Democracia a la española: La viuda y el hijo de un policía asesinado por ETA exigen justicia y reconocimiento a Interior

El huérfano y la viuda del policía asesinato por ETA Antonio Cedillo frente al Ministerio de Interior | Cuevas

José Miguel Cedillo y Dolores García, hijo y viuda del policía asesinado por ETA Antonio Cedillo, se concentraron frente al Ministerio del Interior.

• "Han pasado 34 años y no ha habido ni juicio ni sentencia, el caso ha prescrito"

La viuda y el hijo de un policía asesinado por ETA exigen justicia y reconocimiento a Interior

LD

Sobre las 10:30 de este lunes, José Miguel Cedillo y Dolores García, hijo y viuda del policía nacional asesinado por ETA Antonio Cedillo, se concentraron frente a la sede del Ministerio del Interior, en el Paseo de la Castellana, 5. Ambos aseguraron que no se moverán de la puerta de Interior hasta que el ministro en funciones,Jorge Fernández Díaz, les reciba.

En declaraciones a los medios, el huérfano de uno de los policías asesinados por ETA en 1982 en Rentería, José Miguel Cedillo, exigió que se investigue el atentado en el que falleció su padre. "Han pasado 34 años y no ha habido ni juicio ni sentencia, el caso ha prescrito", afirmó. Cedillo reveló que el atestado del atentado en el que murió su padre junto a cuatro compañeros más está "plagado de errores, fue el origen de una especie de pacto de silencio que 34 años después sigue sin esclarecerse, ni se ha perseguido, ni se ha enjuiciado a los terroristas que mataron a mi padre".

Según el hijo del policía, uno de los terroristas inculpados en el asesinato de su padre es Félix García Manzano. Cedillo criticó que el Estado no hace nada para extraditarlo y mostró su desconcierto ante su inacción "cuando fácilmente se le ubica en Portugal. ¿Cómo es posible que la Audiencia Nacional sepa que desde 1998 se le hacían transferencias bancarias en Cabo Verde y no haya actuado de oficio para extraditarlo? ¿Por qué se ha dejado que mi caso prescriba?".

Reconocimiento como víctima del terrorismo

Cedillo explicó que su padre fue asesinado cuando él tenía tres años y exigió que se le reconozca como víctima del terrorismo. Argumentó que tras el asesinato de su padre ha tenido que ir a psicólogos, tiene diagnosticada agorafobia y sufre ataques de ansiedad.

Según el hijo del asesinado por ETA la Ley de Reconocimiento y Protección de Víctimas del Terrorismo de 2011 es insuficiente porque permite una lectura restrictiva. "Las víctimas de segunda generación, los hijos e hijas de los asesinados de ETA estamos aquí para contarlo. No estuvimos en los atentados pero los revivimos cada día; nos dejaron secuelas que nos condicionaron para siempre la vida. Somos el cabo suelto que el Estado no puede permitirse abandonar sin justicia", afirmó.