A Griezmann, que se irá o se quedará pero cuya relación con el club colchonero ya no volverá a ser jamás la misma, deberían enviarle a casa el vídeo de las lágrimas de Koke para que aprendiera un poco acerca de lo que supone respetar, querer, amar y defender de verdad unos colores.
Que le envíen a Griezmann el vídeo de las lágrimas de Koke
Koke se echó a llorar ayer a moco tendido en el acto que organizó el Atlético de Madrid para anunciar su ampliación de contrato hasta el año 2024. Estamos más o menos acostumbrados a que jugadores o entrenadores (aunque en éste último caso eso sea más difícil) lloren cuando se van de un club en el que llevan muchos años, pero es más difícil ver llorar a un futbolista por quedarse. Además, Koke consintió que su equipo de toda la vida incrementase su cláusula de rescisión hasta los 150 millones de euros. Pero en el caso de Koke no hay cláusulas ni hay tampoco tutías, en el caso de Koke hay amor sincero a unos colores, hay agradecimiento y hay fidelidad, hay respeto. La cláusula de rescisión de contrato de Koke es emocional y, hoy por hoy, no parece que nada ni nadie vaya a ser capaz de romperla.
Koke será el Totti del Atleti. Será su Gerrard. Su Le Tissier. En el club colchonero son conscientes de lo extremadamente complicado que es tener a un futbolista así, capaz de respetar los códigos y la palabra dada hasta el final. Es cierto que, por mucho que un club quiera blindar a una de sus estrellas, el futbolista acaba jugando donde quiere, y ejemplos tenemos para dar y tomar; Koke ha elegido acabar su carrera en su equipo de toda la vida. También es verdad que se lo ha ganado con su rendimiento sobre el terreno de juego pero, reitero, Koke es una especie en extinción, un rinoceronte de Java, un leopardo de las nieves, un oso polar o algo así. A los Kokes del futbol hay que cuidarlos, protegerlos, mimarlos... y el Atleti lo sabe.
Contrastan las lágrimas de verdad de Koke, que siente el Atleti, con las medias verdades de Griezmann, que no lo siente. Griezmann, y a las pruebas de sus últimas exhibiciones televisivas me remito, no siente el Atleti... pero eso no es tampoco excusa para zaherir al club al que sigue perteneciendo y a los aficionados que le quieren. A Griezmann, que se irá o se quedará pero cuya relación con el club colchonero ya no volverá a ser jamás la misma, deberían enviarle a casa el vídeo de las lágrimas de Koke para que aprendiera un poco acerca de lo que supone respetar, querer, amar y defender de verdad unos colores. Mientras que Koke sueña con llegar a ser algún día el primer capitán de su equipo de toda la vida, Griezmann sueña con el Balón de Oro. El primero es un rara avis, el segundo un magnífico futbolista... del montón.
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