Antonio Ferrera apuntó que la cualificación heróica que se le atribuye a los toreros, quizás sea por ser consecuencia de sus actuaciones públicas y programadas, pero que, sin embargo, está convencido que los auténticos héroes son los que no se ven, los anónimos, los que en silencio y día a día, se sacrifican por los demás.
Madrid, 25 de Mayo de 2017
La reivindicación de la heroicidad implícita en el ejercicio del arte del torear ha calado hondo en el ánimo de los asistentes al acto de entrega del trofeo instituido por el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, "Héroes del Toreo", y que ha recaído en esta primera edición a los matadores Antonio Ferrera y Manuel Escribano como toreros genuinos portadores de este atributo.
Al término de un almuerzo en el Gran Hotel Velázquez, de la capital de España, se celebró el ofrecimiento a los premiados en un brillante acto presentado y moderado por Juan Lamarca, vicepresidente 1º del C.T.A.D.B., que comenzó disculpando la ausencia de Miguel Mejías "Bienvenida" por un contratiempo de última hora al tiempo que se congratulaba por la reaparición del presidente de la asociación bienvenidista, el mejorado don Fernando Claramunt.
Juan Lamarca, se lamentó de las lamentables circunstancias sociales, mediáticas y políticas que contribuyen con su adoctrinamiento anti taurino al menosprecio del toreo y a la erosión del prestigio de sus intépretes, los toreros. Añadió que en una época pasada, en una España algo más decente que la actual, qué niño no soñó alguna vez con ser torero y tratar de parecerse a sus ídolos vestidos de luces en aquellos años donde se estimaba como heroicidad el enfrentarse al toro bravo generando la natural ejemplaridad y admiración en el común de los españoles. Es por ello, con la intención de recordar y resaltar la actitud heróica en la corrida, prosiguió, por lo que el Círculo Bienvenida acordó crear este premio y otorgarlo a los matadores Antonio Ferrera y Manuel Escribano por su dignísima trayectoria profesional ante reses íntegras de ganaderías encastadas, frente a las cuales la expresión "jugarse la vida" adquiere su real y mayor dimensión. Además le ejemplaridad de esto toreros en su afán de superación humana ante la adversidad y de gravísimos percances que les obliga a largos períodos de sufrida recuperación para reaparecer con mayor ánimo e ilusión, les hace objeto de la mayor admiración y respeto y del reconocimiento a su contribución al mantenimiento de la Fiesta en alto grado de credibilidad y prestigio muy necesario en estos momentos.
El incombustibe "periodista de EFE", Juan Miguel Núñez, hizo una espléndida glosa de los méritos de los premiados, ofreciendo una auténtica disertación sobre la excepcionales y respectivas trayectorias de Ferrera y Escribano, sin olvidar mencionar aspectos emotivos y entrañables de ambos.
A ello también se sumó el extremeño Primitivo Rojas, la voz de la radiodifusión española y del cine nacional, que recitó a los heróicos toreros un magnífico poema a ellos dedicado.
Los trofeos fueron entregado por dos personalidades dignas del mayor aprecio por su bondad personal, y por su permanente apoyo en el plano social y cultural a la Fiesta de los toros. Manuel Escribano lo recibió de manos de Fernando del Arco de Izco, presidente del capítulo de Barcelona del C.T.A.D.B., y a Antonio Ferrera se lo entregó Manuel Torres presidente de Gráficas Taurinas MT, de Baeza, artífice de las Jornadas taurinas más importantes del calendario español y promotor de la Corrida del Renacimiento de esa bella ciudad jienense patrimonio de la humanidad por su riqueza monumental e histórica.
Las palabras de Ferrera y Escribano fueron acordes al sentido trascendente del objetivo del premio recibido y de su justificación a través de los distintos intervinientes referidos. Con toda modestia afirmaban no sentirse como tales héroes sino que de la forma más consecuente y natural se juegan la vida de ese modo en atención a sus respectivos principios y valores que sustentan la firme y gallarda decisión de interpretar el toreo ante los conocidos y "rabiosos" hierros.
Es más, Antonio Ferrera apuntó que la cualificación heróica que se le atribuye a los toreros, quizás sea por ser consecuencia de sus actuaciones públicas y programadas, pero que, sin embargo, está convencido que los auténticos héroes son los que no se ven, los anónimos, los que en silencio y día a día, se sacrifican por los demás.
Por último, el aficionado salmantino, Diego Núñez, bienvenidista de familia, y coleccionista de obra taurina donó un cuadro con una pintura de Antonio Bienvenida, con destino al Museo Taurino de la localidad pacense de Bienvenida (Badajoz)
Finalizado el acto y de forma imprevista y espontánea "saltaron al ruedo" Manolo Torres y Lope Morales, fundadores de la Federación Taurina de Jaén, para imponerle a su paisano de Úbeda, Juan Lamarca, la Insignia honorífica de su entidad. Tras lo cual se ofrecieron saludos y abrazos con los espadas Antonio Ferrera y Manuel Escribano, por parte de los asistentes entre los que se encontraban, numerosos amigos y socios de Venezuela, México, y Perú.
Aplausos de bienvenida al reaparecido don Fernando Claramunt
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