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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Hacia donde conduce esta carrera de despropósitos? /




Simón Casas, la Fiscal General del Estado, Ciudadanos
¿Hacia donde conduce esta carrera 
de despropósitos? 
Bien parece que asistimos a una carrera alocada hacia ninguna parte. Como si fuera la cosa más normal, asistimos a un rosario de declaraciones y tomas de postura que resultan incomprensibles de todo punto. Un empresario de toros que afirma que las novilladas de Madrid rozan el concepto de "crimen contra la humanidad"; una Fiscal General del Estado que no ve delito en los comportamientos de las redes sociales sobre la persona y la memoria de Víctor Barrio; una formación política como Ciudadanos que presta sus votos para que la alcaldesa de Madrid consulte si se prohíben o no los toros en la capital. ¿Caben mayores sinsentidos? Pues a lo que parece sí, porque nadie en el mundo del toro levanta la voz.

¿No se está perdiendo el sentido común? Desde luego, se va de asombro en asombro, con esa especie de todo vale que está imperando, en una carrera hacia el sinsentido más absoluto.

Sin ir más lejos, las últimas declaraciones de Simón Casas, siempre tan ardoroso y pasional, resultan de todo punto intolerables. Aunque se le conceda toda la dosis que se quiera de buenas intenciones, no se puede entender bajo ningún concepto que un empresario taurino, que además durante unos años estuvo integrado en Taurodelta, afirme que “las novilladas de Madrid rozan el concepto de crimen contra la Humanidad”[1]. ¿Será consciente Casas de que está aplicando a este caso una figura tipificada en el Código Penal como delito y muy grave?

Asombra que Taurodelta no haya dicho ni media palabra frente a semejante denuncia de su antiguo socio. Pero, en cualquier caso, semejantes palabras no pueden interpretarse como un calentón ocasional; son, sencillamente, una barbaridad, que si se las leyéramos a un antitaurino todos pondríamos el grito en el cielo y hasta habría quien le plantearía un pleito. Pero no, proceden de quien ha sido torero y hoy es un empresario importante, que a continuación realiza una denuncia muy grave para su antigua Empresa: “nos encontramos ante unos hechos indignos de la condición humana, que es abusar del débil a cambio de un honorario de mínimo sindical que no le deja ni para comprarse un bocadillo”.

Si tanta fe tiene en su denuncia, resultaría extremadamente interesante que Simón Casas sacara a la luz los documentos oficiales de lo que le paga a los novilleros en sus plazas y de lo que se les pagaba cuando formaba parte de Taurodelta. Y nada digamos si, de paso, da publicidad a todas sus cuentas.

Que hay que reconducir ese concepto del “toro de Madrid” --y de lo que no es Madrid, que ahí está el botón de muestra del llamado “valle del terror”, con el agravante de ser plazas sin el acondicionamiento de Las Ventas-- no hace falta que se le ocurra a ningún Simón Casas del toreo: resulta una evidencia que esos “armarios” que algunos piden para Las Ventas van contra toda lógica. Lo que hoy se necesita es el toro íntegro y con poder, que eso nada tiene que ver con los toracos del tío Picardías, ni con las básculas.

Pero conviene mirar a la realidad desde los datos. En las 15 novilladas lidiadas en Madrid en lo que va de año, de acuerdo con las crónicas publicadas tan sólo en un caso, la que llevaba el hierro de Castillejo de Huebra, se afirmó que era toda ella una corrida de toros. En las 14 restantes hubo de todo, como se comprueba al repasar las reseñas[2]. Qué luego tuvieran mejor o peor juego, resulta otro cantar.

Que a pesar de todo conviene revisar con precisión la condición que deben tener los novillos que se lidien, pues sí, hay que hacerlo. Pero sobre todo lo que interesa en primer término es revisar que las ganaderías del verano --novilladas pero también las corridas de toros-- respondan a las señas de calidad como las que se eligen generalmente para los abonos, que puedan ofrecer verdaderas oportunidades para el éxito. Y a partir de ahí, integridad y poder.

Pero no se han asimilado la palabras de Simón Casas y podemos leer que la Fiscal General del Estado considera que resulta difícil tipificar como delito los insultos y las amenazas y vejaciones que se han vertido en las redes sociales contra la persona y la familia de Víctor Barrio[3]. Si nos atenemos a sus criterios, resulta que desear la muerte y llamarle a un ciudadano “hijo de puta” es un estricto ejercicio de la libertad de expresión.

Pero es que, además, después de tanta tajante toma de postura, avisa que la instrucción del caso no está más que en sus comienzos. Entonces, ¿con que fundamento se lanza a cerrar la puerta? En el mejor de los casos, una ligereza por su parte, poco comprensible por las responsabilidades públicas que debe asumir. Y cuando, contra su criterio, más de un jurista ya ha fundamentado con el Código Penal por delante cuál puede ser la tipificación de esas conductas[4].

Habría que recordarle a la Fiscal General de Estado que revise los archivos, porque cuando a lo largo de los años esa institución ha sido requerida por el Gobierno de turno en casos no muy diferentes, su diligencia en tipificar delitos era hasta exagerada. Ahora, resulta desalentador leer sus palabras, que no se acierta a saber si es que quiere hacer méritos frente a futuros Gobiernos, o sencillamente no se entera de lo que está pasando.

Y como no hay dos sin tres, ahora resulta que Ciudadanos, cuyo grupo municipal encabeza Begoña Villacís, prestará sus votos a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para que realice dos consultas populares: una para que los edificios religiosos paguen el IBI y la otra para que en Madrid se prohíban los espectáculos taurinos[5].

Ninguna de las dos cuestiones entran dentro de las competencias de los Ayuntamientos: una forma parte de acuerdos entre países soberanos y ratificados por el Parlamento, la otra pertenece al Estado. Pero todo eso, a lo que se ve, son pequeñas minucias.

Ya el ínclito ciudadano Ignacio Aguado se apuntó --y dio sus votos para que se aprobara-- a una reducción de la partida presupuestaria que fijaba las aportaciones de la Comunidad de Madrid a su Centro de Asuntos Taurinos, infinitamente menor que lo que la Comunidad ingresa por el arrendamiento de la plaza. 

Pero como estos de Ciudadanos cambian cada mañana de opinión, todo aquello por lo que tanto gritaron en el Parlamento de Cataluña, ahora lo olvidan para plantear una situación similar en Madrid. Muy coherente no parece. No se pierdan lo que sobre el tema escribe Zabala de la Serna en elmundo.es. Se puede decir más alto, pero no más claro.
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[1] Declaraciones sobre la situación de las novilladas. Casas: ‘Las novilladas de Madrid rozan el concepto de crimen contra la Humanidad’, en:

[2] Por ejemplo, si se repasan las crónicas publicadas en “Aplausos”, de la de Carriquiri se dijo que estaban “bien presentados, entipados”; de la de Guadaira se escribió que tenía “más arboladura y seriedad de pitones que de cuajo”, de la de El Sierro, que eran “flojos”; de la de El Parralejo, que estaban “bien presentados, desiguales de hechuras”; de la del Moncetillo”, “bien presentados” y “mansos pero con movilidad”; de la de La Ventana del Puerto, “bien presentados” y “proporcionados de hechuras y serio”; de la de Sepúlveda, que estaban “bien presentados” y “variados de hechuras”; de la de Fernando Peña, “bien presentados” y “de buen juego”; la de Conde de Mayalde, “bien presentados· y “nobles y bajos de raza”.

[3] ABC, 22 de julio de 2016:: La fiscal general del Estado ve «difícil calificar como delito de odio» los tuits contra Víctor Barrio. En:

Respecto a esta pretendida indefinición del tipo penal, conviene recordar la reciente sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en la que que se afirmaba: "Comportamientos de ese tenor no merecen la cobertura de derechos fundamentales como la libertad de expresión o la libertad ideológica, pues el terrorismo constituye la más grave vulneración de los derechos humanos de la comunidad que lo sufre". En este caso se refería a las burlas incluidas en Twuitter sobre victimas del terrorismo, sobre las que se hacían chistes y bromas vejatorios. A tal efecto, la sentencia añadía: “No se penaliza el chiste fácil o de mal gusto, sino que una de las facetas de la humillación consiste en la burla, que no está recreada en este caso con chistes macabros con un sujeto pasivo indeterminado, sino un bien concreto y referido a unas personas a quien se identifica con su nombre y apellidos”.

[4] Cadena Cope, “La Tarde”: Joaquín Moeckel: ‘El colectivo taurino puede recurrir al artículo 510 delCódigo Penal’

[5] El Mundo, 26 de junio de 2016: Ciudadanos facilitará a Carmena hacer referéndums sobre la Iglesia y los toros

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