Y será especial por muchas cosas. La primera es que ya están en el banco de Plaza 1 los dineros de todos los abonados a ¡San Isidro!, que se dice pronto, pero mientras los bolsillos de los abonados ya no tendrán para los torrijas de Semana Santa, la empresa venteña puede hasta invertir con los millones recaudados. ¡Cómo cambian los tiempos! Esperemos que, por lo menos, gasten en pintura y saneen el estado lamentable de la plaza.
La desaparición de Canal Toros es otro motivo para considerar especial esta temporada. El nuevo canal de streaming, a llamarse Mundotoro tv, será el protagonista de las retransmisiones. Veremos con qué acierto. De momento los aficionados más veteranos lo ven con preocupación, le suena a chino eso del streaming, cuando lo único que quieren es encender su televisión. Y a los lugares donde internet no llega, o llegue mal, tendrán que conformarse con el canal de CastillalaManchaMedia. Además, el anuncio, ya hecho, de los precios para abonarse no son como para ponerse muy contentos.
Olivenza ya está en marcha para abrir boca, siendo la primera de las muchas ‘olivenzas’ que habrá este año. Ya que en las ferias programadas se aglutinan las figuras como racimos de uvas, lo que era un clásico de la localidad extremeña. Todos juntos apretujados, repetidos, sin huecos para que entre ningún aire nuevo. Si antes Olivenza era la feria del rodaje de las figuras, ahora ese comportamiento exclusivo está diseñado para todas las ferias. Los que no pertenecen a ese grupo especial de matadores tendrán que agruparse entre ellos y/o rezar más que nunca para que los santos patrones de los pueblos se acuerden de algunos de ellos.
En este marzo se cogerá velocidad con las ferias de Valencia y Castellón, a la espera de que Sevilla abra el melón grande, donde también tendrá lugar la puesta de largo del nuevo canal al alcance de cualquier teléfono móvil.
Ojalá todo sea en beneficio de la Fiesta, con mayúsculas. Hasta ahora solo se ve beneficio para unos pocos, los más grandes, que en ningún caso significa que sean las mejores empresas, ni los toreros más buenos, como tampoco parece idílico el nuevo canal de las retransmisiones.
Los aficionados, el último eslabón de la cadena aunque sea el que lo sostiene todo, de momento se han quedado sin dinero, les faltan muchos toreros en los carteles y para quedarse en casa y verlo por la tele se lo han puesto cuesta arriba. De toros sabrán mucho, pero tendrán que hacer un curso muchos de ellos para enterarse de las nuevas tecnologías.
Marzo está aquí y la velocidad, en algún caso, es de vértigo. Nunca corrieron tanto unos pocos para garantizarse por completo la temporada
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