Eran otros tiempos y por menos de nada los llevaban a la cárcel. Lagartijo tuvo, en Alicante, una mala contestación al Presidente por que no podía matar a un Toro de Bañuelos... que había recibido ocho varas. Lo de Frascuelo fue en Madrid por prohibir a sus banderilleros entrar a un Toro muy protestado y tras haberle tirado de todo desde las gradas. Lo de Guerrita fue en Valladolid con un Toro de Veragua, al que se negó a matar por estar bajo un diluvio...
Si hubieran estado en Cultura, los Toros no habrían sido difíciles, el público educado y la lluvia controlada...
Publicado a finales de 1946 en El Ruedo...
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