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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 1 de marzo de 2017

Roig pide medio perdón / por Juan Manuel Rodríguez



Supongo que para congraciarse con el colectivo y evitar así que Victoriano pase factura, el Villarreal pidió perdón al árbitro... pero no al Real Madrid. Al referirse a las bolsas y añadir que no sabía lo que había en ellas, Roig acusó veladamente al árbitro de haberse vendido y al Real Madrid de haberlo comprado.

Roig pide medio perdón

El Villarreal pidió ayer perdón (a su manera) tras las lamentables declaraciones de Fernando Roig del domingo y lamentó que el árbitro hubiera encontrado en el parabrisas de su coche al final del partido contra el Real Madrid un cartel en el que podía leerse "ladrones". Digo que pidió perdón a su manera porque, casi 48 horas después de lo sucedido, explicó en un comunicado que su intención no había sido la de dudar de la honradez del árbitro o de sus ayudantes cuando eso fue justamente lo que hizo Roig en la Cadena Cope, poner en duda la honradez de Gil Manzano a quien Escribá pilló in fraganti y con las manos en la masa cometiendo el pecado mortal de llevarse una bolsa repleta de bolígragos, pins y llaveros valorados en 30 euros. ¡Y ni siquiera tuvo la decencia de esconderlos en la maleta!...

Supongo que para congraciarse con el colectivo y evitar así que Victoriano pase factura, el Villarreal pidió perdón al árbitro... pero no al Real Madrid. Al referirse a las bolsas y añadir que no sabía lo que había en ellas, Roig acusó veladamente al árbitro de haberse vendido y al Real Madrid de haberlo comprado. El Madrid no va a entrar en esa pelea porque a Florentino Pérez sí le importa, y mucho, la imagen que transmita al exterior el club que preside, pero pedir perdón, presidente Fernando Roig, pedir perdón de verdad y no de boquilla, pedir perdón con sinceridad, abiertamente y no al cuello de la camisa, habría supuesto incluir al club blanco entre sus agraviados. Debe ser que, para los responsables del Villarreal, el Real Madrid no merece ser perdonado por haber regalado unos llaveros.

Tampoco entendí muy bien la rueda de prensa de Fran Escribá. Si nos ceñimos a lo dicho por Roig ("el árbitro ha salido con unas bolsas del Real Madrid y eso no le ha gustado al entrenador") fue el propio Escribá quien descubrió el pastel. Es más, parece que alguien le dijo al árbitro o a uno de sus ayudantes que se tapara un poquito. Pero Escribá dijo que se había exagerado todo un poco... ¿Quién exageró? ¿Exageró el árbitro? ¿El Madrid? ¿Lo hizo Butragueño? ¿Quién sacó las cosas de quicio?... Exageró el propio Fran Escribá, que, en vista del lío, quiso quitarse de en medio. Tampoco Escribá pidió perdón al Real Madrid ni a sus jugadores, directivos o aficionados. No se ha dicho hasta ahora pero convendría recordar que el equipo blanco escribió el domingo en el Estadio de la Cerámica una de las páginas más bellas de la historia de este deporte , un momento mágico que alguien pretende hurtarnos con la excusa de unos pins.

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