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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Venezuela: la imaginación del pueblo...



El chavista Maduro monta en cólera contra Rajoy por pedir la libertad de un preso de conciencia.- CLICK

"...Imaginen qué pasaría si Rajoy enviara a la cárcel a Pedro Sánchez (secretario general del PSOE) por participar en una manifestación contra el gobierno del PP. Pues bien, es lo que ha hecho Maduro, encarcelando a Leopoldo López, su principal opositor, por participar en manifestaciones antichavistas..." 

Si España fuera Venezuela durante 24 horas, esto es lo que pasaría 


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está enfurecido con España. Ha llamado a consultas a su embajador en Madrid y ha criticado que el gobierno de Rajoy se meta en asuntos de Venezuela. 

Todo se debe a que hace unos días, el presidente Rajoy recibió en La Moncloa a Lilian Tintori. Casi nadie en España sabe quién es esta mujer rubia y delgada. Pues bien: es la esposa de Leopoldo López. ¿Y quién es ese señor? Nada menos que el candidato de la oposición que podría ganar a Maduro si hubiera elecciones presidenciales en Venezuela. Es, por decirlo así, el Pedro Sánchez de Venezuela. 

Eso nos sirve para hacer unas comparaciones curiosas. ¿Qué pasaría si España fuera Venezuela por un día? Más o menos esto: 

-Imaginen qué pasaría si Rajoy enviara a la cárcel a Pedro Sánchez (secretario general del PSOE) por participar en una manifestación contra el gobierno del PP. Pues bien, es lo que ha hecho Maduro, encarcelando a Leopoldo López, su principal opositor, por participar en manifestaciones antichavistas. 

-Imaginen que Rajoy se enfurece porque la esposa de Pedro Sánchez es recibida por el presidente de Francia, y a raíz de eso llama a consultas al embajador en París. 

-Imaginen qué pasaría si Rajoy y su familia no pueden vivir en el palacio de La Moncloa porque los hijos de Aznar, el antiguo presidente del PP, no quieren abandonar esa residencia. Es lo que pasa en Venezuela pues el presidente Maduro no ha ocupado todavía la residencia presidencial de La Casona, ya que las hijas de Hugo Chávez quieren seguir de fiesta allí. 

-Imaginen qué pasaría si cada año murieran asesinadas en España entre 15.000 y 25.000 personas. 

-Imaginen que en España la inflación fuera tan alta (digamos un 70% anual) que el gobierno ordena al INE de no hacer públicos los datos de la inflación. 

-Imaginen que los empresarios tienen que subir los salarios cada seis meses porque la inflación destruye el poder adquisitivo de los trabajadores. Y que eso no sirviera de nada porque la inflación va por delante. 

-Imaginen que el gobierno de Rajoy hubiera confiscado las propiedades de las grandes productoras trigo, ganado, de leche y cereales, y que al cabo de los años, la producción hubiera caído tanto que España tuviera que importar leche, huevos, carne, trigo… 

-Imaginen que pasaría si por la mala política económica de Rajoy las estanterías de los supermercados como Lidl, Carrefour o El Arbol estuvieran vacías, y encima el gobierno hubiera aprobado una cartilla de racionamiento para comprar en esas tiendas. 

-Imaginen que cada mañana ustedes tuvieran que hacer colas de cuatro horas para comprar productos básicos en los mercados populares. 

-Imaginen que no encuentran antibióticos, paracetamol o medicamentos básicos en las farmacias habituales. 

-Imaginen que el gobierno restringe la compra de papel a EL MUNDO y EL PAÍS, o que cerrase La Sexta porque le critica. Eso es lo que ha hecho con Últimas noticias, El Universal y Radio Caracas Televisión. 

-Imaginen que pasaría en España si RyanAir, Air France, Lufthansa o Alitalia suspendiesen vuelos a las ciudades españolas porque le gobierno de Rajoy retiene miles de millones de euros en deudas a estas aerolíneas. 

-Imaginen que Volkswagen, Ford y Renault detienen la producción de sus plantas en España porque el gobierno no les permite obtener divisas para importar repuestos, y que por culpa de eso, tienen que despedir a parte de la plantilla. 

-Imaginen que los habitantes de Madrid, Barcelona o Sevilla no pueden salir a pasear por miedo a ser secuestrados, asesinados o robados. 

-Imaginen que la luz se va periódicamente en grandes ciudades debido al mal estado de las infraestructuras eléctricas. 

-Imaginen que hay evidencias de que importantes cargos del gobierno se están llevando comisiones no de miles, ni de millones, sino de cientos de millones. Gürtel, tarjetas black, Púnica, y otras operaciones serían un juego de niños. 

-Imaginen que en lugar de exportar aceite de oliva, España tuviera que importar aceite de oliva refinado porque el mal estado y el abandono de las almazaras (que serían públicas) impiden ofrecer ese producto español al pueblo. Eso es lo que pasa en Venezuela con la gasolina, a pesar de ser uno de los mayores productores de petróleo del mundo. 

¿Creen que resistiría mucho en el poder el gobierno de Rajoy? 

Vamos, no duraría ni un segundo. 

Mientras tanto, en Venezuela…


4 comentarios:

  1. Lo que si nos podríamos imaginar es que todo eso que ocurre en Venezuela podría suceder en España si esta recua de rojos, amigos de torroristas y enemigos de los toros, encabezada por el tipo ese de la coleta, asaltara el poder. No es que la cosa vaya muy bien con lo que tenemos pero una imitación de Venezuela sería desastroso..

    José Rivera

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  2. El tipo ese de la coleta hoy por hoy está enfadando a más de uno ¿y es que sea colorao tiene algo de malo?...En estos momentos los que hay en la cárcel por LADRONES ¿son rojos o azules?.

    Pepe Rivera ¿cuantos rojos hay hoy en la cárcel?

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  3. Si el resultado de las elecciones europeas dejó asombrado al PP, este de ahora del CIS, lo deja descolocado y desbarata toda la hoja de ruta de Mariano Rajoy.

    Al mismo tiempo se observa la cara de “cabreo” de ciertos comunicadores sectarios y que en su línea habitual parecen “políticos del Partido Popular” ¿Verdad Antonio Jiménez y demás comparsas de 13 TV?.

    Preocupados también, mucho, pero sobre todo extrañados. No esperaban sólo cuatro millones de votos. Relativizaron, confiaron en la recuperación económica y se consolaron con la idea de que en estas citas electorales se suele manifestar un voto de castigo. Ahora, todavía en la fase de descifrar qué ha pasado o qué es eso de Podemos, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecha pública (y con retraso) el miércoles les ha desbaratado. En estos momentos, no entiende nada.

    A la espera de que este sábado Mariano Rajoy, en la clausura de la convención de buenas prácticas que el PP celebra en Cáceres, señale los pasos a seguir, el partido se expresa de manera diversa e incluso divergente, dejando en evidencia un profundo estado de confusión. El CIS ha sido una puñalada en el corazón.

    El argumentario distribuido ayer entre sus cargos trató de atemperar los ánimos con mensajes, reiterados en los últimos meses, como que “el apoyo de los ciudadanos consolida al PP como la primera fuerza política” o que “en un momento político muy complicado siguen respaldando la estabilidad”. Por primera vez se alude a Podemos, aunque sin citarlo: los españoles han alcanzado su crítica en un momento difícil concreto a través de un partido del que no se conocen con claridad sus políticas. La prioridad, añade el texto, es recuperar la confianza de los españoles. Nos preocupa, continúa, lo mismo que a ellos: el paro, la lucha contra la corrupción y la protección de los servicios sociales.

    Pero ni el reparto de estas ideas-bálsamo a través del correo electrónico evitó ayer que dirigentes populares, en distintas declaraciones públicas, hicieran patente su inquietud. Un hombre tan reconocido en el partido como el presidente del Congreso, Jesús Posada, recién aterrizado de México en viaje oficial, aseguró que hay que “ponerse las pilas”. “Se están haciendo cosas importantes, pero no llegan a la gente. Hay que dejar claro que la corrupción es inadmisible. El que la hace la paga y no hay vuelta de hoja y así debe de ser”, defendió.

    En una línea similar, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, llamaba desde Galicia a “tomainota” del mensaje del CIS y a seguir “esforzándose”. Ningún partido puede sentirse vencedor ante un barómetro, dijo, que evidencia “una enorme desconfianza” hacia la política. “Aun siendo conscientes de que las encuestas son encuestas, es una llamada de atención clarísima a esforzarse a los partidos que quieren ser del gobierno”, insistió.

    Hasta la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se salió de los márgenes del discurso municipal para indicar que comparte el hartazgo de la mayoría de los ciudadanos y los deseos de regeneración de la vida en nuestro país. Botella instó a los órganos de dirección de su partido a hacer lo necesario para recuperar la confianza de los españoles.

    La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, muy valorada en el PP pero a quien se reprocha un perfil excesivamente técnico, afirmó en Santander que “a los ciudadanos hay que escucharles”, pero que hay que seguir “trabajando”, “gobernando” y “realizando reformas”.

    Continuara

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  4. De todos los que se pronunciaron ayer fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien más se esforzó en mirar hacia fuera en lugar de hacia dentro. En una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, sostuvo que partidos como Podemos «son muy peligrosos, pero no para el PP, sino para la democracia». «Cuando protestan contra todo pero no dan soluciones a lo mejor nos están engañando a todos», manifestó, después de que el CIS apuntara esta semana que en caso de haber elecciones generales ahora el PP lograría el 27,5% de los votos, el PSOE el 23,9% y Podemos, el 22,5%.

    La intención de Cospedal fue defender con uñas y dientes la gestión de Rajoy y la suya en el PP. Hasta el punto de que aseguró que tiene que volver a ser el candidato, porque “es el mejor”. El simple hecho de que Cospedal tenga que decirlo —antes que ella algunos barones autonómicos ya lo han hecho— muestra la profundidad del debate interno que la secretaria general trató de acallar con una llamada al orden.

    Según señaló ayer Cospedal, Podemos es un partido de extrema izquierda que tiene como modelo a Venezuela y supone una amenaza para la división de poderes, la independencia judicial o la libertad de prensa. En una línea muy similar se expresó la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.

    Para Cospedal, el crecimiento de Podemos está vinculado a la crisis económica y la indignación ante los casos de corrupción, pero su vaticinio es que cuando haya realmente que votar la gente decidirá en función de realidades y propuestas y no de «altas filosofías» o de «estar a la contra de todo». Por eso -al contrario de lo que piensan otros dirigentes- dijo que en el PP no hay sensación de «descalabro». Cospedal cree que tienen tiempo de recuperarse electoralmente porque los españoles saben que el PP «trabaja para crear empleo», mientras que otros, en referencia a Podemos, devolverían a España «al hoyo más profundo».

    Cospedal planteó la situación como una batalla de resistencia, el campo preferido de Rajoy y por tanto de sus fieles. Y dibujó a los dirigentes que, en privado, están pidiendo renovación como unos “cobardes” que no son capaces de capear el temporal de los escándalos de corrupción y solo se les ocurre pedir cambios en la cúpula: “Esos anónimos son los que cuando llegan momentos difíciles no dan la talla, no saben resistir y dar soluciones y quieren tirarlo todo por la borda y hundir el barco para salvarse a sí mismos”.

    "Formaciones como Podemos son muy peligrosas", según Cospedal, también "para la democracia".

    En una línea muy similar se expresó la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.

    Esperanza Aguirre, se refirieron este jueves a la situación interna de su partido con una misma idea: un barco que algunos quieren hundir, o incluso que “parece que se va a hundir”, según la expresidenta de Madrid. Ella usó esa idea para rechazar su propia dimisión en este momento. Y la secretaria general para defender a Mariano Rajoy frente a quienes piden renovación. Pero las dos mostraron públicamente lo que es una evidencia en privado: el PP vive tal vez el momento interno más tenso de la legislatura, con las elecciones locales a pocos meses y una sensación extendida de que el partido y el Gobierno son incapaces de recuperar el pulso y evitar una debacle electoral.

    Florencio De Las Heras

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