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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Así fueron las corridas celebradas hace medio siglo en los Balcanes, con dos cogidas de Luis Miguel Dominguín

Luis Miguel Dominguín - ABC

Se cumplen cincuenta años de los dos festejos celebrados en Belgrado, capital de la antigua Yugoslavia

--Así fueron las corridas celebradas hace medio siglo en los Balcanes, con dos cogidas de Luis Miguel Dominguín.

Ángel González Abad
A comienzos de octubre de ahora hace cincuenta años, la familia taurina Dominguín se embarcó en la aventura de llevar los toros hasta los Balcanes. Dos corridas de toros se organizaron en Belgrado, ahora capital serbia y entonces de la antigua Yugoslavia, en un intento de internacionalizar la tauromaquia, que despertaron gran expectación y provocaron emociones no contenidas entre los espectadores.

El estadio de Tas, con capacidad para unos cinco mil espectadores, se llenó en aproximadamente sus tres cuartas partes para presenciar «lo nunca visto», una corrida de toros en toda su integridad. Los festejos se anunciaron los días 2 y 3 de octubre, en el cartel Luis Miguel Dominguín, que aquel año había reaparecido en ruedos españoles y tenía previsto hacer campaña americana tras la aventura yugoslava, el francés Roberto Piles y el rejoneador Alfredo Conde.

En la primera corrida se lidiaron toros de Carlos Núñez y de Guardiola en la segunda.

Las reseñas publicadas en la prensa española de los dos festejos resaltan las cogidas que sufrió Luis Miguel Dominguín, que para el torero no tuvieron consecuencias graves, pues pudo cumplir los dos compromisos, pero que causaron estupor y miedo en respetable.

Dramática voltereta

El primer toro de Núñez que saltó al improvisado ruedo volteó de forma dramática a la figura española. «El público, totalmente inexperto, lanzó un grito unánime de horror. Pero cuando la cuadrilla distrajo al toro se vio que la cogida no había tenido consecuencias apreciables», relataba el teletipo de agencia que se publicó en los diarios españoles.

El mal tiempo que hizo en la segunda mitad del mes de septiembre obligó a aplazar las corridas en dos ocasiones, y la expectación que desataron los dos festejos se vio un tanto enfriada por los precios de las localidades, que multiplicaban por tres los de un partido de fútbol en el mismo estadio del centro de Belgrado.

En su segundo toro, Dominguín estuvo «variado y artista», Roberto Piles anduvo mejor con su primero que con el otro, que se le atragantó en la suerte suprema, y el caballero Alfredo Conde obtuvo un «gran éxito». En la presidencia estuvo el abogado madrileño Manuel Amorós González, que premió con los máximos trofeos a Luis Miguel.

Al día siguiente, nuevo percance. Al rematar una verónica, Dominguín fue corneado en la mano izquierda, una herida que fue atendida en un hospital y que precisó de seis puntos de sutura. Lo que no impidió que volviera al estadio para lidiar a su segundo enemigo. Aquel susto no le impidió comparecer en sus compromisos en la feria del Señor de los Milagros de Lima y en todos los compromisos de la temporada en plazas americanas.

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