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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 4 de mayo de 2017

9ª de feria en Sevilla. La corrida de Jandilla salva el honor del encaste Domecq y una presidenta incumple el Reglamento negando orejas a Padilla y a El Fandi que resultó herido / por J.A. del Moral



Un muy formal y entregado Juan José Padilla dio una vuelta al ruedo en sus dos toros y El Fandi otra clamorosa tras resultar herido por el quinto con el que hizo la mejor faena de la tarde. Ambos alternaron en banderillas en tres toros, añadiéndose a la fiesta con los palitroques Manuel Escribano que se fue de vacío con el lote menos lucido de la buena corrida de Jandilla.



La corrida de Jandilla salva el honor del encaste Domecq y una presidenta incumple el Reglamento negando orejas a Padilla y a El Fandi que resultó herido

J.A. del Moral · 04/05/2017
Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. Miércoles 3 de mayo de 2017. Novena de feria. Tarde calurosa con dos tercios largos de entrada.
Seis toros de Jandilla, excelentemente presentados y de juego desigual con predominio de los nobles. Así se comportó el que abrió plaza tras mansear en el caballo. Menos lucidos el segundo que se paró pronto y el incómodo tercero por derrotar alto en sus cortos viajes. Estupendos por toso cuarto y quinto. Y muy tardo yendo a menos el también noble sexto.

Juan José Padilla (marino y oro): Estocada desprendida, petición no mayoritaria de oreja, aviso y vuelta al ruedo. Estocada algo atravesada, petición mayoritaria de oreja y vuelta al ruedo.
El Fandi (marino y oro): Estocada trasera, silencio. Estoconazo caído, petición mayoritaria de oreja y vuelta clamorosa. Pasó a la enfermería donde fue intervenido de una cornada en el tercio inferior, cara anterior del muslo derecho que lesiona musculatura del cuádriceps en una extensión de 6 centímetros. Se le practicó limpieza de la herida, hemostasia y sutura de la misma.
Manuel Escribano (añil y oro): Estocada trasera, silencio. Estocada, palmas con saludos. 


¿Sabe la señora que ocupó la presidencia que cuando una oreja se pide mayoritariamente hay que concederla? Este caprichoso desconocimiento le costó escuchar las dos broncas más grandes en lo que va de feria. Claro que una cosa es cumplir el reglamento y otra la valoración crítica de los hecho por los toreros según la opinión de cada cual. En la mía, creo que la primera faena de Padilla fue mejor en calidad que la del cuarto. Bien es cierto que con este toro, que fue uno de los dos mejores del envío, el jerezano se lució ampliamente con el capote: larga a porta gayola, otras tres en el tercio, galleo por chicuelinas y quite por faroles en su réplica al de El Fandi por zapopinas. Sin embargo, con la muleta no estuvo a la altura de la magnífica condición del animal, llevado de su toreo populista.


Los segundos tercios fueron ampliamente cubiertos por los tres espadas. Padilla ofreció palos a Manuel Escribano en el primer toro. El Fandi invitó a sus dos colegas en el segundo. Y Escribano lo mismo en el tercero. Y Padilla de nuevo a El Fandi en el cuarto. El granadino y el sevillano parearon en solitario en los dos últimos toros. Y los tres con desigual fortuna aunque fue El Fandi quien consiguió los pares más llamativos y espectaculares, especialmente los que puso andando para tras.


Y ya que estamos con El Fandi, hemos de reconocer que, además de manejar su capote con la variedad y el temple que le caracterizan en sus dos toros, galleos, chicuelinas, navarras, zapopinas, tafalleras, serpentinas y excelentes medias verónicas – ¿hay quien dé más?-, si bueno fue el quinto toro, tanto o más David Fandila en una de las faenas más limpias y templadas que le hemos visto en Sevilla. Una faena que llevó a cabo tras resultar herido al comenzarla de rodillas, momento en el que el toro le empitonó cuasi imperceptiblemente aunque se le notó cojear algo mientras duró el trasteo que celebraron los espectadores en su totalidad. Fue verdad que el estoconazo con que mató resultó caído y que posiblemente por ello, la presidenta se negó cerrilmente a darle la oreja que pidió el público con unánime clamor. Ya nos hemos referido a la injusticia que supuso este rigor absolutamente antirreglamentario en este caso, como antes había pecado de lo mismo con Padilla. Una estupidez supina se mire por donde se mire.


Manuel Escribano luchó con su lote – el menos propicio -con la alegre entrega que le es propia pero no llegó a redondear ninguna de sus dos faenas aunque sí con el capote y con las banderillas en sus dos toros. No fue su tarde.

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