Impresentable es, representar al Partido Popular, al que insisto, van a parar los votos de la mayoría de los católicos españoles, para después, una vez elegida y colocada en la poltrona, defender el aborto, respaldar la eutanasia como “derecho a una muerte digna”, y abanderar los denominados “vientres de alquiler”.
A Cristina Cifuentes, cabeza visible del “nuevo socialismo” del Partido Popular: yo le diré lo que es impresentable
José L. Román
Todo comienza cuando la asociación de familias transexuales “Chrysallis Euskal Herria” ejerciendo su libertad de expresión, colocó por las paradas de autobús y metro en Vascongadas y Navarra publicidad en la que se podía leer la siguiente frase:
“Hay niñas con pene y niños con vulva”.
La asociación “Hazte Oír”, ejerciendo el mismo derecho que la asociación de familias transexuales como todos ustedes saben, puso en marcha un autobús con publicidad en la que se podía leer: “Los niños tienen pene”; “Las niñas tienen vulva“; “Que no te engañen”, “Si naces hombre, eres hombre”; “Si eres mujer, seguirás siéndolo”.
Y aquí es donde se jodió el invento. La primera publicidad es políticamente correcta, la segunda no. Por eso, las reacciones contra el “autobús que no miente” no se hicieron esperar. La izquierda como de costumbre, siempre que algo no le gusta porque se sale de lo marcado por el globalismo, se levanta en oleada de improperios y despliega toda su artillería. En este caso, para criminalizar la legítima protesta de “Hazte Oír” contra las leyes de adoctrinamiento sexual promovidas desde los colectivos LGTB.
Pero, hete aquí, que la presidenta de la Comunidad de Madrid doña Cristina Cifuentes, cabeza visible del “nuevo socialismo” del PP, se ha unido a la ofensiva para retirar de las calles el autobús calificando de “impresentable” la campaña de “HazteOir.org”.
Dice Cristina Cifuentes refiriéndose al autobús: “Es una provocación absoluta que en cierto modo también va dirigida a mí”. Y añadió: “El que promueve esta campaña tiene un largo historial”. Dijo también haber puesto el caso en conocimiento de los abogados de la Comunidad por si incurriera en un delito contra la Ley de igualdad y no discriminación. Y no contenta con eso añadió: “También he remitido una carta a la Delegación de Gobierno para que ponga los hechos en conocimiento de la Fiscalía”. Y para terminar, pidió “respeto” ya que en esta vida “no se puede ser tan radical”.
Desde luego, hay personajes para los que la hipocresía y el cinismo no tienen límites. La presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que muchos católicos le dieron su voto y otorgaron su confianza en las últimas elecciones, despliega también toda su artillería contra la libertad de expresión, por considerar –y esto lo digo yo-, que lo que se defiende con la protesta del autobús no entra dentro de su ideario político. Realmente inaudito. Se pone brava y campanuda, no contra la alcaldesa Carmena por sus salidas de tono y aberrantes decisiones, no. Lo hace para hacerse querer, coincidiendo y colocándose a la altura de los mismos que le desearon la muerte a través de las Redes sociales cuando tuvo el desgraciado accidente de motocicleta. De los que desearon la muerte a María San Gil. De los que se alegraron de la muerte del torero Víctor Barrios. De los que aplaudieron la muerte de Rita Barberá. De los que desearon la muerte a Esperanza Aguirre. O de los que jalearon eufóricos al sujeto que agredió al presidente de su partido en Pontevedra.
Mire señora, yo le diré lo que es impresentable. Impresentable es, llegar al poder en las listas de un partido con un programa electoral para captar el voto de los católicos españoles, y después voltear su signo poniendo en evidencia esa falsa representación.
Impresentable es, llamar a los promotores de este autobús “radicales” lanzando contra ellos toda la fuerza del poder que se ejerce, y no “mojarse” lo más mínimo, por ejemplo, contra los agresores de una chica indefensa en Murcia por llevar una pulsera con los colores de la bandera española.
Impresentable es, representar al Partido Popular, al que insisto, van a parar los votos de la mayoría de los católicos españoles, para después, una vez elegida y colocada en la poltrona, defender el aborto, respaldar la eutanasia como “derecho a una muerte digna”, y abanderar los denominados “vientres de alquiler”. Y todo ello, sin haberlo especificado antes en su programa electoral con claridad meridiana, a sabiendas de que son propuestas totalmente contrarias a la doctrina de la Iglesia católica.
Impresentable es, encolerizarse con lo que pretende el autobús de “hazte oír”, y ni tan siquiera inmutarse cuando unos jóvenes patriotas vecinos de la Comunidad que preside, son condenados a CUATRO años de cárcel por protestar sin causar ningún daño físico a nadie, contra el acto independentista que se estaba celebrando en Madrid.
Impresentable es, cargar contra los promotores de la propaganda del autobús, y no querer ver ni saber el origen de la protesta. Eso sí que es impresentable.
Usted señora Cifuentes, es cómplice del daño que la ideología de género está causando en nuestra sociedad, y que ha sido impuesta en los centros de enseñanza pública a machamartillo contra el criterio de miles de padres, que son en definitiva los que tienen el derecho a elegir la educación de sus hijos según la Constitución a la que usted tanto alude.
Usted señora Cifuentes, es el referente claro de que el Partido Popular ya no representa a los católicos españoles, pues hace años que quedaron solamente como blanco de los ataques, las agresiones y los insultos de la izquierda, sin tener representación parlamentaria que los defienda. Por lo tanto, una de dos, o usted señora Cifuentes es coherente dejando el partido para crear si quiere uno diferente y con otra doctrina ideológica, o pídale a la cúpula de su partido que dejen de confundir a la opinión. Presenten un programa claro donde se recojan sus propuestas al margen del catolicismo, para que sus votantes, católicos o no, simpatizantes o militantes que ahora mismo forman parte del partido creyendo que desde él se defienden unos ideales y una doctrina concretas, sean consecuentes y sepan lo que votan y a quienes votan.
Y para terminar, he dejado para el final lo que me parece todavía más impresentable por su gravedad, incoherente y contradictorio, y es que la Conferencia Episcopal esté permitiendo, que a través de sus medios informativos COPE y 13tv, se siga dando cancha y pagando con el dinero proveniente de la cruz que ponemos en nuestra declaración para la renta, a personajes que defienden, como en el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, propuestas políticas que chocan de frente contra la doctrina de la Iglesia.
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