la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 7 de julio de 2016

PEPE BIENVENIDA: 85 AÑOS DE SU ALTERNATIVA / por José María Sánchez Martínez-Rivero.


Tomó la alternativa en Madrid, el día 4 de julio de 1931, cediéndole Nicanor Villalta, el toro Majoleto de doña María Montalvo, figurando como testigo su hermano Manolo Bienvenida. Estuvo en activo durante veintiséis años. La última vez que se vistió de luces fue el 3 de octubre de 1957, en Úbeda, alternando con sus hermanos Antonio Bienvenida y Juan, en la lidia de toros de Julio Morales Hermanos.



PEPE BIENVENIDA: 85 AÑOS DE SU ALTERNATIVA.

José María Sánchez Martínez-Rivero. 
Julio de 2016, en Collado-Villalba.
El pasado 5 de julio se cumplieron los 85 años de la alternativa de uno de los mejores diestros de la dinastía “Bienvenida”; si bien, menos estudiado y reconocido que sus hermanos Manolo y Antonio.

José Mejías Jiménez para el toreo “Pepe Bienvenida”, nació en Madrid el 4 de enero de 1914, hijo del matador de toros Manuel Mejías Rapela, “Bienvenida II”.



Desde muy pequeño demostró su afición a los toros. Formó cuadrilla con su hermano Manolo obteniendo grandes éxitos en plazas de España y del extranjero bajo la dirección de su padre. Llevó, junto con sus hermanos, el santo y seña de la casa “Bienvenida” transmitida por el Papa Negro:

“Al público hay que transmitirle siempre alegría; pero esa alegría solo puede ser consecuencia de la seguridad que tengáis ante el toro”.

Se presentó en Madrid el 8 de septiembre de 1928.

Tomó la alternativa en la plaza de la capital de España, – primera plaza del mundo-, el 5 de julio de 1931, de manos de Nicanor Villalta quien le cedió el toro “Majoleto”, número 55, de la ganadería de Doña María Matea Montalvo, en presencia de su hermano Manolo.

Don Quijote, escritor y revistero taurino, escribió en 1931:

“Y Pepito Bienvenida, al anuncio de cuya inopinada alternativa se atestó el circo, triunfó con el toro de la borla, derrochando sus alegrías en banderillas, juntos él y su hermano, y haciendo una buena faena de muleta. Al otro toro, manso, lo despachó pronto, y a los dos los entró a matar con seguridad y dominio de la suerte. Es, desde luego, más matador que su hermano. Si como torero llegase a acercársele, para qué quiere más. Hay que verle en su nuevo aspecto de matador de toros más veces.”

También en 1933 ABC –firmada por A.A.F.- en el apartado Figuras del Toreo publicaba:

“José Mejías (Bienvenida) el juvenil torero sevillano promete la temporada de 1933 el triunfo definitivo. Completamente avezado ya a la pugna con los toros, maestro de la lidia, se encamina con derechura al alto sitial que, junto a su hermano, le corresponde en el arte".


Los triunfos que Joselito Mejías viene logrando en este año, hacen de él el torero de moda. Alegre y pinturero, hay en su vasto repertorio una frescura y una gracia que los más inspirados de la sonriente escuela sevillana no podrán aventajar. Sus airosas verónicas, la variedad inagotable de las suertes con que adorna el tercio de quites, la majeza gentil de su asombroso trabajo de banderillero y su maestría con la muleta tienen digno epílogo en la gallardía del estoqueador, que sabe coronar en corto y por derecho, hundiendo la espada en los rubios, el triunfo de su labor.


Joselito Mejías, animado de la afición: ¡el porvenir es tuyo...!

No pudo ser más expresiva, certera y clara, la visión del revistero de lo que sería, años más tarde, Joselito Mejías convertido ya en Pepe Bienvenida.

Entre los años 1931 y 1957 actuó en 506 corridas de toros. Durante los años 1950, 1955 y 1956 no toreó. El año que más corridas lidió fue 1944 con un total de 59 actuaciones. 

Banderillero largo y completo, clavaba por los dos lados, en todos los terrenos y ejecutando la suerte con gran dominio de la misma. Airosa gracia al banderillear, cuadraba ante la cara del toro colocando los palos juntos y en lo alto, dándole con guapeza la salida al toro. Se le calificó de banderillero de época. Como matador dominaba la suerte de recibir. Alternó con las figuras de su tiempo destacando las actuaciones al lado de Manuel Rodríguez, “Manolete”, máxima figura de esos años. Lo hizo en 61 tardes.

Doctoró a Lorenzo Garza –que la recibió dos veces, una por Pepe Bienvenida en 1933 y otra por Juan Belmonte en 1934-, Pepe Luís Vázquez, José Ignacio Sánchez Mejías, Amador Ruiz Toledo, Benigno Aguado de Castro y a su hermano Ángel Luís.

Pepe Bienvenida no rehuía la plaza de Madrid. 

Vestido de celeste y oro, el domingo 16 de mayo de 1943, alternando con Pepe Luís Vázquez y Andaluz, lidió los toros “Gitano”, número 36, negro y “Orquequilo”, número 69, negro, de Enriqueta de la Cova con divisa blanca y negra. En su primero –bien con el capote y muy bien con la muleta- obtuvo palmas con un toro quedado, matando de pinchazo y estocada. Y en el segundo su labor fue silenciada. 

El domingo siguiente, 23 de mayo, triunfa con toros de Rafael Lamamie de Clairac –divisa morada, encarnada y verde-, al cortar la oreja al toro “Azulejo”, número 7, castaño, tras gran faena de muleta rematada de pinchazo y estocada. Vistió de celeste y plata.


Corrida muy importante en la trayectoria de Pepe Bienvenida fue la celebrada, en Madrid, el día 11 de mayo de 1944, jueves, en la que dio la alternativa a su hermano Ángel Luís en presencia de Antonio. Es decir, los tres Bienvenidas en el redondel.

Pepe, que vestía de verde y oro, estoqueó los toros “Bravío”, número 27, negro bragado y “Clavelero”, número 54, negro. Pertenecían a la ganadería de Arturo Sánchez Cobaleda. En su primero muy bien con el capote y en banderillas. Con la muleta hizo una buena faena matando de estocada. Petición de oreja que no se concede.

En su segundo destacó en banderillas colocando cuatro pares colosales. Faena de muleta discreta para cinco pinchazos, estocada y descabello. Palmas.

Conviene referir en este punto la anécdota que sigue. El maestro, ya fallecido, Ángel Luís Bienvenida, tuvo a bien firmar al autor de este artículo, en 2001, el programa de mano original de esta corrida.

Al ver por detrás del programa la estadística de la corrida, comentó: 

“No estuvo la cosa bien ese día; pero: ¿no tendrás para firmarte, también, el programa de mano en el que los tres salimos a hombros en la corrida del 24 de mayo? 

“Sí, maestro, lo tengo y se lo traeré para que me lo firme”. 


Salía así el orgullo torero que tenía y, de paso, firmar un triunfo, para demostrar qué figura del toreo era; porque, por razones de edad, no lo pude ver en activo. Orgullo torero. Era un Bienvenida. Por supuesto, me lo firmó con mucho gusto.

De este programa entresacamos:

Pepe, vestido de celeste y oro lidió los toros “Alegre”, número 18, negro de 483 kgs. y “Carrilero”, número 11, negro bragado, de 436 kgs respectivamente. Tras una buena faena de muleta al primero, mató de dos pinchazos y descabello obteniendo petición y vuelta. En su segundo tras colosal faena de muleta al matar de estocada fulminante la Presidencia le otorgó una oreja.

Antonio, vestido de azul y oro, lidió los toros “Fortunillo”, número 15, negro de 451 kgs y “Calderero”, número 11, negro bragado, de 505 kgs respectivamente. A su primero un toro muy bueno, le cortó una oreja tras faena inmensa de muleta. En el segundo, un toro regular de comportamiento, obtuvo ovación y vuelta.

Ángel Luís, vestido de rosa pálido y oro. Estoqueó los toros “Risueño”, número 7, negro de 451 kgs. y “Buenasombra”, número 5, cárdeno, de 450 kgs. En su primero ovación y vuelta y en el segundo gran faena de muleta para pinchazo y estocada que le valió una oreja.

En el segundo toro -primero de Antonio-, los tres matadores hicieron un precioso quite al alimón. 

Los toros fueron de Manolo González bien presentados y buenos.

Los tres matadores salieron a hombros por la Puerta Grande. 

“Clarito” en el diario Informaciones escribió de esta corrida el 25 de mayo de 1944:

“¡Gran tarde, tarde memorable para el torerísimo lar –vivero inagotable, cantera de artistas- de los Bienvenidas.! Y gran tarde, espectáculo impar, para el público. Recompensa a la fe –y esperanza- con que, por segunda vez, vacía las taquillas y desborda el amplio graderío de la plaza.

Apenas si en el marco limitado del comentario cabe una milésima parte de la extraordinaria cantidad –y calidad- de lances sobresalientes en tan sobresaliente corrida...

Toda la corrida ha sido, abajo, una especie de borrachera de toreo, y arriba una tormenta inacabable de ovaciones, de ¡olés! De vítores... Toda una pura filigrana, un fino y alegre derroche de arte. Del semblante animado, jocundo con que los Bienvenidas torean –¡parece que juegan al toro, como los chicos y juegan a la vida y a la muerte, como los hombres!-; de la cara iluminada y feliz, con que lo mismo entran a los trances más apurados del toreo moderno que desempolvan la rica variedad del toreo antiguo; de ese ambiente placentero, sin sombra de drama, hasta en el agudo instante en que la realidad del drama se realza iluminado por la llama del genio, se contagia e impregna la muchedumbre, y su goce por el arte, por la gracia artística, casi la hace olvidarse de que el peligro acecha...

Lances de capa. A la verónica. Por chicuelinas. A la navarra. Por vistosas revoleras... Tercios de banderillas (¡Inmenso el de Pepote en el primer toro!). Faenas de muleta ... Lucido tercio de quites al toro segundo.. Muleta de Antonio Bienvenida. Cima señera...

Y entre Pepe y Antonio toca a Ángel Luís, el más nuevo y el más tierno... Lances de capa y faena de muleta al sexto toro. Lances y pases muy prietos, y muy despaciosos. La figura erguida en peligrosa cercanía. Los pies atornillados al suelo. Y una estocada con fortuna... ¡Otro torero en formación!

¡Estupenda tarde!


Opiniones sobre la maestría de Pepe Bienvenida:

“Ser torero, no consiste en ejecutar bien unos lances o unos muletazos, ni menos en ser un especialista en de esta o aquella suerte; ser torero, en toda la extensión de la palabra, consiste en muchas cosas más: en conocer a los toros y saber lidiarlos, según sus condiciones variadísimas; en corregir sus defectos a ciencia y con ciencia; es decir, con plan, técnica y eficacia; en poder con ellos, dominarlos, vencerlos y... convencerlos de cómo tienen que embestir. Y después de todo esto, torear. 

Pepe Bienvenida es de los que aprendieron y saben todo eso, porque es torero de la casta antigua y buena y porque hubo de practicarlo con los toros de antes, no “colaboracionistas”; por eso este torero tiene, aparte de sus méritos artísticos, una característica bien definida y sobresaliente en el toreo actual: ha de ser “enlace” del presente con el pasado, muestra viva de lo que eran los toreros-lidiadores antiguos y al mismo tiempo de lo bien que hoy se ejecuta el toreo y de cómo pueden y deben ser conjugados juntos los verbos activos “lidiar” y “torear”.


ABC 20-5-47

Crónica de la corrida de San Isidro del 18 de mayo del 47 en Madrid titulada “El poder de la gracia y la gracia del poder”.

“A Pepe Bienvenida le correspondió primero un toro alto de agujas, que al quererlo torear de capa le puso los pitones en el pecho. No se amilanó y toreó bien por verónicas, creciéndose en el quite. El público comenzó a aplaudir pidiendo que banderilleara, y tuvimos un tercio magistral. De poder a poder –quien le puede a todos los toros es Pepe- prendió tres pares tremendos y prendió las ovaciones en la emoción de los encuentros, realizados con tanta facilidad por la derecha como por la izquierda. Con el toro quedado, hizo una faena justa y mató de media, primero, y una estocada, después. Al cuarto, manso, y que no pasaba, lo macheteó y se lo quitó de en medio de un pinchazo, media y una estocada.” 

Su hermano Juan lo calificaba así:

“Yo creo que el mejor torero de la dinastía ha sido Pepe. Porque ha sido lo que quería mi padre: el más completo de todos. Como banderillero ha sido el mejor banderillero de la historia del toreo que yo he conocido; y con la muleta muy bueno y mataba a los toros muy bien, cosa que en nosotros no se nos daba tan bien.”

Ángel Luís:

“Veía las cosas tan claras, tan fáciles, que a mí me sorprendía y me dejaba pensando porqué yo no las veía igual. Creo que ha sido el torero de más conocimiento taurino que ha existido después de Joselito. Fue portentoso conocía todas las suertes. Como prueba quede que nunca lo caló un toro. Banderilleando era completísimo. Con la espada era un gran matador. Hacía la suerte recibiendo. Se la hizo a dos toros –uno de Pablo Romero y otro de Santa Coloma-, que quedarán como recuerdo en la historia del toreo de la plaza de Madrid.” 

El recordado periodista Vicente Zabala opinaba:

“Facilidad para banderillear, poderío, sentido de la lidia y técnica del toreo, ese era Pepe Bienvenida.”

El maestro Campos de España se expresó así:

“El torero más completo de la dinastía Bienvenida.” 

El 3 de octubre de 1957 se retira definitivamente de los ruedos en Úbeda (Jaén) lidiando toros de Julio Morales Hermanos al lado de Antonio y Juan.


Pero el gusanillo taurino le hizo aceptar la invitación para participar en un festival en Lima (Perú), el 3 de marzo de 1968, para el que se preparó e incluso se sometió a los correspondientes chequeos médicos para más seguridad. En su toro colocó un gran par de banderillas después del cual se sintió mal e ingresó en la enfermería donde moriría de un infarto de miocardio.

Su hermano Ángel Luís cree que no fue el esfuerzo –que también pudo contribuir-, sino la emoción que sintió al ver al público con ovaciones apoteósicas y que se volcara con él.

Aquí si se cumplió la sentencia que Valle Inclán le dijo a Belmonte: 

“Juanito, no te falta más que morir en la plaza.”

Pepe Bienvenida murió haciendo lo que amaba y que fue su vida: torear.

Se le rompió el corazón cansado de las emociones del arte del toreo.



Dedicatoria de Ángel Luis Mejías "Bienvenida a don José María Sánchez, padre del autor de este reportaje.

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