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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 14 de noviembre de 2022

Valdemorillo, verdad / por Pla Ventura

"...Este tipo de espectáculos debe de proliferar por el bien de la fiesta puesto que, al fin y al cabo, se trata de lidiar toros pero a cuerpo limpio, sin duda, la hazaña más bella que pudiéramos imaginar. Analizo esos pasajes de la lidia del toro en puntas y con el hombre burlando la fiera a cuerpo limpio jugándose la vida en dicho envite y me destoco ante estos hombres arrogantes frente al toro y humildes como pocos en la vida real..."

Valdemorillo, verdad
Pla Ventura
Toros de lidia/14 noviembre, 2022
Todavía sigo emocionado tras presenciar el festejo de recortes que se celebró en Valdemorillo el pasado sábado, era la final de dicho campeonato en el que propios y extraños vibramos todos al unísono. Muchos fueron los participantes quedando como ganador absoluto del certamen Paquito Murillo, un chaval que compitió con sus compañeros quedando, como digo, en el pódium en reñida competencia con sus colegas.

Tras todo lo visto, no me hubiera gustado nada estar entre los miembros del jurado que tuvieron que dilucidar mucho para proclamar como ganador al mencionado Paquito Murillo. Y lo digo porque el nivel que vimos en dicho festejo nos pareció de una categoría sublime. Barrunto que debió ser muy costoso declinar la balanza a favor del chico premiado porque, reitero una y mil veces, el espectáculo alcanzó tintes de epopeya si de recortes hablamos.


Como quiera no soy experto en nada, si de recortes hablamos, lo que pude ver en Valdemorillo lo califico como la más absoluta verdad entre un hombre y una fiera. Ya quisiéramos, los aficionados a los toros en lo que a su lidia y muerte se refiere, gozar como lo hicimos el otro día en Valdemorillo. Insisto que, todos los chicos se jugaron la vida con una limpieza inusitada, con un valor fuera de lo común, con una destreza apasionada puesto que, todo lo que hicieron rayó en la más absoluta verdad y, en los toros como en cualquier faceta de la vida, hablar de la verdad son palabras mayores.

Este tipo de espectáculos debe de proliferar por el bien de la fiesta puesto que, al fin y al cabo, se trata de lidiar toros pero a cuerpo limpio, sin duda, la hazaña más bella que pudiéramos imaginar. Analizo esos pasajes de la lidia del toro en puntas y con el hombre burlando la fiera a cuerpo limpio jugándose la vida en dicho envite y me destoco ante estos hombres arrogantes frente al toro y humildes como pocos en la vida real. Ya me gustaría saber todas las variantes de las suertes que llevan a cabo los recortadores pero, con decir que todas me emocionan creo que está dicho todo. El salto del ángel, el salto mortal en sus distintas acepciones, el quiebro por la espalda, ese mismo quiebro pero de rodillas…..todo un cúmulo de suertes que, como explico, emocionan a propios y extraños.


Si de lo que se trata de contemplar como un hombre se juega la vida de verdad, sin cuentos ni máculas, debemos de acudir a este tipo de festejos a los que todavía les falta mucho para lograr el llamado arraigo popular pero, al paso que vamos y con la atención que les prestan las televisiones, barrunto que, dentro de poco los recortadores serán la base de cualquier feria que se precie, como lo era antes los espectáculos cómico taurinos en los que, un grupo de enanitos hacían las delicias de las gentes. Quiera Dios que no la emprendan ahora contra estos hombres apasionados que, su único fin no es otro que jugarse la vida a cambio de un módico salario que, en muchas ocasiones apenas les llega para el desplazamiento.


En los toros cada cual ocupa su parcela y su momento de gloria pero, no es menos cierto que, si de toreros hablamos, éstos a la hora de la lidia como sabemos utilizan lo que se denomina como en el engaño, tanto si se refiere al capote como a la muleta o, dicho de forma genérica, los engaños de torear. O sea que, estamos utilizando el verbo engañar si de toreros hablamos, la definición de los trastos utilizados por el diestro es el sinónimo de lo que decimos. Por dicha razón, cuando dialogamos de recortes y sin tener necesidad que atenernos a la palabra engaño, es cuando dicho espectáculo toma una relevancia desmesurada puesto que, como antes dije, todo se basa en la más absoluta verdad, sin colorantes ni edulcorantes; el hombre hace sus funciones como “gladiador”, se pasa el toro por la faja a cuerpo limpio y sin más armas que su propio corazón, así discurre una tarde toros a la que denominamos como recortadores. Vítores, por tanto, hacia esos hombres abnegados que, como antes contara, quiera Dios que sea pronto antes que tarde, se les reconozcan sus enormes méritos.

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