'..Abran paso a toros y toreros y podremos comprobar que mejores que los que nos ponen todos los días, hay un montón. Además, por si eso fuera poco, el refrán lo deja bien claro: en la variedad está el gusto..'
Habemus carteles 2025
Antolín Castro
11 Enero 2025
No llevamos más de diez días de este nuevo año y ya sabemos varios carteles para la temporada.
Como era de esperar no vemos en ellos a toreros que no sean, oh casualidad, las llamadas figuras del toreo. Los seguidores de Diego Urdiales, Curro Díaz o Fernando Robleño, por poner tan solo una terna tremendamente respetada por los aficionados, tendrán que seguir esperando para verlos anunciados en alguna plaza.
Ferias como Fallas, Olivenza, Valdemorillo, han adelantado ya su cartelería, pero también se va sabiendo algo para Sevilla y Madrid. En la de Valencia, que es feria de primera y de postín, podemos ver cómo se repiten los nombres de varios espadas, mientras hay ausencias clamorosas.
Esa forma de programar es la que eligen los empresarios, convencidos de que lo más importante es que suenen mucho los toreros anunciados. Ese es su objetivo, tirar del abono a base de ofrecer ‘caviar, angulas y jamón pata negra’ para que se les haga la boca agua a los aficionados.
De inmediato, todos sabremos de que a más nombres de los sonoros, menos variedad de encastes y naturalmente menos emoción en esos festejos, donde ese tipo de ‘alimentos’ es muy difícil, casi imposible, que se le atragante a alguno.
En resumen, cuanto más repiten a esos coletas quedan menos opciones para que el toro, el rey y origen de la tauromaquia, pueda inundar el ruedo de las máximas emociones.
Quedará, eso sí, un resto para que se peleen toreros, de los de verdad, y así poder ocupar un puesto en la cartelería de las ferias. Figuras que nunca bajan a segunda división, allá penas del cómo hayan estado en la temporada anterior. Me llamo ‘Fulano de tal’, luego entonces tengo el sitio asegurado.
Volviendo al menú que ofrecen a la afición y, para mejor decir, al público en general, digo que por muy buenas viandas que comas, si se te lo repiten hasta la saciedad llegas a hartarte. Me pasó a mi de chico con las judías verdes que mi madre ponía un día sí y otro también, y con los higos que nos mandaban los tíos del pueblo. Huelga decir que no había que preguntar que había de postre… higos.
Aborrecer de esos alimentos fue la consecuencia de tal reiteración por verlos en el plato. Hoy puedo decir que pasa exactamente lo mismo cuando veo la injustificada reiteración en los carteles.
Abran paso a toros y toreros y podremos comprobar que mejores que los que nos ponen todos los días, hay un montón. Además, por si eso fuera poco, el refrán lo deja bien claro: en la variedad está el gusto.
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