Sin duda el maestro Enrique Ponce realizó la faena más memorable del año. El de Chiva sentó cátedra en el coqueto ruedo latacungueño y cortó los máximos trofeos de 'Cultural' nº 50 de Huagrahuasi, premiado con la vuelta al ruedo.
Un paso adelante
El 2016 para la tauromaquia en Ecuador fue un año esperanzador. Por los aconteceres políticos y por lo sucedido en los ruedos. Ojalá sea el augurio de los mucho y bueno que está por llegar. En lo político, la fiesta de los toros dio mucha pelea y ganó la batalla. La primera victoria fue el 30 de noviembre cuando se declaró improcedente el recurso legal planteado por agrupaciones antitaurinas que buscaban suspender los festejos en la histórica Plaza Belmonte.
La segunda e importantísima victoria fue el pasado 20 de diciembre cuando en la Asamblea Nacional se aprobó el Código Ambiental, pero sin prohibiciones a los espectáculos tradicionales como los toros, peleas de gallos, rodeos, etc. Con respecto a las corridas, estas se mantienen respetando los resultados de la Consulta Popular de 2011.
En los cantones que ganó el NO en la polémica pregunta 8 seguirá permitida la suerte suprema. Esta gran victoria, no solo taurina, sino de las libertades, fue un duro golpe para los intentos abolicionistas de grupos antitaurinos que en 2016 fracasaron rotundamente. ¿En el horizonte? Quito (e Iñaquito)...
Sin duda el maestro Enrique Ponce realizó la faena más memorable del año. El de Chiva sentó cátedra en el coqueto ruedo latacungueño y cortó los máximos trofeos de 'Cultural' nº 50 de Huagrahuasi, premiado con la vuelta al ruedo. Por otro lado, como olvidar la soberbia actuación de Andrés Roca Rey en la Feria de Ambato. Cuatro orejas y un rabo cortó el limeño tras ejecutar faenas cadenciosas y completas, sobre todo al sexto de Vistahermosa, homenajeado con la vuelta al ruedo, y al que Roca Rey cortó los máximos trofeos.
Los toreros nacionales Guillermo Albán y Álvaro Samper no se dejaron nada en el tintero. El diestro guayaquileño tras una buena e importante labor indultó en la Feria de Machachi a 'Gerolimpio' de Vistahermosa. Por su parte, Samper estuvo a la altura en la corrida de Guano y tras una faena soñada le perdonó la vida a 'Dominguero' nº 269 de la Viña.
Julio Ricaurte, radicado en Aguascalientes, y José Andres Marcillo, en el Puerto de Santa María, son jóvenes novilleros que por su paso triunfal en la Feria de Latacunga y Belmonte dejaron un buen sabor de boca y refrescaron la sangre torera ecuatoriana. Ambos diestros por su oficio, sus maneras y su andar taurino llenan de ilusión a toda una afición que espera con ansias y esperanza ver a uno de los nuestros en lo más alto de la fiesta.
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