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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 21 de abril de 2015

SEVILLA... ¿SEVILLA? / por Antolín Castro







"...Si quieren perder la cabeza pueden hacerlo perfectamente en solitario. Sevilla ha perdido los papeles a la hora de ‘saber de toros’. Un triunfalismo exasperado ha arrinconado a los buenos y rigurosos aficionados que todavía le quedan..."


SEVILLA... ¿SEVILLA?


Estamos en plena feria sevillana, esa que suele marcar el calendario taurino en abril. Y de ella vamos a hablar.

Sevilla es la misma, la plaza también, pero lo que allí pasa no lo parece

Aunque siempre nos ha estado vedado como medio el acudir a la misma, sin que siquiera conozcamos las razones exactas para negarnos la acreditación que el resto del mundo taurino nos concede, es cierto que nos enteramos, la televisión se chiva, de lo que allí sucede.

A nuestros lectores, en nuestros comienzos, les ofrecimos la información completa de la feria, confiando que alguna vez nos pudieran acreditar en la misma. Así lo hicimos varios años, con traslados puntuales de nuestros redactores y apoyándonos otras veces en la televisión, pero pasado el amplio plazo de gracia concedido, hemos dispuesto que su feria no puede ser objeto de nuestro trabajo diario; de hecho, ya ni solicitamos dicha acreditación. Por eso ya no hacemos crónicas diarias de lo que allí sucede. Es esta una explicación a nuestros asiduos lectores, que como tales son los que nos merecen todo el respeto. Respeto que la Maestranza no ha tenido para con OyT.

No quiero pasar por alto el decir que su jefe de prensa, a título individual, siempre nos ha tratado con respeto y cariño invitándonos días sueltos cuando se lo hemos solicitado.

Pero no crean, no nos perdemos mucho a la vista del devenir de cuanto allí sucede. Es más, la cuesta por la que se despeña el prestigio que antaño tuvo esa plaza hace que nuestra ausencia sea menos dolorosa. Pero como la tele si sirve las imágenes, hemos optado por darles una opinión, la de nuestra compañera en México, Nadlleli Bastida, una forma de no dejar pasar la oportunidad de tener voz en esa Sevilla que antes enamoraba y ahora decepciona casi a diario.

Y como quiera que ya se han celebrado algunos festejos, me voy a permitir opinar en esta mi columna sobre lo acontecido. Del ganado hasta hoy solo Fuente Ymbro mostró una corrida seria y con toros con el nivel suficiente para llamarles así. Lo de Victoriano del Río, ganadería, junto a Garcigrande, predilecta de las figuras, de vergüenza ajena. Mal presentados, y eso que anunció el ganadero que eran bonitos, toros de Sevilla, se debieron quedar feos tras el baile de corrales. Tras de su mala presentación, el juego manso y descastado llegó a deplorable.

Pero era el gran día. Manzanares hacía el primero de sus tres paseíllos en la feria continuada, y aquello se convirtió en una locura, casi una verbena, un manicomio para los seguidores del alicantino, quien por el solo hecho de enrabietarse con su lote y ponerle la muleta aquí y allá, de cualquier manera, eso sí muy crispado, más que entregado, lo quisieron sacar a hombros por la Puerta del Príncipe. Las estocadas justifican trofeos, aunque aquí haya sido mucho más por una histeria colectiva de los tendidos, no confundir con entendidos, que se lo hubieran llevado a casa si les hubieran dejado.

Cierto que no nos acreditan pero cierto es también que para vivir en directo esa más que pasión desbordada por sus ídolos, hagan lo que hagan y lo que hagan como lo hagan, hasta un desarme fue fuertemente ovacionado, no es menester desplazarse a la vera del Guadalquivir para pasar ese bochorno.

Si quieren perder la cabeza pueden hacerlo perfectamente en solitario. Sevilla ha perdido los papeles a la hora de ‘saber de toros’. Un triunfalismo exasperado ha arrinconado a los buenos y rigurosos aficionados que todavía le quedan. Intentan defenderse, como nosotros, de ese injusto arrinconamiento, pero el desbordamiento es tal que casi es mejor no ser partícipe directo del exagerado delirio que allí se vive.

***

2 comentarios:

  1. ¡¡Hay Sevilla, Sevilla!! Que pena me das, en que poquito te pareces a lo que ha sido siempre(hablo de 15 o 20 años atrás. Esto es una plaza pueblerina por muy bien que suene la banda del Maestro Tejera y por muchos coches de caballos.
    Todo se está perdiendo, ya nada es igual, ni Sevilla ni Triana, aquella Triana alfarera y fraguera, la Triana de los gitanos de la Cava.

    Vivir una corrida de toros en Sevilla era como contemplar el rito con calma, con sosiego, con respeto para el oficiante vestido de luces, al que rara vez se le chillaba, al que se le aclamaba desde el ¡ole!, o del ¡bien! O se le hundía desde el silencio. Esa era Sevilla o su sensibilidad para ver los toros. Ahora NA DE NA.

    Un viejo aficionado

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  2. Habrá que decirle al “Viejo aficionado” que firma ¡¡Hay Sevilla, Sevilla!!, que al margen de lo taurino Sevilla es lo más cateto de España, y es que cada año se repite el “lunes de pescaíto” con el encendido de la portada se inician unos festejos de toros (fuera del Real) y de flamenco (dentro).

    Dice: Qué bonita es mi Sevilla
    en llegando el mes de abril.
    Yo me voy pa mi Sevilla
    que me quiero divertir
    emborracharme en Triana
    a orrillas del Guadalquivir.

    Ya que se habla de la sensibilidad para ver los toros hace 15 o 20 años. ¿Dónde existió y existe el sentimiento y recuerdo para el que no puede celebrar nada?, no es un despropósito de un pueblo que unas semanas antes a presumido de una devoción cristiana en la Semana Santa y después participa de la hipocresía de las tradiciones de las costumbres de un pueblo. Que por mucho que lo intente en no serlo, sigue siendo cateto. Porque no me negaran ustedes que todo es “copia” de un año para otro. ¿Dónde está la creatividad, donde el ingenio y tantos sambenitos de la gracia sevillana?.

    Vamos a dejarnos de cuentos, pamplinas, trajes de faralaes para las damas y gomina en el pelo para los jóvenes, y vamos a ser más humanos, consecuentes con los que sufre y pensemos que dependiendo en gran parte de nosotros así le irá su particular feria a los más necesitados y muchos niños visitarían por primera ver la calle del infierno.

    Ese y no otro es el verdadero “infierno” de los que viven diariamente la Feria de la escasez.

    Sergio Vélez

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