La relación es larga y está recogida en noticias ya publicadas y en libros especializados, como “Vidas Rotas”, de Florencio Domínguez, Rogelio Alonso y Marcos García. Una obra imprescindible para que no se pierda la memoria y los que quieren cambiarla no lo consigan nunca.
La larga lista comienza con el atentado de la cafetería Rolando de Madrid. Entre las víctimas: María Jesús Arcos Tirado, de 28 años; Francisca Baeza Alarcón, de 45; María Josefina Pérez Martínez, de 21; Concepción Pérez Paino, de 65; y María Ángeles Rey Martínez,
Cuatro años más tarde, en agosto de 1978, falleció Emilia Larrea Sáez de Adacia tras un ataque contra la Casa Cuartel de Arechabaleta (Guipúzcoa).
Hortensia González Ruiz fue asesinada cuando viajaba junto a su novio, guardia civil, en Beasain y su coche fue ametrallado por terroristas, falleciendo también el agente.
Dorothy Fetig, murió en 1979, en la estación de Chamartín, al hacer explosión una bomba colocada por ETA. La banda había dejado otro artefacto, esta vez en la estación de Atocha, que quitó la vida a Guadalupe Redondo Vian.
Jeanine Pueyo, una ciudadana francesa, fue asesinada, en noviembre de 1980, en Tarbes, acusada por los pistoleros de pertenecer a un “batallón vasco español”, lo que era rotundamente falso. Daba igual.
María José García Sánchez, inspectora de Policía de 23 años, fue asesinada durante un operativo antiterrorista el 16 de junio de 1981 en Zarauz (Guipúzcoa).
Cristina Mónica Illarramendi Ricci, profesora de inglés nacida en Buenos Aires, murió en un atentado en Sestao, en el bar Rancho Chileno, dirigido contra la Policía, en marzo de 1982.
Joaquina Patricia Llanillo Borbolla, de 32 años, en Tolosa en febrero de 1983. Estaba embarazada y acompañaba a su marido, detective de asuntos laborales. Les acusaron de ser policías.
María Dolores Ledo García, de 25 años y embarazada de tres meses, fue asesinada junto a su marido, policía nacional, en un garaje de Bilbao, donde los terroristas tenían secuestrado a otro agente, al que remataron.
La etarra María Dolores González Catarain, dirigente de la banda que se había distanciado de la cúpula y era tachada de «chivata» y «traidora, fue asesinada por sus antiguos compinches
María José Teixeira Gonçalves, portuguesa de 27 años, murió en el atentado contra el general Garrido en San Sebastián, en el que también falleció su esposa, Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, de 57 años y madre de seis hijos, uno de los cuales fue víctima del terrible atentado, así como el soldado conductor.
Quince mujeres fueron asesinadas -de un total de 21 víctimas- en el centro comercial Hipercor: Milagros Amez Franco, de 43 años; María del Carmen Mármol Cubillo, de 36, y sus dos hijas –Sonia y Susana Cabrerizo Mármol, de 16 y 13 años-; María Teresa Daza Cecilia, embarazada; María Emilia Eyre Diéguez, de 44 años; Mercedes Manzanares Servitjá, de 30, y su sobrina Silvia Vicente Manzanares, de 13; Matilde Martínez Domínguez, de 35; Luisa Ramírez Calanda, de 41, Consuelo Ortega Pérez, de 67; Mercedes Moreno Moreno, de 36; María Rosa Valldellou Mestre, de 57; Bárbara Serret Cervantes, de 32; y María Paz Diéguez Fernández, de 57 años.
ETA asesinó a cinco niñas -11 víctimas en total- en el atentado en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza: Silvia Pino Fernández, de siete años; de Silvia Ballarín Gay, de seis; de Rocío Capilla Franco, de 12; de Esther Barrera Alcaraz y de su hermana gemela Miriam Barrera Alcaraz, ambas de tres. En el atentado murieron además María Dolores Franco Muñoz, de 36; y María del Carmen Fernández Muñoz, de 38.
Ese mismo año -1987-, la banda asesinó a María Luisa Sánchez Ortega en Bilbao, cuando pasaba al lado de un concesionario de coches en el que habían colocado una bomba.
María Teresa Torrano Francia, de 37 años, militante socialista, murió en el ataque a la casa del pueblo de Portugalete (Vizcaya).
Carmen Pascual Carrillo, de 79 años, en Madrid, como consecuencia de la explosión de una bomba en la Dirección General de la Guardia Civil.
María Cruz Yoldi Orradre, repartidora de periódicos, murió en Pamplona como consecuencia de la explosión de un artefacto contra una sucursal de una entidad de seguros.
Conrada Muñoz Herrera, de 55 años, murió por un paquete-bomba cuyo destinatario era su hijo, funcionario de prisiones.
Carmen Tagle González, fiscal de la Audiencia Nacional de 44 años, fue asesinada en Madrid por el “comando” de Henri Parot.
A Elena María Moreno Jiménez, de 32 años, la mataron a la salida de un restaurante en la parte vieja de San Sebastián, junto a su marido. Les acusaron de toxicómanos. En las autopsias, no aparecieron rastros de droga.
En abril de 1991, María del Coro Villamudria Sánchez, de 17 años, fue asesinada al colocar la banda un artefacto en el coche de su padre, agente de la Policía Nacional. .
El 29 de mayo de ese año, ETA perpetró el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic (Barcelona). Fallecieron: Maudilla Duque Durán, de 78 años; Núria Ribó Parera, de 26; Rosa María Rosa Muñoz, de 14; Vanessa Ruiz Lara, de 11; Ana Cristina Porras López, de 10; y María Pilar Quesada Araque, de ocho.
Julia Ríos Rioz perdió la vida en febrero de 1992 junto a su esposo, Eutimio Gómez Gómez, en Santander. Al paso de un furgón policial, ETA hizo estallar un coche-bomba que se encontraba estacionado junto al lugar por donde el matrimonio paseaba.
En el atentado, el 19 de abril de 1995, contra José María Aznar, en Madrid, falleció Margarita González Mansilla, de 69 años, al derrumbarse la pared de su casa sobre ella.
Josefina Corresa Huerta, de 43, murió en 1995 al estallar una bomba en El Corte Inglés de Valencia en plenas Navidades.
El 30 de enero de 1998, ETA asesinó en Sevilla a Alberto Jiménez-Becerril, de 37 años, y a Ascensión García Ortiz, de 39.
20 de agosto del 2000, la agente de la guardia civil Irene Fernández Perera, de 32 años, es asesinada en Sallent de Gállego (Huesca) por una bomba colocada en el vehículo de la Benemérita con el que ella y su compañero iban a realizar la ronda de vigilancia.
La ertzaina Ana Isabel Arostegi Legarreta, de 34 años, fue asesinada en Beasain cuando estaba regulando el tráfico.
El 4 de agosto de 2002, en el atentado contra la Casa Cuartel de Santa Pola (Alicante), murió Silvia Martínez Santiago, de seis años, hija de un agente de la Benemérita.
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