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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 31 de mayo de 2017

Lección de fair play de Gareth Bale / por Juan Manuel Rodríguez



Gareth Bale le ha dado una lección al establishment periodístico que el establishment periodístico no tiene ninguna intención de aprender. Gracias a Dios, el galés tiene las espaldas y el corazón limpio. Ojalá sea suyo el gol que le dé al Real Madrid La Duodécima en Cardiff.


Lección de fair play de Gareth Bale

La misma noche del 2-1 del Calderón que clasificaba al Real Madrid para su tercera final de Champions en 4 años dije que desde ese preciso instante se reactivaba la caza de Bale. No es que yo sea muy listo sino que el establishment periodístico de este país es insoportablemente previsible. A nadie escapa que Bale es un fantástico futbolista, un jugador que jamás ha dado ni un solo problema, un deportista profesional y reservado al que únicamente le interesa cumplir con su trabajo y hacerlo lo mejor posible. Entonces, si Bale es un fantástico jugador que jamás ha dado un problema, ¿a santo de qué la cacería del galés?... El motivo no está en su fútbol sino en quién lo trajo para el Madrid y en el dinero que pagó por él. Si, además, Bale costó lo que el Real Madrid dice que costó, las cuentas de su fichaje están meridianamente claras y nadie está imputado por fraude a terceros, el caso está resuelto... en contra del Real Madrid. A Bale le quieren cazar para, así, dar caza a Florentino Pérez.

Efectivamente el banderazo de salida a la cacería de Bale se dio nada más acabar el partido de vuelta de semifinales de Champions en el Calderón. No hay un solo argumento puramente futbolístico en la crítica hacia Bale, todo son alusiones personales, y muchas de ellas se derivan hacia Zinedine Zidane. De Zidane, que en menos de un año y medio ha ganado una Champions, una Supercopa europea, un Mundial y una Liga, y que el sábado puede conseguir Liga y Champions para el Real Madrid por primera vez en 46 años, se siguen diciendo las mismas patochadas de siempre: que si no se atreverá a sentar a Bale, que si tiene que poner al galés porque la final se juega en su ciudad natal... Como Zidane y Bale son imbatibles desde el punto de vista futbolístico se alude a cuestiones personales. Y ese es el periodismo que no es de bufanda.

Ayer Bale volvió a darnos a todos una lección aunque, como dice un refrán alemán, lo que no aprendió Juanito ya no lo aprenderá Juan. Incluso el limpio reconocimiento de un futbolista cuya mayor ilusión consiste en jugar una final de la Copa de Europa en su ciudad natal, ante los suyos, de que su estado de forma no es el ideal y que su competidor por el puesto, Isco, está realizando un temporadón, es interpretado aquí como una escapatoria para su entrenador, una suerte de liberación. O sea, aquí, en España, el fair play que tanto reclamamos con la boca pequeña acabamos por convertirlo en interés puro y duro. Gareth Bale le ha dado una lección al establishment periodístico que el establishment periodístico no tiene ninguna intención de aprender. Gracias a Dios, el galés tiene las espaldas y el corazón limpio. Ojalá sea suyo el gol que le dé al Real Madrid La Duodécima en Cardiff.

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