ha ñadido que dio un natural de 11,43 metros, quedándose tan fresco… A ver, que me traigan un taxi para medirlo.
Lleváis dos años diciéndole a Ponce que se vaya, que está acabado y que lo que hace ya no vale nada incluso cuando triunfa. Y se lo decís a un señor que lleva hecha la carrera más larga e ininterrumpidamente brillante de toda la historia del toreo en todo el Mundo. Y ahora llega este señorito para actuar en nueve corriditas elegidas y alternando con los más baratos compañeros que sea posible y decís, con una geta que os la pisáis, que lo que está haciendo es el no va más de la historia del toreo. Y el más importante espontáneo especialista en apuntarse a todos los bombardeos, que “levita” y que es “cuerpo glorioso, metafísico, místico y sacramental”…
Están ahora mismo varias figuras con Manzanares y El Juli a la cabeza haciendo la temporada más grande que ni soñando ha hecho nunca Tomás, y algunos hasta se atreven a ningunearles para que brille más el ilustrísimo favorecido y favorecedor. Claro, porque si no, ¿de qué?
Eso explica que en cuanto el único mató su segundo toro de Nimes, el quinto, abandonásteis el circo romano, raudos y veloces para escribir lo que podrías haber llevado escrito desde el hotel. Total, si aparte orejas de más o de menos y de salidas a hombros o no, siempre escribis lo mismo… Pero es que en vuestra huída a Ejipto, os perdísteis el triunfo mas grande de la mañana, el de Thomas Dufau. Fue entonces cuando, contado por él mismo Dragó, Simón Casas llamó por teléfono a su distinguido invitado para echarle la bronca, ya que Casas es el apoderado del joven espada francés. Hombre, por Dios, qué falta de delicadeza. Pero el colmo fue que ninguno de los propagandistas tomasianos se quedó en Nimes para ver la gran corrida de Fuente Ymbro, infinitamente más seria que la matinal de Jandilla, y se perdieron las, éstas sí, importantes faenas de David Mora y de Aguilar. Lo malo para los desertores es que quien quiso pudo verlo, pudo hacerlo por televisión en directo.
Mirad: las grandes faenas que lleva hechas este año David Mora en Madrid, Pamplona, San Sebastián, Guadalajara y la de ayer en Logroño entre otras muchas más que yo no he visto, son mucho más importantes que todas la de vuestro adorado ídolo. ¿O no?.
Fuera de bromas y de veras, ayer en Logroño dio pena ver el apenas tercio de entrada desperdigados que hubo en el coso de La Ribera. Y más pena que El Cid no le pudiera dar un solo capotazo al primer toro de Jandilla. Bravucón aunque más tirando a manso que a otra cosa. Pero luego, se dejó torear en un trasteo de menor a mayor ajuste y confianza que, por inesperado, sorprendió. Lo echó a perder con un pinchazo tras la estocada. Pero le obligaron a saludar. Con el feo aunque noble cuarto, se estiró con el capote tanto en el recibo como en el quite. En la brindada faena se confió antes que en el otro toro y, como continuó aprovechable, la logró con harto placer propio y extraño a base de excelentes naturales. Falló aún más con la espada.
David Mora lanceó rodilla en tierra y en pie por muy puras verónicas. Casi no me atrevo a escribir la palabra pura, y menos pureza que, por lo leído solo se le puede aplicar al ahora más impuro desde todos los puntos de vista y ahí están los vídeos para quien lo quiera comprobar.
Luque quitó por violentas chicuelinas ante este escarbador pero noble segundo de Jandilla, y el madrileño le respondió con limpias gaoneras. Pero el exagerado calamocheo del toro, desmereció sus muy buenas intenciones muleteras. Pero con el más bravo quinto al que recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio, David Mora fue, como tantas veces, el rotundo muletero que se ha convertido en la gran revelación del año. Estocada, aviso y oreja con fuerza.
El tercer toro no dio opción a Daniel Luque para mostrarse en su mejor versión capotera. Algo más con la muleta porque el animal, muy noble, careció de fuerza. Lo más vistoso fue la ya templada última parte del trasteo con sus pases cambiados alternando las dos manos sin moverse. El efectivo estoconazo trasero le ayudó a cortar la primera oreja de la tarde. Luque aprovechó la tardona nobleza del sexto – le sobró el segundo puyazo – en una suave aunque forzosamente entrecortada faena con el toro crecientemente agotado. Lo que no fue poco mérito. La caída muy estocada y el descabello le impidieron tocar más pelo.
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