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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 7 de septiembre de 2010

El hombre que mató 4000 toros / Por Ricardo Díaz-Manresa

Enrique Ponce en Ronda
-2000 corridas de toros-


El hombre que mató 4000 toros.


Por Ricardo Díaz-Manresa


"...Nadie ha matado 4000 toros ni toreado 2000 corridas y es muy difícil que otro lo haga en el futuro. El héroe se llama Enrique Ponce Martínez y pasará a la historia por esta gesta...que todavía sigue y va a ser ampliada..."


El hombre que mató a Liberty Valance era el más famoso de su tiempo aunque ni siquiera lo hubiese matado él, sino que lo hizo un amigo sin que lo supiera nadie o se hubiese dado cuenta. Eran los tiempos de los héroes del Oeste y de los valores puros y altruistas de las personas. Habría que hacer ahora otra peli mítica con la hazaña de los 4000.

Los héroes de los últimos siglos son los toreros aunque ahora algunos hijos de Satanás, que cada día se multiplican, los comparen con asesinos terroristas. Estamos tocando el techo de la gran degradación.

Díganme si no cómo están los medios informativos –o desinformativos según se mire- para no haber cantado como se merece la gesta de Enrique Ponce Martínez, 21 años de matador de toros, las mejores cifras del toreo de todos los tiempos, ni una temporada de descanso, ni un período para verlas venir y dejar los paseíllos a los otros. Siempre al pie del cañón, lo que ningún torero ha hecho nunca ni seguramente otro lo hará en el futuro.

Hay que ser de hierro física y mentalmente –aunque no lo parezca- para llevar la presión de ponerse el traje de luces 2.000 tardes. Sólo ponérselo. Sin pensar en llegar a la plaza y matar dos con cuernos, fuerzas y ganas de coger.

El hombre que mató 4.000 toros. O más, porque habrá que añadir los de mano a mano, los que tuvo que rematar por cogidas de compañeros, los que lidió como espada único. Y añadir los de su época de novillero y becerrista. El hombre que mató 4.000 toros, unos cuantos novillos, algunos erales, algunos más a puerta cerrada. Un héroe, un monstruo, alguien por encima del nivel humano.

El hombre que hizo 2.000 paseíllos de alternativa y cierto número añadido antes de llegar a esa fecha.

Los números me marean, pero los tiene todos: trofeos, avisos, toros indultados, premios, ferias, países, plazas, alternativas…Nadie como él.

¿Lo han visto reflejado en los informativos –o desinformativos- de los escritos, radiados, televisados o internetados…? Uno del balón hace algo similar, nunca igual porque esto tiene un mérito infinito superior, y se enteran hasta las hormigas de Nueva Zelanda.

Qué injusto y estúpido y despreciable es el mundo de hoy. Cuánto asco da a veces, como ésta.

En alguna ocasión me he imaginado los 4.000 y pico toros vivos , que ya hay que echarle valor para hacerlo, y me he preguntado ¿dónde podrían meter a esta manada colosal?. Supongo que en la Pampa argentina, convenientemente señalizada y preparada. En pocas partes más del planeta, que desconozco.

¿Lo ven? Sería el mayor espectáculo del mundo.

Muchas veces, cuando estaba en la plaza, y veía a Ponce torear, pensaba qué afición hay que tener porque quizá él solo tiene más dinero que todos los que estamos en la plaza juntos. Y me estremecía. Y Ponce, el hombre que mató 4.000 toros, seguía expuesto allí, en la arena, a una desgracia, tan imprevisible como todas las del toreo.

Un héroe, un genio, un monstruo, un personaje impar que, como humano, tuvo dos fallos el día de las 2000 : elegir Zalduendo, qué locura, y fallar con el descabello, lo que le impidió redondear la efeméride con una salida a hombros.

Quedan ahí los 4.000 toros, juntos o separados y, sobre todo, uno a uno como los mató en estas dos décadas, para -siendo poncista o no- valorar el extraordinario e impar mérito de un torero que ha sido capaz que estar tanto tiempo a la cabeza del toreo alternando como el que más, dando la cara en todas las grandes ferias y ante los mejores toreros de cada temporada.

Gracias de corazón al hombre que mató 4.000 toros, capaz de hacer esto. Con mi admiración profunda, recibe, Enrique Ponce, un olé único desde mi sensibilidad de aficionado.

Fuente: avancetaurino.com

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