la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 5 de octubre de 2014

Las Ventas: Sin suerte con cinco de los seis toros que mató, Abellán perdió las dos orejas del único bueno por pinchar / J. A. del Moral


Fallido aunque admirable empeño de Miguel Abellán a solas con seis toros de El Puerto de San Lorenzo entre los que solo hubo uno bueno que dio lugar a la única buena faena de la tarde quedando sin premio por fallar a espadas



3ª de la Feria de Otoño en Madrid
 Sin suerte con cinco de los seis toros que mató, Abellán perdió las dos orejas del único bueno por pinchar
  • Abellán había prometido que saldría a hombros por la Puerta Grande o por la de la enfermaría. Para conseguir lo primero hubiera tenido que matar bien al tercer toro. Para lograr lo malo, los otros cinco no sirvieron ni para hacer heroicidades, si a caso para más habilidades.


J. A. del MoralFotos de Javier Arroyo

Fallido aunque admirable empeño de Miguel Abellán a solas con seis toros de El Puerto de San Lorenzo entre los que solo hubo uno bueno que dio lugar a la única buena faena de la tarde quedando sin premio por fallar a espadas


Madrid. Plaza de Las Ventas. Sábado 4 de septiembre de 2014. Tercera de feria. Tarde medio nublada con casi lleno.
Seis toros de Puerto de San Lorenzo y de La Ventana del Puerto (1º y 6º), bien aunque desigualmente presentados y de pobre juego salvo el tercero.
Noble aunque justo de fuerza y algo soso el primero. Lo mismo el segundo. Muy noble y a mejor el tercero. Manso, encojado y muy rajado el cuarto. Mansito y manejable sin clase el quinto.

Único espada, Miguel Abellán (blanco y plata): Estocada, aviso, petición y gran ovación. Estocada, silencio. Tres pinchazos y estocada, aviso y ovación. Pinchazo hondo y tres descabellos, silencio. Buena estocada, palmas.


Con una gran ovación le obligó el público a saludar tras el paseíllo. Vestido de blanco y plata como cuando triunfó por todo lo alto en su primera novillada con picadores en Las Ventas. Abellán tuvo la satisfacción de actuar con la plaza casi llena. Lo que fue un éxito para empezar en tarde de tanta responsabilidad.


Careció de fuerza el primer toro de El Puerto que cumplió en el primer puyazo echando la cara arriba y saliendo suelto. O sea, manseando. Y así continuó, tomando el segundo por dentro. Fue desigualmente pareado aunque con brevedad. No lo brindó. Y empezó la faena por bajo con suaves doblones. Difícil cuestión es cuidar y dominar a la vez. Lo consiguió Manuel con la derecha y más al natural, logrando algún buen muletazo. Lo mismo otra vez con la derecha. De haber tenido más fuerza, este toro habría sido de triunfo. No obstante, la primera faena de Abellán resultó al final mejor de lo que todos creímos que sería. Mató bien pero el toro terminó mucho en doblar, escuchó un aviso y muchos aplaudieron. Y más al acertar con el descabello. Fue muy ovacionado tras negar la presidencia la oreja que se pidió con tibieza

Suaves los lances de Abellán en el saludo del segundo, también noble aunque asimismo justo de fuerza. Perdió manos y patas al sentir el hierro del picador y le cuidaron. Bien Domingo Siro en banderillas. Tampoco brindó Abellán su faena al feble animal que resultó meramente manejable. Un animal sosísimo que no deparó nada especial de Miguelito. Pinchó repetidas vedes, tres con un descabello, no hubo nada más que un aviso y franca sensación de aburrimiento.


Muy en tipo de la casa el tercero. De salida huidizo, desentendido de capotes, sin ganas de pelea. Menos mal que la gente estaba pacifica. De la siesta nos despertó el derribo en el primer encuentro con el caballo y que el toro empujó dejándose pegar en el segundo. A la gente, en su mayoría nada entendida ayer en Las Ventas, le dolió más este segundo puyazo que al toro. Medio bien los peones en palos aunque Abellán debió ver como yo que el toro se comió el capote en la brega. En vez de empezar la faena, hizo un quite variado y vistoso. Nuevo despertar de la parroquia. Y, mira por donde, brindó a los casi dormidos espectadores. Había motivos sobrados. El toro rompió a bueno y de bueno a excelente. Y la faena a más y a mejor con la mano derecha tras un variado y bien encadenado arranque por ayudados altos y bajos, cambio y de pecho zurdo. De seguido dos tantas largas, intensas y ligadísimas con ambas manos, una a derechas y otra al natural. Abellán repitió relajadísimo y templadísimo en soberbia interpretación de las suertes naturales y contrarias que, cosa curiosa y e hacérselo mirar, los del 7 trataron de reventar sin conseguirlo. Y es que no quieren ver ligar. Solo quieren el unipase citando muy cruzado. Iros a la mierda con vuestras estúpidas teorías. Abellán perdió las dos orejas por pinchar y los del 7 lo celebraron. Menudos son estos imbéciles. La ovación fue como para dar una vuelta. Se contentó Miguel con saludar.


Sin fuerza alguna en las manos el cuarto. Corretón y muy distraído. Manso declarado en varas. Se negaba que le pusieran la segunda hasta tomarla dejándose pegar. Bueno, quien sabe, los de este encante suelen dar juego de menos a más. Salió suelto del castigo. Muy bien en banderillas “Jarocho”. Y muy dolido el animal que tuvieron que llevar a donde empezó Abellán la faena. Lastimosamente, se había quedado encojado y, por consiguiente, rajado. Miguel se vio forzado a abreviar. Macheteo por la cara del que también huyó el toro y Pinchazo hondo y tres descabellos.

El quinto, acucharado de pitones, salió algo renqueante de los cuartos traseros, también huidizo y echando las manos por delante. Costó colocarlo ante el caballo hasta que, por fin, fue dejándose pegar, sin pasarse. Abellán fue desarmado al intentar su quite y desistió de hacerlo. Tras un picotazo, quitó el sobresaliente, Pepe Luís Gallego, que medio se lució. Por perseguir el toro, casi fue alcanzado José María Tejero tras clavar apurado. Pese a que el toro amenazó con claudicar y se defendió al final de algunos viajes, repitió humillando por el lado derecho y Abellán pudo ligar no pocos redondos entre los limpios y los sucios con predominio de los mejores aunque sin poder redondear el trasteo porque, al natural, el toro se le adelantó, se quedó corto y, al volver a derechas, solo hubo voluntad. Una inesperada buena estocada dio fin al quinto capítulo de la tarde. Palmas.


Antes de que saliera el sexto toro, la mayoría del público dedicó una ovación de ánimo a Abellán. Detalle muy sevillano en Las Ventas, sí señor. El toro, temperamental, propicio un recibo en forme de brega y habilidad de Miguel que encantó a la parroquia. Al menos hubo emoción. Este sexto fue bravucón en varas y, aunque no fue bueno, transmitió mucho al embestir. Pareado con rapidez y sin problemas, Abellán tuvo la desgracia de que el animal salió rodado del primer pase por alto. No se desanimó sino al contrario porque el toro se repuso en parte y resultó noble por el lado izquierdo aunque en tal o cual viaje se defendió por arriba. De tal modo, el empeño de Miguel por naturales careció de unidad. Casi otro tanto por redondos en rondas espaciadas que no tuvieron buen final por desistir el torero en su querer. Una estocada bastó para dar fin a esta nueva y tan repetida hazaña de matar seis toros en solitario. Arduos empeños que, sobre todo en las plazas importantes, casi siempre los carga el Diablo. Abellán había prometido que saldría a hombros por la Puerta Grande o por la de la enfermaría. Para conseguir lo primero hubiera tenido que matar bien al tercer toro. Para lograr lo malo, los otros cinco no sirvieron ni para hacer heroicidades, si a caso para más habilidades.



No hay comentarios:

Publicar un comentario