El triunfador de la tarde se llama Javier Jiménez. Es una alegría comprobar la trayectoria ascendente de este torero de Espartinas. Bien es cierto que Clarinete, nombre de su primer oponente, de la buena reata de toros músicos de Alcurrucén, fue el mejor del festejo al que le fue posible enjaretar dos tandas de naturales excelentes y una trinchera de cartel.
- Morante esta tarde mostró escasa vergüenza taurina. No es admisible que este presunto artista se muestre con tan poca actitud taurina, que no muestre ni un ápice de vergüenza torera para justificar su buena soldada y de paso enfadar a quienes pagan buen dinero por una entrada cara.
EL INHIBIDO, EL ENTREGADO Y LA PROMESA EMERGENTE
TOROS DE ALCURRUCEN PARA MORANTE DE LA PUEBLA, PACO UREÑA Y JAVIER JIMENEZ.
UTAA-SEVILLA . SEVILLA. 24/09/2016
Unión Taurina de Abonados y Aficionados
Una tarde más y en esta temporada ya van más de “tropecientas” en la cual el toro con todas sus aptitudes brilla por su ausencia. Animales presuntamente bravos de Alcurrucén, rematados de cuerpo y escasos de cara y casta, como exigen las presuntas figuras de hoy. Si a esta falta de virtudes le añadimos también escasa fuerza y los que medio llegaron con gas a la muleta se apagaron pronto, tenemos como resultado una tarde anodina, aburrida, con una duración de casi tres horas capaz de aburrir al más optimista de los aficionados.
Morante esta tarde mostró escasa vergüenza taurina. No es admisible que este presunto artista se muestre con tan poca actitud taurina, que no muestre ni un ápice de vergüenza torera para justificar su buena soldada y de paso enfadar a quienes pagan buen dinero por una entrada cara. Morante tiene obligación de corresponder a esta demanda del espectador que paga, sea aficionado o no con entrega y actitud positiva y dejar de envolverse en esa aureola de falso artista para esconder sus carencias de mal lidiador y escaso valor. No puede inhibirse de la lidia, apegado a las tablas, largando mantazos, dejar que los subalternos dirijan la lidia, poniendo a los toros en suerte de cualquier manera, dejar que los picadores masacren sus toros, en definitiva desarrollar una labor negativa, gracias a que una parte de la Sevilla clueca le consiente.
Esta tarde hizo el paseíllo y se largó cobrando sin justificar su trabajo.
Paco Ureña entra en el cartel gracias a su buena temporada, pero no olvidemos que su tauromaquia la desarrolla en toros encastados de ganaderías no apetecidas por las figuras. Hoy se enfrenta a toros descastados, parados y flojos.
A diferencia de Morante, el murciano se despega de las tablas, busca al “alcurrucén”, lo para en los medios, ejerce de director de lidia y en la muleta administra los muletazos justos pero escasos que le permiten sus descastados oponentes. Transmite a los tendidos esa entrega y vergüenza torera que echamos de menos en Morante.
El triunfador de la tarde se llama Javier Jiménez. Es una alegría comprobar la trayectoria ascendente de este torero de Espartinas. Bien es cierto que Clarinete, nombre de su primer oponente, de la buena reata de toros músicos de Alcurrucén, fue el mejor del festejo al que le fue posible enjaretar dos tandas de naturales excelentes y una trinchera de cartel. Una pena que fallara una vez más con la espada, circunstancia que le hizo perder una oreja.
El sexto fue devuelto por inválido y sustituido por un buen toro de Joselito, hierro de El Tajo. Buen toro en los dos primeros tercios. Tenía movilidad, buscaba pelea, cumplió más que bien en varas, pero cuando se preveía faena grande de muleta, el astado se paró y no hubo manera de sacarle ningún muletazo. Jiménez lo intentó pisando terrenos comprometidos recibiendo un volteretón que aún nos preguntamos como pudo continuar la lidia. Al final pasó a la enfermería.
Destacó Pedro Iturralde picando al quinto y los pares de banderillas de Lipi al sexto.
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