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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 25 de abril de 2015

10ª de feria en Sevilla. Mazanares pierde la Puerta de Príncipe con su famosa espada, pero tapa la boca a sus detractores / por J. A. del Moral

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Mazanares pierde la Puerta de Príncipe con su famosa espada, pero tapa la boca a sus detractores

J. A. del Moral
Sevilla. Plaza de La Real Maestranza. Viernes 24 de abril de 2015. Décima de feria. Tarde medio nublada con casi lleno.

Seis toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y de buen juego en distintos grados. Noble sin fuerza, soso y a menos fue el primero. De gran clase aunque justito el segundo. Muy deslucido por su poquísima fuerza el tercero. Manejable con poca fuerza el cuarto. Manejable aunque tardo por el lado derecho y no tanto por el izquierdo el quinto. Tardo aunque más que manejable el sexto.

Francisco Rivera Ordóñez (nazareno y oro): Estocada caída trasera de prontos efectos, silencio. Estocada, palmas.
José María Manzanares (negro y azabache): Pinchazo muy hondo y cinco descabellos, ovación seguida de un extraño silencio tras breves palmas. Pinchazo y estocada trasera, silencio, tres pinchazos y estocada, aviso, gran ovación y apoteósica vuelta al ruedo.
David Galván (verde botella y oro): Pinchazo y estocada, silencio pinchazos y , aviso y ovación.


A vueltas con la suerte. Siempre dije que el resultado de las ferias depende de que los mejores toros que salgan caigan en las manos de los mejores toreros. Lo que iba sucediendo en la que andamos metidos es que ninguno de los buenos toros que saltaron al ruedo maestrante, ciertamente pocos, cayeron en las mejores manos. Ayer fue la última oportunidad para que, si saliera alguno realmente bueno de Núñez del Cuvillo, le tocara a José María Manzanares. De esto también Enrique Ponce ya ha padecido en esta feria en sus dos tardes.

Pero en esta feria tan comprometida para Manzanares con cuatro actuaciones, hasta ayer no le había salido ni uno solo que admitiera su gran toreo. Es absolutamente mentira que algunos de los toros que ya había matado fueran realmente buenos como se ha dicho y escrito. Son, además, mentiras malignas. Mentiras para hacerle daño. Mentiras con la intención de rebajarle la categoría y el caché. Para colmo, son mentiras que vienen de la propia profesión. De algún torero que manda mucho y que ni soñando toreará nunca como Manzanares, y de unos empresarios que también son apoderados y ganaderos que saben mucho y pueden mandar. Órdenes que, por supuesto, siempre obedecen los que se dejan ordenar y los que se contagian que hay muchos por desgracia. Órdenes que cumplirán pase lo que pase, triunfe o no logre triunfar Manzanares para que salga a la baja de esta feria. Veremos, oiremos, leeremos y contestaremos lo que digan los mentirosos mayores del Reino aunque, si a Manzanares le salieran las cosas, veríamos como no se atreven a decirle lo que le han dicho aunque no faltarán puñaladitas y pataditas en las espinillas.

En lo único que doy la razón a los antis en que si mataran toros de las ganaderías más fuertes y encastadas, no tendrían tantos toros descastados y blandos que encajar.
En la corrida de ayer, fue por delante Francisco Rivera Ordóñez que regresó a la Maestranza de Sevilla, el escenario de su arrolladora alternativa. Tanto fue así, que se convirtió en figura desde ese día y más tras torear y volver a triunfar en la siguiente. El tirón y su valeroso empeño le duró cuatro o cinco años. Y luego se acomodó aunque, poco a poco, fue convirtiéndose en un gran profesional sin mayores atractivos que los derivados de haberse convertido en personaje. En la Maestranza también tuvo Francisco una tarde estupenda dentro de ese primer periodo. Fue en la misma corrida que Joselito salió, inmerecidamente, por la Puerta del Príncipe. Esa tarde Francisco anduvo bastante mejor que José Miguel Arroyo y salió de la plaza a pie. Mira por donde… Pasado ya el tiempo, le queda esta campaña de regreso a los ruedos que, por lo que Francisco ha dicho, será también la última de su vida. Le deseamos mucha suerte. También a David Galván.

Antes de empezar a contarles lo que ocurrió ayer con los seis toros de Cuvillo, quiero decir que de los dos ejemplares premiables por los jurados que llevamos vistos hasta ayer, el que hizo la pelea más completa de principio a fin fue el cuarto de la corrida de Fuente Ymbro. En la suerte de varas superó con mucho al cuarto de Victorino. Dicho quede. Pero vayamos al grano de lo que pasó ayer.
Negro y de buenas hechuras fue el primer toro. También muy noble en el capote de Francisco Rivera por verónicas, las dos primeras genuflexo y las demás en pie, muy templadas y con buen juego de brazos que remató con media. Al llevarlo al caballo el toro le partió el capote por la mitad. Cumplió en el primer encuentro perdiendo las manos al salir. No hubo quite. Solo un recorte para colocarlo. Apenas fue castigado en el segundo encuentro. Solo el segundo par de Juan García fue realmente bueno. Rivera Ordóñez no quiso brindar su primera faena. En medio de un silencio total empezó por bajo y, de seguido, por redondos recetados a la conveniente media altura que apenas tuvieron eco aunque sonaron palmas al rematar con el de pecho. Siguió en los medios todavía con la derecha y, al bajar la mano, el animal perdió las suyas. También resultó noble por el lado izquierdo. Pero no siempre fue largo. Francisco pegó naturales de distinta traza sin poderlos ligar. El toro fue acortándose y tardeando por momentos. La poca fuerza y la sosería del animal no dieron para más. Lo mató volcándose pero la espada quedó algo caída y trasera. No obstante, tuvo rápidos efectos.

El cuarto en la arena y emplazado hasta arrancarse sin llegar. En el recibo, se quedó cortito y sin clase ni fuerza. Se defendió en el primer encuentro con el caballo. Se desentendió luego del capote de Rivera antes de su no del todo limpio quite por delantales. Manso y huidizo siguió antes del segundo encuentro con el picador. Puyacito trasero. Inédito quedó el toro aunque con los inevitables riesgos como la cogida que sufrió Juan García al ser perseguido por el toro tras clavar. Pasó a la enfermería. Muy torero el comienzo de la faena por ayudados y trincheras en el tercio de Francisco. Y en los medios, muy templado por redondos. La mejor ronda fue la primera. Noble el animal aunque a menos. Bajó el nivel al torear por aislados naturales. Y volvió a subir con la derecha aunque sin contentar a todos. Un imbécil le afeó lo que estaba haciendo y eso alteró a Francisco que, acto seguido, mal trató a su oponente. Mató de contundente estocada.

Según me contaron por la mañana, Manzanares no estaba recuperado totalmente de su gastroenteritis.El segundo toro, también de bellas hechuras, salió suelto del capote de Manzanares pero en cuanto los tomó, obedeció con templanza a las extraordinarias y lentísimas verónicas de saludo, rematadas con una larga. Fue alegre al caballo y apenas le castigaron en el primer encuentro. Manzanares quitó por dos excelsas chicuelinas y media superior. También cumplió el toro y fue cuidado en el segundo encuentro. Bien chocolate. David Galván quitó también por ajustadas chicuelinas y media muy aplaudidas. El tercio de banderilla se cubrió con la habitual brillantez de la cuadrilla de Manzanares. Especialmente por Rafael Rosa que fue ovacionadísimo. Saludó junto a Luis Blázquez. Manzanares brindó a los médicos de la plaza. Su faena tuvo el denominador común del temple y de la armonía. Los redondos y el eterno de pecho, colosales. Y la banda amenizando con “Cielo Andaluz”. Soberano en la segunda tanda rematada con una dosantina inacabable. El salir e ir hacia el toro en las pausas, fue de señor del toreo. Y los naturales de usía ligados a dos de pecho, el segundo tras cambiarse de mano. La plaza se puso en pie al consumar otra ronda excepcional con la derecha rematada con molinete y un perfumado cambio de mano. Terminó con más naturales y un cambio traducido en genial trinchera. Llevó al toro a los mismos medios para matar. Mientras se perfilaba, el cantaor Manolo Orta cantó un corto fandango que fue jaleado. En mala hora porque pinchó Manzanares quedando honda la espada. Una vez extraída, descabelló mientras sonaba un aviso. Y volvió a descabellar cuatro veces más. Una pena. Podría haber cortado dos orejas. Pérdida que aprovecharán muchos para decir que estuvo por debajo del toro y que toreó de mentira. Para mentiras, las de los contrarios. Había puesto a la plaza en pie.



Castaño y serio el quinto. Remató en tablas. Suelto de capotes. Manzanares fue a pararlo en los medios. Ahí nunca se falla. Soberbias verónicas por el lado derecho. No tanto por el izquierdo. Como antes con el segundo, la lidia en la brega fue ejemplar. Orden y concierto del matador y sus peones. El primer puyazo de Barroso tuvo que ser rectificado. Manzanares le ahorró viajes sin quitar. Tardó el toro en acudir pero fue en el segundo encuentro. Desigual pareo. Esperó y se dolió el toro al sentir los arponcillos. Gran par el tercero de Curro Javier, rey del segundo tercio. Tras tantear brevemente con la derecha, Manzanares empezó la faena por ese lado. Le tardó el animal en acudir en la media distancia. Primera ronda de menor a mayor dimensión. Aunque molestó el repentino viento, otra ronda a derechas de gran categoría. Empezó a sonar el pasodoble “Suspiros de España” Andares lentos de Manzanares a su compás. Tres redondos más, rematados con una preciosa trinchera y cogida de lleno en un desplante, sin consecuencias de milagro. Y eso que en Manzanares todo es de mentira… Siguió por naturales a media altura terminando la serie mucho mejor que la empezó con tres y el de pecho fantásticos. Cuatro más en redondísimo, de pecho y cambio de mano. Y otra vez la plaza en pie. Por tres veces citó a recibir pinchando en la última. Lo intentó otra vez y volvió a fallar. Aviso. Ayer le traicionó su famosa espada. Y más que nunca porque volvió a pinchar a volapié. Lo consiguió a la cuarta. Con los pinchazos de antes y los de este toro perdió Manzanares una salida más por Puerta del Príncipe. Pero no la rendición de los tendidos a sus pies al dar una vuelta más que apoteósica. Ahora a mamar y a tomar tila… que falta os hará.

El tercero salió muy limitado de fuerza, desmereciendo el recibo de David Galván. Se le picó de trámite. El joven matador dejó inéditas las demás condiciones del burel. No fue fácil banderillear por lo que el animal esperó y derrotó por alto en los embroques. Galván brindó al Cielo primero y luego a Manzanares. Bien por bajo a derechas y el de pecho para iniciar la faena. Luego en redondo acusando el toro su falta de fuerza en rondas muy bien intencionadas pero deslucidas. Y lo mismo o peor al natural. Prosiguió ya sin el menor interés. Galván no fue capaz de sostenerlo ni de templarlo. La única arma para remediar el defecto de la flojera. Galván se puso pesadillo y pinchó.

Negro el sexto que cerró la tarde. Muy suelto y distraído de salida. Y poca fuerza en las manos como vimos en el saludo capotero de Galván. Casi derriba en el primer encuentro con el caballo aunque salió suelto del puyazo. Tampoco quitó Galván antes del segundo del que huyó. Total, manso. Huidizo antes de esperar en banderillas. Brindis de Galván al público. Más que manejable pero tardo el toro. No estuvo mal Galván. Hasta bien en algunos pasajes. Pero le vi destemplado otra vez. Además, todavía revoloteaban en la plaza los muletazos de Manzanares. Pesaban como una losa en el ambiente. Se hartó de dar pases intrascendentes y hasta fue cogido de muy mala manera. Se deshizo de los que fueron a auxiliarle y continuó la faena ya con el toro casi parado y la gente repentinamente a su favor por la cogida. Hasta sonó la música. Valiente sí que estuvo Galván tras el percance. Terminó con un largo arrimón. También pinchó perdiendo quizá una oreja por sus ganas y valor.

1 comentario:

  1. Puede que de la antigua creencia de que el agua podía estar embrujada haya nacido la costumbre de bendecirla y así, librarla de los malos espíritus. Esos supuestos “espíritus” malignos son los que según J. A. del Moral son los detractores de Manzanares.

    Me gustaría preguntarle al crítico “del Moral”, ¿También estuvo el torero alicantino? Como para ensalzarlo de esa forma tan rotunda. No será que este torero es otro de los mimados y cariñosamente protegidos por usted.
    Parece que ciertos toreros de la Comunidad Valenciana tienen un encanto especial para usted.
    Lo mismo yo estuve en otra corrida distinta, porque yo si aprecie ver a un torero voluntarioso con ganas de agradar, pero de eso a estás como para tirar cohetes, ahí un abismo tan grande como una mascletá.

    Juan José Navarro

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