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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 15 de enero de 2014

Perdidos en un laberinto / Por Álvaro R. del Moral



"...Es el caso de Enrique Ponce, que se ha convertido en un nombre imprescindible a lomos de una temporada apabullante, de su condición de tabla salvadora para remendar desgarrones baratilleros y la decisión personal -anda preparándose como un adolescente- de volver a algunos escenarios. Apunten dos fechas posibles: Resurrección en Sevilla y Beneficencia en Madrid..."

Perdidos en un laberinto

Por Álvaro R. del Moral 

Primeros (pocos) movimientos. 
Las extrañas circunstancias que están rodeando el estreno del nuevo año taurino no permiten aventurar aún demasiados movimientos. Pero no se preocupen, nuestra capacidad de asombro seguirá siendo puesta a prueba. En cualquier caso, hay maestros que andan sacando brillo a medallas. Es el caso de Enrique Ponce, que se ha convertido en un nombre imprescindible a lomos de una temporada apabullante, de su condición de tabla salvadora para remendar desgarrones baratilleros y la decisión personal -anda preparándose como un adolescente- de volver a algunos escenarios. Apunten dos fechas posibles: Resurrección en Sevilla y Beneficencia en Madrid. Y ya que hablamos de fechas, en la rumorología taurina se hacen y deshacen algunos carteles que certificarían el definitivo alejamiento del Club de los Cinco de la plaza de Sevilla: ¿Finito y Morante ampararán la reencarnación de José Tomás en la Pascua malagueña? ¿El propio Ponce abriría cartel a El Juli y Manzanares en el baile de disfraces de la Picassiana del Sábado Santo? Casas anda soñando…

Fías y porfías a orillas del Guadalete. 
Pero el inefable gestor francés habría dejado de tocar la lira para disparar algunas salvas a orillas del Atlántico poniendo en la picota los recovecos del nuevo pliego de condiciones del coso del Puerto de Santa María. Y es que la licitación de la Plaza Real podría haberse convertido en la piedra de toque del particular pronunciamiento de la clase empresarial, resuelta y dispuesta a rebajar algunos arrendamientos que ya provocaron desbandadas generales en Málaga, Granada o Alicante. Millán Alegre, concejal responsable de la plaza portuense, defendió la supuesta bondad del pliego de condiciones y no tardó en responder con toda la artillería posible a las denuncias de Casas. Alegre ha acusado al productor de arte de una política de río revuelto que perseguiría “desacreditar el pliego para desanimar al resto de empresarios y dejar desierto el concurso para llegar ellos como salvadores y únicos posibles gestores de la plaza”. Mucho más diplomático, el empresario Maximino Pérez también había puesto reparos al documento y Carmelo García habría engrosado este coro de desilusiones señalando que “en esas condiciones es imposible que cualquiera que se presente pueda defender con dignidad una plaza tan emblemática”. Es el mismo caldo de cultivo que habría enmarcado la salida de Juan Bajo de la exánime plaza de Jaén doliéndose de las exigencias económicas de la propiedad del recinto después de salvar la última feria de San Lucas a punto de sonar la campana. Así está el panorama. Y lo que te rondaré, morena.

Retiros, presencias y una despedida. 
La sorprendente retirada de Rafael Cuesta, un subalterno de la clase alta del escalafón de plata, ofrece motivos para la reflexión. Dicen que había encargado vestidos, que su nombre estaba confirmado en las filas de Morante… La lista de banderilleros en plenitud de facultades y profesionalidad que verán descender bruscamente su agenda de actuaciones seguirá engordando en la próxima temporada. A algunos ya no les salen los números y este cambio de parejas podría continuar. Hay un dato revelador: Morante, que ya no figura en el Grupo Especial que le obligaba a llevar fijos a todos sus hombres, dejará libre el hueco de Rafael Cuesta y lo irá cubriendo de forma rotatoria. Hay más cosas en la alforja: Espartaco ha renunciado a vestirse de torero en las Fallas. ¿Cambiará de escenario y padrino la alternativa de Javier Jiménez? ¿Se consumará la arriesgada vuelta del Soro? Y no podemos bajar el batiscafo sin enviar un fuerte abrazo a una familia ganadera del campo charro: Nicolás Fraile, guardián de los lisardos de Valdefresno, nos dejó la semana pasada. Sus hijos sabrán continuar con su exigente y valioso legado.
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