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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 17 de abril de 2015

3ª de feria en Sevilla. Oreja para Pepe Moral al final de una desastrosa corrida de Montalvo. / por J.A. del Moral




Oreja para Pepe Moral al final de una desastrosa corrida de Montalvo

J.A. del Moral · 17/04/2015
Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. Viernes 17 de abril de 2015. Tarde espléndida con dos tercios entrada escasos.
Ocho toros de Montalvo incluidos los sobreros que reemplazaron al tercero y al cuarto, devueltos por muy flojos. Bien presentados y de pobre juego salvo el sexto. Noble aunque muy a menos en brío el primero. De bravo y encastado en los primeros tercios pasó a tardo y parado en la muleta el segundo. Muy deslucido el tercero. Manejable el manso y muy huidizo cuarto. Parado el quinto. Muy noble en la muleta el sexto.

El Cid (marino y oro): Estocada muy trasera, palmas. Dos pinchazos, estocada caída y descabello, silencio.
Daniel Luque (verde botella y oro): Estocada baja, silencio. Pinchazo y casi entera, silencio.
Pepe Moral (palo de rosa y oro): Pinchazo y estocada, silencio. Estocada, oreja.

Ayer pudimos ver a tres excelentes intérpretes del toreo clásico que llegaron a La Maestranza desde tres momentos distintos según la edad y el gobierno de cada uno. El Cid, no hace mucho seguro triunfador en tardes inolvidables, inmerso en el postrero momento de su carrera profesional con las ganas intactas aunque y con sus células corporales rebeladas contra su propósito mental. Ciertamente en complicada situación. Daniel Luque a un año de su recién estrenada categoría de figura tal y como pudimos comprobar durante la pasada temporada. Fue por ello y por delante el favorito del festejo sobre el papel. Y Pepe Moral, por fin incluido en un cartel de fuste, el primero a celebrar en esta feria, con la responsabilidad de certificar de facto las esperanzas que él mismo se encargó de fabricarse en muchas de sus recientemente acontecidas comparecencias. La rivalidad, pues, está garantizada aunque no con las mismas posibilidades de cada cual y a la espera de la suerte que cada uno tenga con los toros que les corresponda de la corrida salmantina de Montalvo que hace tiempo cambió la procedencia de su primitivo encaste por el casi universal de Domecq y con no malos resultados precisamente comprobados. Repartida ya la suerte, pues, entremos en los pormenores técnicos y dramáticos de esta tercera corrida de la feria en la que se lidiaron toros de Montalvo, ganadería que trajo un buen encierro a la feria del año pasado. Desgraciadamente no ocurrió lo mismo con la corrida de ayer salva por los pelos con el sexto toro, el único bueno del envío.
El negro que abrió plaza salió con mucho brío y El Cid lo saludo con lances ganando terrero y bien intencionados pero sin poder templar todos. El toro echó la cara arriba en los embroques y el de Salteras se dejó enganchar el percal más de la cuenta. Con rectificación del piquero fue castigado levemente el toro en el primer encuentro. Mejoró en cuanto a templar el breve quite del matador. Y volvieron a librar al animal del castigo. Estupendo quite de Daniel Luque compuesto por farol, verónicas y media. Se jalearon los lances con toda razón. El toro llegó a banderillas con marcada querencia tablas pero, abierto tras el primer par de Alcalareño, quedó en mejores condiciones. El tercer par del mismo banderillero fue extraordinario. El Cid empezó la faena discretamente con la derecha y el toro se cayó al pegarle un tirón, Fue toro de cierta nota en su embestir aunque tardeó y escarbó. El trasteo continuó a derechas sin terminar de romper. Mejoró notablemente al natural por la mayor limpieza de los muletazos que tuvo que dar de uno en uno. Un ligado de pecho, estupendo. Pero la premiosidad que impuso el cada vez más agotado animal, desmereció el conjunto. Mató de estocada muy trasera.

Desazonados por lo mal que iba la tarde, soltaron al cuarto. Buenos lances de El Cid en su recibo, prontamente fastidiado por el volantín que se pegó el animal al salir de uno. Había metido la cara. Vaya por Dios. Desarmó a Manuel Jesús antes de tomar medio cumpliendo el primer puyazo. Primera caída del burel tras un par de capotazos, derrumbe entre protestas del tullido. Otro al corral. Iban dos. Qué desastre. El sobrero también fue de Montalvo. Castaño y pronto a las llamadas nada más salir al ruedo. Suelto del capote de El Cid. Y de todo. Se iba cojitranco para colmo. Manso declarado en varas. Esto va mal pero que muy mal… Muy huidizo y distraído en banderillas. Pero, menos mal, muy obediente a la muleta de El Cid que se extendió con buenos redondos tras fijarlo en los medios. Regularcitos a izquierdas toro y torero. Y otra vez bien con la derecha aunque no como en la ronda inicial. No obstante, El Cid consiguió cambiar las lanzas en cañas. Pero el toro volvió a desentenderse huido y El Cid pinchó.

El segundo toro se paró nada más salir, pero enseguida fue presto a la llamada de Daniel Luque con su magnífico capote, cuajando una tanda superior por verónicas que remató con chicuelina y media de cara factura. El toro fue con brava fijeza al primer puyazo. Metía la cara un poco violento y Luque quitó por muy ceñidas chicuelinas rematando con revolera. El segundo puyazo también lo tomó con alegre bravura. Entró Pepe Moral en lid quitando por comprometidos lances por ceñírsele mucho el toro que hasta ese momento resultó muy enrazado. Gran ovación al picador Juan Francisco Peña al salir del ruedo. Bien Abraham Neiro en palos. Y muy bien en la brega Antonio Chacón. Qué importante es llevar una buena cuadrilla. Luque brindó la faena al público en los medios. La empezó en tablas con la derecha tardando el toro en acudir a la muleta. Tras abrirlo, dos redondos y el de pecho hicieron concebir gratas esperanzas. Pero el animal siguió tardeando y empezó a quedarse corto diluyendo las ilusiones del torero y las del público. Con la izquierda solo pudo lucir Luque en una trinchera y en un pase del desdén. Tras intentarlo de nuevo con la derecha sin respuesta del animal, se fue Luque a por la espada de acero que enterró rápidamente en los bajos.

El quinto correteó distraído tras emplazarse brevemente en su salida. Suelto de dos lances de rodillas del matador. Siguieron tres delantales a pies juntos y media muy gustosos en los medios. Se picó con orden y en forma sin dañar al animal aunque sin poder evitar un primer derrumbe antes de tomar el segundo puyacito, yendo al relance. Se desentendió de casi todo en banderillas. Y llegó casi parado a la muleta. Los intentos de hacer faena dieron para poco. Pero Luque insistió consiguiendo algunos redondos a duras penas. Tres y el de pecho buenos. Luque derrochó paciencia y el público no tanto harto de la baldía jornada. Pinchazo, estocada, apaga y vámonos… Pero faltaba el sexto.

Suelto del capote y luego más fijo y noble el tercero en las verónicas de saludo a cargo de Pepe Moral. Blandeando mucho fue el toro al primer encuentro con el caballo y la gente empezó a mosquearse. Fue devuelto enseguida. En su lugar se corrió un sobrero del mismo hierro. Castaño e imponente. Remató en tablas tras salir. Sin clase y suelto del capote de Pepe Moral. Poca fuerza en los remos antes de ser picado de puro trámite. Se banderilleó con rapidez. Casi no pudo brindar al público porque el toro se le vino pronto donde estaba. A los altos con la derecha en el arranque de la faena, siguieron pases diestros en los que el animal acusó su falta de fuerza, traducida en cortedad de viajes y en amagos de perder las manos. Algunos, pocos, muletazos resultaron buenos. Pero fue imposible reunirlos hasta llegar un desarme. Fue inútil seguir. La gente se impacientó y Pepe cortó el intento de faena. Mató de pinchazo y estocada.

El castaño sexto tropezó al salir y casi se cae. Suelto del capoteo medio lucido de Pepe Moral. Muy huidizo, mejor hubiera sido dejarle que se picara solo en vez de darle tantos capotazos. Manseó en el primero formal y perdió las manos armándose el trepe ante la negativa del palco a devolverlo. No más sobreros, por favor. Cuanto antes a casa, que fue lo que estábamos deseando. A banderillas y a matar. Pero Moral lo intentó con la muleta. Altos diestros y de pecho zurdo. Y, oh milagro, el toro embistió noble en los muchos redondos de Moral con remates pectorales de categoría. ¡Música¡ También aceptó el toro algunos bellos naturales. Y más redondos pese a estar ya rajado. Arrimón en tablas. Sobró. Y estocada hasta las cintas. Oreja in extremis y nunca mejor dicho por inesperada. Pero oreja al fin y al cabo.


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