José Arcila en Manizales. Foto: Camilo Díaz
"..El manizaleño con una oreja de cada toro sale a hombros de una tarde náufraga en lluvia y mansedumbre. Miguel Ángel Perera y Daniel Luque silenciados. Bella pero descastada corrida de César Rincón...'
MANIZALES 4ª DE FERIA
Arcila en el diluvio
Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Manizales, Colombia, I 8 24
Se la jugó toda la tarde José Arcila. Primero frente a un marrajo que iba por él a cada trance y luego sobre un lodazal con un manso renuente. Todo en contra, la lluvia, el frío, el imposible lote, el piso inseguro, la frustración del público empapado, y el fracaso de sus dos encopetados alternantes. Todo lastraba y hundía la tarde. Pero él con fe de carbonero y valor de salvavidas se tiró para rescatarla.
“Indígena”, el tercero, castaño y astifino como todos, era un francotirador. Manso de mala leche, se disparaba a mansalva y sobreseguro al cuerpo de los lidiadores. Al veterano e infalible “Chiricuto” le desarmó tres veces, teniendo que entregar el capote a cambio de la vida. Al matador una, fuera de coladas y derrotes que convertían cada viaje en una ruleta rusa. Abreviar, machetear y matar nadie lo hubiese cuestionado. Más, torería y hombría obligan. Además, lo había brindado a su suegra y en su patio.
Entabló una lidia derechista, que inesperadamente fue logrando hilvanar tandas de a tres y de a cuatro muletazos con broches desahogados, que canalizaron la indignación del aforo, hacia la sorpresa, la admiración y al orgullo regionalista. Había mucho contenido en la magra y difícil cosecha. El riesgo, claro, la apuesta y el dominio. La pelea desigual ganada. Eso es el toreo, para eso es el toreo, por eso es el toreo. El paisanaje desbordado a gritos. Tras la estocada arriba, la oreja se convirtió en causa común. Don Bernardo Gómez Upegui no se hizo esperar. La vuelta con prendas y regocijo abría una tregua en la hostil tarde.
Luego Miguel Ángel Perera que había fracasado con el mal primero, al cual además había dado una solfa de pinchazos y descabellos fallidos que por poco llegan al tercer aviso. Trató de justificarse con el rajado y huidizo cuarto al que persiguió larga, largamente por todo el ruedo, asestándole muletazos aislados que no podían contener los escapes a Villadiego. Para peor pinchó dos veces puso uno espada baja e inocua, escuchó un aviso y persiguió al herido que se negaba a doblar por medio ruedo, hasta que por fin se echó.
Daniel Luque, quién sin descomponerse un solo instante, manejó la blandengue sosería del segundo, de pase en pase, de tardeo en tardeo, de renuncia en renuncia, hasta que la nula porfía llevó a la estocada trasera tendida y el descabello certero sin respuesta. Al quinto, qué si los hay malos, para muestra este botón debilucho y rajado, lo despenó con estocada honda y crucetazo.
Entonces, el aguacero había echado de la plaza más de la mitad de los asistentes. Con sus impermeables multicolores habían huido buscando escampaderos, mientras los estoicos, los menos, aguantaban chorreantes y reverentes a pie firme. Había que verlos. José, salió bajo el chubasco al pantano con una cara feliz, como si brillase un sol primaveral y les brindó la faena final. Pleno de confianza en sí mismo, inicio genuflexo la conquista del soso que cerraba la mansada. No era ni más ni menos que sus hermanos, pero la muleta descubrió una veta de nobleza, perdida entre el magma del desrrazamiento. La brega se fue por ahí, alcanzando estrofas rimadas por diestra y por siniestra, que los naúfragos del diluvio jaleaban con ardor. La luz artificial plateaba el ruedo, la piel del toro y el traje azul y oro. Era la redención, de una corrida condenada. De una y sin puntilla puso la espada fin al drama.
El torero lloró, y su salida en hombros y la algarabía distraian un algo el rotundo fracaso del maestro ganadero. Qué pesar, el encierro más estético y mejor presentado de lo que va de feria. Y era el modesto del cartel, quien solo había podido reflotar la tarde hirsuta y diluvial.
FICHA DEL FESTEJO
Miércoles 8 de enero 2025. Monumental de Manizales. 4ª de feria. Más de tres cuartos de entrada. Lluvia. Seis toros de Las Ventas, en tipo, mansos, blandos y defensivos. Pitados todos en el arrastre.
Miguel Ángel Perera, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso
Daniel Luque, silencio y silencio
José Arcila, oreja y oreja
Incidencias: Saludó Carlos Rodríguez tras parear al 5°. Al final del festejo José Arcila salió a hombros.
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