Paseíllo. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
En un cartel postinero muy difícil de repetir, El Juli brilló como una estrella mayor impartiendo su lección de tauromaquia, cortando las dos orejas del tercer Gutiérrez y convirtiéndose en triunfador absoluto del festival. Lleno a reventar.
Tauromaquia Juli
Manizales, Colombia, I 6 17
El festejo taurino-religioso comenzó bajo la lluvia intensa que se prolongó hasta salir el segundo toro. La virgen y su procesión desfilaron por el ruedo empapados y al son del Ave María. Tronaba también. No hubo sermón, pero este recorte de la liturgia no impidió que el festival fuera de una longitud kilómétrica, tres horas y cuarenta minutos de aterido fervor. De no haber sido por la magistral faena de El Juli, quizá hubiesen sido insoportables pese a que el septeto cuatreño de Ernesto Gutiérrez dio un juego en el que primaron la brava nobleza y el fondo de los tres primeros. Máquinas de embestir. Fijos y ganosos. También encastado en la misma línea el de rejones. Los otros mansos en diferente grado, muy alto el del sexto, menor el del cuarto y quinto.
Bajo una cortina de agua el veterano Pepe Manrique, abrió con una faena de unipase que contrastó con las virtudes del toro, muerto de un sartenazo tendido y una segunda mejor estocada.
José Antonio Morante de la Puebla, cargando una frondosa melena que redundaba de su cordobés pidió un “Time” para secar la arena. Después engarzó tres verónicas sabrosas pero al intentar rematarlas fue desarmado. De allí en adelante repartió unipase a diestra y siniestra dejando en el parón de algunos de ellos un tenue vaho de su excelsa postura. La estocada en el rincón, tarda y el aviso dieron pie al saludo con algunas protestas.
Dejó de llover y salieron el tercero y El Juli. Lo mejor de la noche. La dicha con la hermosura. La bravura y la sapiencia. El de Velilla de San Antonio, explayó de principio a fin un toreo que no es hierbólico llamar enciclopédico. Explicó largamente aquello del parar, templar, mandar, cargar la suerte y ligar. Con capote y muleta, relajado y generoso, a placer y para sí, virtuosamente interpretó las calidades de “segador”. El jaleo era de padre señor mío y la cosa no paraba. El animal tenía todos los pases del mundo. Cuando se insinuaba la petición perdonavidas, el maestro la ignoró y se lanzó a volapié pinchando arriba sin soltar para luego aplicar una julipié total. Doble bandera, doble trofeo y vuelta con todo. Hasta la corona de café le tiraron. Lo valía, porque lo demás fue lo de menos.
Sebastián Castella, no podía ocultar sus ganas, estos carteles los excitan. Brindó a los monosabios con gran aprobación. Pero el manso lo traicionó y lo embarco en una porfía desabrida, finiquitada con dos hierros en hueso y una espada completa silenciada.
Miguel Ángel Perera, gastó clase a la verónica y en el quite por marcheneras, media y revolera, las primeras tandas hasta recibieron música, pero luego la fea embestida del carialto mansurrón y la rajada sabotearon. Media estocada y un descabello para saludo discreto desde el burladero.
Luis Miguel Castrillón, el joven paisa que a última hora entró por el herido Roca Rey, penó con un manso de libro, que se escupió del peto, se dolió en banderillas, coceó, huyó, se entableró y se negó a embestir. La porfía generosa terminó por impacientar a la clientela que ya llevaba más de tres horas sobre el húmedo cemento. Por poco se le va vivo tras dos avisos y un recital de acero, un bajonazo evitó el pitazo final.
Pablo Hermoso de Mendoza, como siempre sobrado y celebrado en todos los tercios alternó en su toro con los forcados que dieron una demostración muy aplaudida. El jinete falló dos veces en la muerte y a la tercera fue la vencida.
La noble causa del festival (los niños enfermos), la devota afición manizaleña que pese a la lluvia llenó la Monumental hasta las banderas y el magisterio de El Juli fueron los contenidos esenciales de la fría noche.
- FICHA DEL FESTEJO
Viernes 6 de enero 2017. Monumental de Manizales. 5ª de feria (Festival nocturno). Lluvia inicial y frío. Lleno total. Siete machos de Ernesto Gutiérrez, el 7° despuntado para rejones, de juego desigual con predominio de nobleza y casta.
Pepe Manrique, silencio
El Juli, dos orejas
Morante de la Puebla, saludo
Sebastián Castella, silencio.
Miguel Ánge Perera, saludo
Luis Nugue Castrillón, silencio
Pablo Hermoso de Mendoza y Forcados, silencio
Incidencias:
Saludó John Jairo Suaza “Chiricuto” tras parear al 3°.
Los Forcados actuaron antes de las banderollas cortas en el toro de rejones.
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