FOTOGRAFÍA DE ANDREW MOORE
...día de mala suerte para David Mora, que por su poco acierto con el descabello oyó los tres avisos. Pocos matadores de toros en la larga historia del toreo se han librado de ese amargo momento. Es cosa de toreros. No he visto que, a ningún notario, abogado, periodista o sexador de pollos le hayan echado nunca un toro al corral. Así es que querido tocayo, a escupir el hueso y a otra cosa mariposa. Que eso solo les puede pasar a los toreros, y tú tienes más que demostrado que los eres. Y de los de raza.
6 camiones con cuernos 6...
Y mansurrones y descastados, excepto el corrido en quinto lugar que ha coincidido con un día de mala suerte para David Mora, que por su poco acierto con el descabello oyó los tres avisos. Pocos matadores de toros en la larga historia del toreo se han librado de ese amargo momento. Es cosa de toreros. No he visto que, a ningún notario, abogado, periodista o sexador de pollos le hayan echado nunca un toro al corral. Así es que querido tocayo, a escupir el hueso y a otra cosa mariposa. Que eso solo les puede pasar a los toreros, y tú tienes más que demostrado que los eres. Y de los de raza.
Y seguimos para bingo. En Las Ventas volvieron a lidiarse seis camiones con cuernos, todos grandullones y varios de ellos con más de seiscientos kilos. Esta vez del hierro de El Pilar. Cierto que Madrid es “el rompeolas de todas Españas” y su plaza será todo lo cátedra del toreo que ustedes quieran, así como resulta innegable que es la que más da y quita, pero su público sigue equivocado exigiendo ese volumen elefantiásico de sus toros… Y las empresas con seguirle la corriente. Bien se ve el resultado de las corridas de ese jaez. La plaza es un griterío ensordecedor desde el principio al final del espectáculo y nadie se divierte… A no ser que el estado de cabreo sea el talante natural del publico venteño y le vaya la marcha.
Ante tales montones de carne, ni Urdiales ni Garrido pudieron dar su medida esta tarde. El de Arnedo solo pudo ofrecer algunas pinceladas de su toreo, tanto de capote como de muleta, en determinados momentos de su primero; y Garrido tres cuartos de lo mismo en su lote, porque ese tipo de toro solo es apto para tabla de carnicero.
La prueba del algodón es que los de El Pilar lidiados en la Feria de Sevilla, más equilibrados de peso, más vareados y de lámina más acorde con su encaste y sus esqueletos, dieron un juego muy diferente y permitieron faenas aplaudidas por un público que salió de La Maestranza con semblante satisfecho y no irritado y con el ceño fruncido como el de Las Ventas. “Tú te lo quieres, tú te lo ten, fraile mostén”, que dice el dicho. Palos con gusto no duelen…
Y en cuanto a peligro, si es eso por lo que suspira el sector más chillón de Las Ventas: ¿Acaso no le pareció mucho más peligrosa que estos mulos cebados, la corrida de La Quinta cuyos ejemplaras no pasaban de los quinientos kilos y eran más armónicos y ajustados a lo que debe ser la estampa del toro bravo? Retirémonos a deliberar…
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