“Gritemos con brío” con renovada energía: “Muera la opresión” porque se trata de la voz del pueblo oprimido que clama respeto a su dignidad, libertad, seguridad, comida, medicinas, posibilidades reales inmediatas de ejercer su derecho democrático a elegir sus gobernantes, su derecho a una vida digna, los sueños por un futuro mejor, el reencuentro de las familias y el retorno de los que se han ido. El grito brota de las gargantas de todo el pueblo y con más fuerza de quienes en su pobreza son las que más sufren la humillación del régimen que los condena a la miseria.
GUIÓN PARA LA RESISTENCIA CÍVICA
Fortunato González Cruz*
Mérida, 15 de Mayo de 2017
¡Gloria al Bravo Pueblo! Es el primer verso de nuestro Himno Nacional. Hoy el pueblo está convocado una vez más en su historia, a dar testimonio de su honor y de su grandeza en defensa de sus derechos humanos y de sus instituciones republicanas desconocidos por la dictadura, y a cumplir con el deber de colaborar para restablecer la plena vigencia de la Constitución.
“Que el yugo lanzó” que en estos tiempos adquieren renovada vigencia, conservan todo su valor simbólico y se convierten en un mandato para recobrar las glorias del 19 de abril de 1810 y del 5 de julio de 1811, para poner fin al nuevo vasallaje tan humillante como aquel. Este mandato debe ser cumplido como dicen los dos versos siguientes:
“La Ley respetando, la virtud y honor” que en términos actuales se recogen en el Preámbulo y en el artículo 333 de la Constitución que ordena recobrar el ejemplo histórico de Simón Bolívar y recuperar el pleno ejercicio de la soberanía para sacudirnos el yugo que tiene su nueva expresión en un régimen de control dictatorial de la población, en humillación y sometimiento a la tiranía militar que oprime a los venezolanos.
¡Abajo cadenas! Claman los venezolanos de todos los sectores sociales aunque por momentos triunfe el vil egoísmo, la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo.
¡Abajo las cadenas! que tratan de impedir que se vea la pestilencia, que somete al pueblo a humillantes controles, a dádivas que en cajas y bolsas tiene más de ignominia, vergüenza y corrupción, símbolos del abandono de la tierra y de la producción nacional, fuente de nuevos realistas súbditos de los dólares que les aseguran su riqueza mal habida.
“Gritemos con brío” con renovada energía: “Muera la opresión” porque se trata de la voz del pueblo oprimido que clama respeto a su dignidad, libertad, seguridad, comida, medicinas, posibilidades reales inmediatas de ejercer su derecho democrático a elegir sus gobernantes, su derecho a una vida digna, los sueños por un futuro mejor, el reencuentro de las familias y el retorno de los que se han ido. El grito brota de las gargantas de todo el pueblo y con más fuerza de quienes en su pobreza son las que más sufren la humillación del régimen que los condena a la miseria. Ordena el sagrado himno a todos los compatriotas fieles a la libertad, a la constitución y a la fe en Dios a unirse, porque la fuerza es la unión y Dios, que ha hablado a través del Papa Francisco y de la Conferencia Episcopal Venezolana, y de los cardenales Urosa y Baltazar. Ellos le infunden al pueblo venezolano un aliento sublime que terminará por romper las cadenas de la vergüenza y de la sumisión.
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*Fortunato González Cruz, es Académico de Mérida, Catedrático de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
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