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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 4 de febrero de 2020

En la Monumental México… Joselito Adame consigue meritoria faena / por José Mata



Monumental Plaza de Toros México. Lunes 3 de Febrero del 2020. Décimo quinta corrida de la Temporada Grande. Cerca de media entrada, unas 18 mil personas. Se lidió un impresentable encierro de pequeñajos mansos y descastados de Don Fernando de la Mora y Ovando, los llamados ‘ferdinaldos‘; más minúsculos resultaron primero y cuarto, con estentórea sospecha de cornicure.

Enrique Ponce: Oreja con cierta petición y silencio.
José Mauricio: Silencio tras aviso y saludó en el tercio.
Joselito Adame: Oreja protestada y vuelta tras petición.

En la Monumental México… Joselito consigue meritoria faena

José Mata
Toros en el Mundo / México, 3 febrero, 2020 

Detalles:
Le dieron a Enrique Ponce unos señores vestidos de charros un reconocimiento ante la consternación de la asistencia.

Ha saludado en el tercio, Fernando García hijo, tras parear al cuarto.

¡Pifias!

El buenazo de Jorjazo sigue imparable en sus ya incontables pifias, ahora autorizó un impresentable encierro, con sospecha de todo; regaló una oreja a Enrique Ponce.

¿La inútil Comisión Taurina de la Ciudad de México cuyo patriarca es, Vicentico Bandín, hasta cuándo pondrá ya una solución con el buenazo de Jorjazo?

Pareciera…

… sólo pareciera, que alguien manda por encima de todos al buenazo de Jorjazo y el obedece de inmediato bajando la cerviz.

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La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano”: Friedrich Nietzsche

Se presentaba nuevamente, Enrique Ponce, quien el reciente 1 de Diciembre había dejado una gran rebanada de nada.

Más simulación para el gran público mexicano, al haber tenido frente a él, minúsculos ejemplares. La situación no cambió esta tarde, tuvo un lote de minúsculos pequeñajos con estentórea sospecha de cornicure…

Sospecha.

Justo cuando le veía enfrentar con ‘gallardía‘ a su primer minúsculo pequeñín, recordé esta frase de Nietzsche, y creo que en ello encierra todo. La realidad enseña que cada vez está más alejado de la verdad, tanto es ese abismo, que me ha hecho suponer que ni siquiera la ha saludado alguna vez.

Más que los antitaurinos, son los figurines, quienes provocan la ausencia del gran público en las plazas, por la falta de la insoslayable verdad representada en el redondel por el toro bravo y encastado.

En este festejo esto que hace introducción, vino a ser la prueba evidente de la decadencia que han conseguido estas miserias taurinas.

Volvieron aparecer los ‘ferdinandos’ de la Mora, empequeñecidos, no sólo por su minúscula presencia, no sólo por su estentórea sospecha de cornicure, sino porque todo hace ver que su ganadero faltó a su ética de criar toros bravos y encastados.

Sucumbir para proporcionarle oficiosa comodidad a un figurín resulta inadmisible y reprobable.

Haber hecho claudicar al toro bravo y encastado en pos de la simulación del toreo amanerado, artificial, vano y aliviado de un figurín…

… no lo justifica.

Los antitaurinos están adentro, porque como taurinos conocen todo el engranaje.

Los que se dicen antitaurinos, sólo provocan que mucha gente ponga atención en la Fiesta, y la respuesta debería de ser con un gran espectáculo inmerso en la verdad.

Pero…

… pero no es así.

Que Ponce hizo una faena bonita con su primer pequeñajo chincolo, bueno, si eso le hace sentir bien, pues sí…

… con el pico de la muleta, reponiendo mucho terreno, ¡por supuesto!, también vimos aparecer a su poncina, que no es otra cosa que el ejercicio de elasticidad, que hacen las gráciles bailarinas de ballet cual bellos cisnes en flor, antes de salir al escenario.

Y, después de una estocada defectuosa, el buenazo de Jorjazo, le ha regalado una orejilla.

Con su segundo, un minipequeñajo que se negó a caminar, pues nada. Se le veía enojado, pero no tiene por qué enojarse, ya que él impone -eso exclaman todas las voces de la honestidad- este tipo de astados.

Al menos que sean muchas coincidencias que han sumado años en este transitar.

En este escenario apareció un extraviado, José Mauricio, no tuvo serena inteligencia para enfrentar a sus dos ejemplares, incluso el segundo de tanto dejar luz con la muleta, hizo feamente por él hasta en dos ocasiones, dándole una fea guantiza que dolió hasta el alma, y por fortuna, no pasó más.

Joselito Adame, estuvo correcto con su primero, imponiéndose a su mansedumbre.

Sí, obligando a mansedumbre y descastamiento a caminar por ambas manos en series contundentes y estridentes. Al final dejó una estocada trasera y caída.

Hubo cierta petición que tampoco fue mayoritaria, el buenazo de Jorjazo decidió donar para las estadísticas de Joselito una oreja, que acabó siendo protestada.

Con su segundo, que cerró plaza, apareció un pequeñajillo, que en verdad resultaba una pena ver hasta a dónde han llevado a la Fiesta…

… aunque en descargo, debemos de comentar, que el público que acudió esta tarde, no protestó.

Y el que calla otorga.

A este pequeñajillo, Joselito, le hizo una faena interesante. Con la capa le lanceó correctamente, y tras un tercio de varas que resultó una simulación, dejó un ceñido quite por chicuelinas que entusiasmó al cónclave

Convenció indiscutiblemente a la asistencia, faena consintiendo al animalito, al que llevó con despaciosidad.

La faena tuvo una brillante estructura, y de no ser porque de inmediato la pequeñez del astado nos hacía recordar que faltaba la verdad del toro en toda su dimensión, habría convencido plenamente.

Dejó un buen espadazo hasta el tercer intento, quiso en vano obligar a acudir al astado para consumar la rúbrica al encuentro, y eso diluyó un triunfo que lo tenía ya casi…

… casi concretado.

Al final, mientras veía cómo se retiraban los ¿toreros? o los ¿’pequeñajeros’?, y veía al niño Santi torear al viento en medio de sus ilusiones, me preguntaba:

¿Esta Fiesta es la que le están heredando?

¿Esta Fiesta será la que conseguirá devolver la motivación de asistir nuevamente a mucho público, que ya no acude pero sigue amando al arte del toreo?

Supongo -desde mi punto de vista- que así no.

Le urge un cambio drástico, necesario y revolucionario al arte del toreo para devolverle la verdad…

… y esta sólo se podrá conseguir, cuando en el redondel haya un torero que primero investido de héroe domine al toro bravo y encastado…

… para inmediatamente transfigurado en artista, regale inmensas obras de arte que trasciendan a nuestros espíritus, lo que nos hará trascender con ellas.

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