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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 26 de julio de 2018

Valencia, el mundial del toreo base / por Carlos Bueno


Tres funciones con ganaderías de postín, 18 alumnos destacados e interesantes con cortes bien distintos, 15 escuelas participantes de todos los rincones de España, y también de Francia, Portugal y Méjico. Y lo más importante, una media que superó los 4.000 espectadores por función. Y todo para ver a los benjamines del toreo. No había Ponces, Julis o Morantes en los carteles. No hacían el paseíllo José Tomás, Roca Rey ni Manzanares. Sólo unos chavalitos con la aspiración de llegar a ser como esas figuras que ahora llenan los tendidos.


Valencia, el mundial del toreo base

Como preámbulo a la Feria de Julio, la Diputación de Valencia organizó por segundo año consecutivo un certamen internacional de escuelas taurinas. Un éxito a todos los niveles. Buen ganado, interesantes novilleros y mucho público a pesar de que los carteles no anunciaban nombres deslumbrantes, únicamente a la base del toreo. La tauromaquia actual debe estar agradecida a esta iniciativa que no debería quedarse a orillas del Turia.

La feliz idea que la pasada temporada tuvo la Diputación Provincial de Valencia de crear un certamen de escuelas taurinas ha tenido continuidad este año. Y si el éxito que supuso la primera edición pudo achacarse a su carácter novedoso, el de esta ocasión sólo demuestra su consolidación como acontecimiento taurino de gran envergadura. 

Tres funciones con ganaderías de postín, 18 alumnos destacados e interesantes con cortes bien distintos, 15 escuelas participantes de todos los rincones de España, y también de Francia, Portugal y Méjico. Y lo más importante, una media que superó los 4.000 espectadores por función. Y todo para ver a los benjamines del toreo. No había Ponces, Julis o Morantes en los carteles. No hacían el paseíllo José Tomás, Roca Rey ni Manzanares. Sólo unos chavalitos con la aspiración de llegar a ser como esas figuras que ahora llenan los tendidos.

La gente acudió a la plaza las tres tardes del certamen ¿Quién dijo que los toros no interesaban? Interesa lo interesante, que puede parecer una redundante trivialidad pero que es una afirmación que esconde algo simple y contundente: que en esta sociedad hay demasiada oferta vacua y que la emoción es fundamental para la continuidad de cualquier actividad. Interesa aquello que emociona, y las emociones llegan por vías bien distintas a cada cual. 

Los aficionados a los toros se emocionan con una media belmontina, con una faena laboriosa, con el valor espartano, con la arrancada de un toro bravo o con la apuesta de futuro de unos chavales imberbes y todavía sin tirón. Es el caso del certamen que por segundo año consecutivo acaba de celebrar la Diputación valenciana como antesala de la Feria de Julio.

Fue complicado arrancar este encuentro de escuelas y no fue fácil darle continuidad. La convulsa época política que vivimos no estimula envites de este tipo. Su esmerada organización sólo denota la valentía del diputado Toni Gaspar (ahora presidente de la Diputación) y de Toni Gázquez, director del Centro de Asuntos Taurinos de Valencia. Gracias a su pertinacia y a su lucha contra las adversidades el certamen es una realidad triunfante a todos los niveles y cuyo resultado, amén de la gran afluencia de asistentes, fue el buen juego general del ganado lidiado y la actitud que mostraron los alumnos, que con sus actuaciones consiguieron despertar la ilusión de los aficionados.

Un mundial del toreo base que debería servir de modelo para que cundiera el ejemplo en otros lares, para que los más jóvenes sintieran el estímulo de ser protagonistas, para que conocieran en primera persona el peso de la responsabilidad, para que las oportunidades no mengüen y el futuro siga siendo una realidad. La tauromaquia actual debe estar agradecida a esta iniciativa que parte desde Valencia y que no debería quedarse a orillas del Turia.

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