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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 19 de abril de 2016

RETAZOS TAURINOS (VIII) / por EDUARDO SOTO


Antonio Ordóñez - "La hora de la verdad"

"...Como ayer se celebró el Día Mundial del Arte, quizás sea oportuno recordar a un Maestro del Arte de Cúchares, Antonio Ordóñez, diestro descollante de la más reciente y famosa dinastía rondeña, quien definía la tauromaquia artística como el balance perfecto entre el riesgo y la estética. Buena definición, breve, concisa y precisa, ¿No les parece?..."


RETAZOS TAURINOS (VIII)


EDUARDO SOTO
Mérida-Venezuela
El primer lidiador profesional en morir por asta de toro en España, del que se tenga evidencia documental, fue el picador Marcos Sáenz, quien falleció en Sevilla el 10 de junio de 1747. El picador de vara larga, como entonces se conocían, participaba junto con otros colegas, en un festejo con toros de Don Juan Briones, y un ejemplar, que ya había dado muerte a dos caballos, a la tercera entrada derribó el jamelgo y arremetió contra Marcos, causándole la muerte en el acto.

El Teniente Maestrante, ordenó que se le donara a la viuda 1.188 reales. No sabemos la equivalencia en moneda actual, pero es ilustrativo recordar que en esa temporada Pepe-Hillo había firmado con los Maestrantes una exclusiva de diez corridas por un total de 9.000 reales, de lo que se deduce que le dieron a la viuda del picador más de lo que cobraba un buen matador de toros por corrida.

De algunos toreros se dice que los respetaron los toros, pues no pasaron nunca por el hule. El ejemplo por antonomasia es el gran Pedro Romero, torero rondeño nacido a mediados del siglo XVIII, nieto, hijo y hermano de toreros y se dice que su abuelo Francisco, fue el primero en emplear estoque y muleta para matar un toro de lidia. Pedro ya pregonaba en su época que el toreo no se hacía con las piernas sino con las manos y fue maestro de Cúchares y Paquiro. Fue nombrado a los 76 años, por propia petición no exenta de controversia, primer maestro de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. El mítico diestro tuvo una larga trayectoria, mató más cinco mil toros sin recibir cornada y liquidó su última res en 1831. Murió en su Ronda natal a los 85 años, en 1839.

En la Plaza de Acho, en octubre de 1967, durante la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros, fue arrestado El Niño Sabio de Camas, Paco Camino, por negarse a matar al segundo toro de su lote, quinto de la tarde.

Aconteció que su primer toro fue un manso, que no permitió lucimiento alguno y el matador fue abucheado. Al salir su segundo, resultó también manso de solemnidad y el público obligó a cambiarlo pero, para colmo, el sustituto demostró, a su vez, extremada mansedumbre y hubo que retirarlo a los corrales. Estando así las cosas, saltó a la arena un ejemplar de La Viña, misma ganadería del anteriormente devuelto, que resultó ser un toraco grande y cornalón, a quien Camino le agarró asco, abrevió la faena, entró a matar, pinchó muy feo y entonces el espada se negó a continuar, se armó la gran bronca, la autoridad decretó su arresto por veinticuatro horas, el diestro fue detenido y trasladado de inmediato a una Comisaría.

Ahora bien, sucede que la cosa no quedó allí, pues se encontraba en Lima, Manuel Benítez, El Cordobés, quien se apersonó en el lugar para interceder por su amigo. Sus esfuerzos resultaron vanos, por lo que entonces mandó a traer una guitarra, comida y bebida del famoso Hotel Bolívar y se armó la parranda en la Comisaría. Hay que señalar que Camino, quien se presentaba en Acho por quinta vez, era muy conocido y admirado por el Comisario y los policías, quienes no podían liberarlo pero sí hacer más llevadero su arresto, el cual transcurrió en franca y cordial camaradería.

Hoy día, el ya no tan Niño pero siempre Sabio diestro de Camas, con sus setenta y seis años, vive retirado tranquilamente en su finca de Andalucía, de donde sale para asistir a tal cual Feria, pero, debido a su trasplante de hígado del que, gracias a Dios, se ha recuperado, ya no puede tomarse un par de copas, como en aquella animada velada de su arresto, en una Comisaría del centro de Lima.

Como ayer se celebró el Día Mundial del Arte, quizás sea oportuno recordar a un Maestro del Arte de Cúchares, Antonio Ordóñez, diestro descollante de la más reciente y famosa dinastía rondeña, quien definía la tauromaquia artística como el balance perfecto entre el riesgo y la estética. Buena definición, breve, concisa y precisa, ¿No les parece?


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