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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 15 de noviembre de 2022

CR7: su error fue bajarse del Madrid / por Juan Manuel Rodríguez



"...Desde la admiración que le tengo y el respeto que, como madridista, le debo, me dio un poco de pena observar cómo este pasado verano el representante de Cristiano lo exhibía por ahí como se pasea por El Rastro una cheslong. Cristiano Ronaldo no se merecía eso, no se merecía aparecer en la prensa como objetivo del Barcelona, no se merecía estar en boca de todos por una oferta del Atleti, que luego desmintió el propio Cholo. La leyenda de Cristiano no se merecía semejante desprestigio..."

CR7: su error fue bajarse del Madrid
Juan Manuel Rodríguez
Como con una cebolla, lo de Cristiano también tiene varias capas. El error de CR7 no fue irse a la Juve, que al fin y al cabo es un grande de Europa, o luego al United, que es otro club histórico. El error de Cristiano fue irse. Punto. Su error fue marcharse. Del Real Madrid te tienen que echar, no te puedes ir. Yo entiendo que un alpinista quiera completar todos los ochomiles, lo comprendo, pero cuando alcanzas la cumbre del Everest, que está a 8848 metros sobre el nivel del mar, por mucho que busques no vas a encontrar otra montaña más alta que ésa porque no la hay. También te puede pasar que te creas más importante que el propio Everest, que es lo que en su día le pasó a Cristiano. De modo que el error del mejor futbolista del último cuarto de siglo junto a Messi no fue irse a la Juve, que es un buen destino, o luego regresar al United, que también lo es, sino bajarse del Madrid.

Yo creo que con el Real Madrid debe pasar algo parecido a lo que ocurre con la salud. Cuando estás bien, cuando tienes salud, das por hecho que eso siempre va a ser así y no le das demasiada importancia, pero si tienes la mala suerte de enfermar y, entonces, echas para atrás la vista, recuerdas lo bien que estabas cuando estabas bien, o sea cuando tenías salud. Yo creo que cuando uno es, como Cristiano, un crack mundial, acaba olvidando lo que supone jugar en el Real Madrid. No me refiero a los Lucas Vázquez, Mariano o Vallejo, por ejemplo, que esos lo tienen claro y por eso no se mueven de ahí ni con agua caliente, no, me refiero a ese tipo de futbolista que no es ya únicamente un jugador sino una corporación con piernas, una sociedad anónima deportiva andante. Por eso es tan relevante (y tan significativo) que futbolistas como Benzema o como Modric (o como Rudiger hoy mismo) valoren lo que supone vestir esa camiseta. Esos jugadores son muy importantes, importantísimos, pero nunca tanto como el club. Cristiano se olvidó de eso. Cristiano creyó de verdad que la Tierra dejaría de girar alrededor del sol cuando él se fuera, pensó en serio que su carrera deportiva continuaría ascendiendo más allá de los 8848 metros de altitud, y, claro, se despeñó. Desde 2018 Cristiano ha perdido valor como futbolista, se ha depreciado clarísimamente, ha perdido pie, no ha sido capaz de esquivar el alud. Si hoy, cuatro años después de su marcha, Cristiano siguiera aquí, su nombre probablemente seguiría estando entre los candidatos al Balón de Oro y él habría contribuido a conquistar otra Champions más. Hace unos meses, y como él no estaba, el protagonista pasó a ser un chaval de 22 años que hace cuatro jugaba en el Flamengo y hace tres en el Castilla.

Desde la admiración que le tengo y el respeto que, como madridista, le debo, me dio un poco de pena observar cómo este pasado verano el representante de Cristiano lo exhibía por ahí como se pasea por El Rastro una cheslong. Cristiano Ronaldo no se merecía eso, no se merecía aparecer en la prensa como objetivo del Barcelona, no se merecía estar en boca de todos por una oferta del Atleti, que luego desmintió el propio Cholo. La leyenda de Cristiano no se merecía semejante desprestigio. Hoy (ayer, para ser exacto) Cristiano estalló en un programa de TalkTV, estalló contra el United y rompió todos los puentes con su entrenador, del que dijo barbaridades. Si yo fuera Ten Hag no se lo tendría en cuenta porque, a estas alturas, me parece que Cristiano ya no es dueño de su propia leyenda, que galopa a lomos de un caballo libre y salvaje.

Dentro de un par de años se cumplirá el centenario de una gesta deportiva mal pagada. En 1924, poco antes de hacer presumiblemente cumbre en la montaña más alta del mundo, a George Mallory le preguntaron por qué quería subir al Everest y, aunque no esté suficientemente acreditado, aseguran que respondió lo siguiente: "Porque está ahí". Fue su mujer la que, tras las intentonas de 1922 y 1923, le instó a que saciara su hambre de gloria y volviera a intentarlo para, así, conseguir al fin vivir en paz. Ya no bajó. Encontraron su cadáver más de setenta años después, en 1999. La ventaja de Cristiano con respecto a Mallory es que el fútbol está muchísimo mejor pagado que el alpinismo y que él aún puede bajar, el inconveniente es que no creo que Florentino Pérez le deje hacerlo. No es cierto que, con su adiós, perdieran los dos, el Real Madrid y él. Yo sólo vi perder a Cristiano por un ego mal canalizado. El Madrid siempre se reinventa, siempre se ilumina, siempre está ahí, como le pasa al Everest. Da pena ver así a Cristiano y más pena aún da pensar en lo que pudo haber seguido siendo y sin embargo no fue.

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