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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 15 de enero de 2011

Julio Robles, en el recuerdo

Julio Robles / ABC

Se cumplen diez años de la muerte de Julio Robles. Pero su toreo se apagó una década antes, el 13 de agosto de 1990, a causa de una gravísima cogida en Béziers que le postró en silla de ruedas.


En cualquier bar de carretera de la provincia de Salamanca cuelga una foto de Julio Robles, su peculiar apostura, el clasicismo de su capote y el poderío de una muleta que le encumbró en la Edad de Oro del toreo charro junto a Santiago Martín "El Viti" y Pedro Gutiérrez "El Niño de la Capea".
"Siendo un hombre temperamental, era una persona con mucha humanidad", explicó a Efe El Viti, maestro, amigo y compañero de cartel de Robles, antes de añadir que triunfó en el toreo porque "reunía condiciones en todas las suertes". En Ahigal de los Aceiteros (Salamanca), donde descansa el cuerpo del matador (que no había cumplido los cincuenta años cuando murió), uno de sus amigos, Juan Nicolás Robles, recuerda aquellas eternas tardes de invierno que el diestro pasaba en su bar "al calor de la chimenea y asando un cacho".
Sus virtudes
Como torero, llegó a ser lo que fue, gracias a que lo apoderó Victoriano Valencia, "que fue quien realmente lo sacó para adelante", explica. "Era un tipo raro: no le podías decir las cosas al instante, era mejor esperar y, una vez que hubiera recapacitado, ya le podías comentar que había estado mal con el toro", agregó. Entre sus virtudes, destaca una "gran mentalidad de servicio a la sociedad", como recuerda por su parte Alberto Estella, quien en su época de coordinador de UCD en la provincia de Salamanca convenció al matador para que fuera el primer alcalde democrático de Ahigal de los Aceiteros. "Fue un buen alcalde, lo elegimos a él por ser el mejor y fue toda una sorpresa que aceptara", evocó Estella.
Alternativa en Barcelona
Nacido en Fontiveros (Ávila) en 1951, donde su padre era secretario municipal, al poco tiempo se trasladó hasta Ahigal de los Aceiteros, se aficionó a la Fiesta y con 20 años tomó la alternativa en Barcelona de manos de Diego Puerta, quien le cedió la muerte del toro "Clarinero", de Juan Mari Pérez Tabernero, en presencia de Paco Camino.
Tres Puertas Grandes en Madrid
Tres veces salió por la Puerta Grande de Las Ventas, en 1983, 1985 y la última en la Feria de Otoño de 1989, un año antes de que, en plenitud de condiciones y en el cénit de su carrera, un astado de Cayetano Muñoz le retirara del toreo en Béziers (Francia).
Homenaje del toreo
En realidad, sólo una vez más volvió a ponerse delante de un animal, el 19 de octubre de 1997 en la finca de su amigo Enrique Ponce, en Las Navas de San Juan (Jaén), durante una fiesta de fin de temporada a la que también acudió otro de sus fieles, Miguel Báez "Litri". En la tienta de vaquillas pidió salir a la plaza y dar unos muletazos. Y así lo hizo, en un alarde de su "habitual empecinamiento", como recuerdan sus convecinos de Ahigal de los Aceiteros. Ese día salió a hombros, aupado por Ponce y Litri, al igual que también lo hizo el 15 de enero de 2001 de la plaza de toros de Salamanca, al día siguiente de morir, sujeto por sus dos compañeros y paisanos, Santiago Martín "El Viti" y Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea".
Ahigal de los Aceiteros lo recuerda con una calle y una estatua de bronce. Es Hijo Predilecto de Fontiveros y figura inmortalizada con una escultura junto a la plazas de toros de Salamanca, ciudad que durante sus fiestas patronales de 1991 le entregó su Medalla de Oro

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