EL PACIENTE AFICIONADO
Por Aquilino Sánchez Nodal
Aunque la voluntad del aficionado no sea la de hacer distinciones entre familias empresariales, (lino, lana, medio pelo, mafiosos y herederos del placer) y matadores de ficción, más,(desarrapados, nada, poca y media fama), las diferencias se aprecian en cuanto se mira la relación de los nombres que tienen acceso a las convocatorias salvadoras. Siempre son los mismos conjurados con sus nombres, apellidos y motes los que producen su propia exaltación estética para deleite de su espíritu, elevar su sentimiento de poder en el entorno, proclamar su belleza taurina y demostrar su claro destino de triunfadores del toreo. La fotografía publicada de los reunidos, en el hotel de siempre, nos muestra unos individuos sonrientes y seguros a los que nada les parece imposible entre el cielo y la tierra.
Lo relatado al término resulta más una novela de suspense insulso que conclusiones esclarecedoras que resuelvan los mil y un problema del sector taurino. El título es breve y abstracto, “Cumbre en la cumbre”, carente de intensidad justificadora del acto produce desasosiego en el público. Entre los asistentes al congreso no brilla, precisamente, la inteligencia, el ingenio o la intención de colaborar con los ausentes, a los que consideran empresarios “mugrillas”, críticos descarados, toreros de relleno o aficionados sin cultura taurina. Nada que coincida con su capacidad empresarial, su condición de artistas o sus dotes para la comunicación. Mi amigo, P.J. Cáceres declara que es necesaria una “revolución” en el toreo para salir de este pozo negro. Imposible con estos mimbres xenófobos.
- “Unidad para el paso a cultura y potenciar sus estructuras” ¡Toma ya!.
Después de cinco horas de “cháchara” en el saloncito inglés, los genios de la tauromaquia han llegado a esa conclusión. Quizás se trate de una exaltación mística del reverendo, Martínez Uranga, incansable buscador de máximos beneficios o del académico Oscar Martínez que sin recato pronuncia sentencia: -“Nos hemos reunido la cúpula empresarial con los matadores del grupo de en un ambiente distendido y llegado al acuerdo entre ambas partes para que los toros estén en cultura y potenciar a los “cobradores” de la Mesa del Toro, que son los representantes máximos de todos”. ¡Hay que tener cuajo y ser descarado! se aplauden ellos mismos.
Las Asociaciones serias de aficionados, los Club honestos, los Círculos de más relieve y el público en general debemos desconfiar de esta secta que no busca la salvación de la Fiesta Nacional como cultura del pueblo español, sino la continuidad del caos para ganancia de la “cúpula empresarial y de los matadores de “arriba”. La prohibición en Cataluña, ¿Qué habéis hecho para evitarla?. A burro muerto cebada al rabo.
Rubén Amón, representante del grupo de toreros de la “jet set” está de acuerdo con todo lo dicho por Óscar Martínez en contenido y formas de macho elemental. Ni siquiera se contempla la ausencia de los más interesados en salvar el negocio taurino.
Son catorce y pico hombres sin piedad, sin imaginación y sin coeficiente intelectual suficiente para que nos podamos fiar de que algo cambiará en la estructura taurina. Afuera quedan doscientos y pico mil profesionales a los que no se les ha pedido opinión. Cinco millones de aficionados que solo se les llama para renovar abonos o pasar por taquilla. Tres mil periodistas y críticos que siente pasión por las corridas de toros a los que no se les ha preguntado. Y diez mil o más personas que no saben o no contestan porque no entienden la majadería de hacer una campaña de salvación de los toros con la única intención de que, a unos les bajen el I.V.A, que no creo, y a otros, los llaman artistas. ¿Y esos catorce y pico representan a todo el toreo? ¡Estamos “apañaos”.
El paciente aficionado pide que no se reúna más, “El Club de los catorce y pico”, que se seleccione a tecnócratas de cada materia a tratar, escritores taurinos, directivos de asociaciones de aficionados y representantes de profesionales, con o sin, ser de la “cúpula” y matadores, con o sin, ser de “arriba”. Que se junten los más calificados de cada casa. Todos los guisos organizados por “ricos” no tienen voluntad de cambio e insultan a la inteligencia de los aficionados.
Tan amigos han quedado, los de la cúpula y los de arriba.
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