"...Hacía dos días que en Tarifa un toro le había partido la cara, y con una férula en la nariz, los ojos inflamados y los pómulos acardenalados volvió a triunfar, esta vez con los asaltillados santacolomeños, toros para hombres de pelo en pecho..."
Curro Díaz sigue en triunfo
Mediada la Feria de la Virgen de los Llanos de Albacete, en el ruedo del coso de la Calle de la Feria predominan el olor, color y sabor que dejó la actuación de Enrique Ponce el pasado día ocho en la primera del serial, y la torería, clase y majestuosidad de la muleta y la espada de un Curro Díaz empeñado en terminar la temporada como veterana gran revelación. Y no es que Curro no fuera quién y cómo es hoy hace años sino que parece como si muchos, incluso los que lo habían condenado al ostracismo, se hubieran percatado ahora de que es un extraordinario torero.
En el quinto festejo de la feria, Curro Díaz dio su medida con una seria corrida de La Quinta. Hacía dos días que en Tarifa un toro le había partido la cara, y con una férula en la nariz, los ojos inflamados y los pómulos acardenalados volvió a triunfar, esta vez con los asaltillados santacolomeños, toros para hombres de pelo en pecho. El resultado fue otra plaza conquistada. Una plaza nada fácil, por los conocimientos taurinos y exigencia de su público. Para el recuerdo quedaron dos serias y profundas faenas ante una afición que puesta en pie no cesó de ovacionarle durante toda la tarde.
En el primero, que no le duró más de quince o veinte muletazos, recibió otras tantas ovaciones. A su segundo le pergeñó una gran faena a base de naturales con la izquierda y la derecha y enormes y artísticos pases de pecho. El público le obligó a dar una apoteósica vuelta al ruedo, corrigiendo así el error del palco al no concederle el trofeo solicitado, y traslado sonoramente su desacuerdo al usía. ¿Que cómo fueron los toros? En manos de Curro casi todos son buenos.
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