la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 11 de octubre de 2014

Pepe Gallego ¡presente!


Don José Gallego Gómez, descanse en paz.


Juan Lamarca 
Madrid 11 de Octubre de 2014.-
Ya estará nuestro amigo Pepe formado juntos a sus compañeros allá donde brillan los luceros; allí se reunirá con los que antes partieron a ese ruedo celestial, y allí formará con ellos como siempre solía, impasible el ademán....

El bueno de Pepe Gallego siempre fue fiel a sus ideales y su natural afán lo alimentó con su lema vital: vale quien sirve, servir es un honor
Y así pasó por lo terrenal, consciente de su bondad y honradez al servicio de su familia y de cuantos le rodearon en su trabajo, en los toros, en las peñas y tertulias.... con el más excelso sentido de la camaradería y amistad.

Pepe, el entrañable Pepito, fue el secretario perpetuo allá donde había un documento que redactar, desde su sindicato nacional de ganadería en tiempos pretéritos, hasta en estos últimos en la Tertulia Taurina de Amigos del Conde de Colombí, pasando por la antigua plaza de toros de Vistalegre donde su gerente Manolo Cano, el cerebro de los hermanos Lozano, y los equipos gubernativos taurinos contaban con su voluntaria y eficaz diligencia administrativa. 
De igual forma se ofrecía en Las Ventas de José María Jardón - en el recuerdo Juanito Martínez, Escanciano, Alonso Belmonte...- donde a Pepe igual le daba el manejo de la báscula de pesaje que el de la "olivetti" de escribir, la misma presteza demostraba formalizando las actas de los reconocimientos facultativos de las reses en los corrales que las de sus canales en el desolladero en el post morten donde, y cuando buenamente podía, afanaba algunos rabos para degustación de sus peñistas en sabrosos estofados por el arte de Laureano, de Gitanillo`S Bar, - ¡gloria a Gitanillo de Triana! - o el del bueno de Antolín en el Fogón del Wellington.

En fin, un fenómeno nuestro querido, y ya ausente, Pepe Gallego, que se desvivió en la fundación y organización, al final de la década de los setenta, de la recordada Peña Campo y Toros, donde la afición al toro y el amor a la Fiesta y a España era razón de ser de todos sus socios, policías del Cuerpo General, presidentes y delegados gubernativos de festejos taurinos, veterinarios, algún cura, algún legionario, sin faltar el periodista, el artista o el jurista, y gozando de las historias del torero del ganadero o el empresario, a los que se sumaban otros amigos preclaros aficionados que compartían los mismo ideales, y todo ello desde el típico mesón La Chata del admirable Antonio Céspedes, en la castiza Cava Baja madrileña, desde donde la Peña se proyectaba a las ferias, a los toros en el campo, a las escopetas apuntando a las perdices y faisanes del patriarca Abel Navarro en el término albaceteño de Casas de Benítez, y.... tantas cosas más. 

Pues sí, querido Pepe, habrás comparecido ante el Altísimo con tanta gloria como la Patria que soñaste y que supo seguir sobre el azul del mar el caminar del sol, tal como dice el himno de España, tu pasión. Allá te encontrarás al que fuera tu descubridor, apoderado y valedor, el inconmensurable José Luis del Río, el policía y presidente maestro y ejemplar, al que seguro le verás con rostro estupefacto viendo desde arriba la que está cayendo sobre el solar patrio... y a Rafael Campos de España, tu segundo apoderado, consolándole con su lirismo y caridad cristiana ¡qué personajes!

Gloria al mítico crónista taurino, Don Rafael, que durante tantos años rigiera los destinos de la Tertulia Taurina de Amigos del Conde de Colombí, y que la llevara a Casa Ciriaco, pero contigo de secretario, naturalmente, cediendo al final la presidencia al ilustre bibliófilo taurino José María Moreno Bermejo, tu tercer y último apoderado y al que dejas solo ahora con tu partida al seno del Señor, y con ella quizás salgas ganando porque allá, y entre el azul celeste, seguro que volverás a ver las banderas victoriosas que siempre enarbolaste, ya que por acá abajo, y tal como está el patio, va a ser difícil volver a ver reir a la primavera, a la que no se le espera ni por cielo, ni por mar, ni por tierra....

Nosotros, tus amigos, José María, Pepe Garrido, Felipe D. Murillo, José Mª Álvarez del Manzano, Campos de España, hijo, Vidal...., tu familia, sí que salimos perdiendo con tu adiós, nada parecido a la anécdota que te gustaba oir de Rafael el Guerra que cuando se presentó en Sevilla en la capilla ardiente el fallecido Fernando El Gallo, y ante su viuda la Sra. Gabriela y los gallitos se dirigió con solemnidad al muerto y dijo:
"Fernando, en esta casa no va a faltar de ná que pa eso estoy yo, El Guerra, así que tú muérete tranquilo que tu familia sale ganando..."



De todas formas, y ahora que lo vas a tener cerca, pídele a Dios nuestro Señor que no se olvide de España ni de los españoles. Sí, ya se que no nos merecemos mucho, que lo hemos abandonado a él y a nuestros héroes que dieron su vida por la fe y por la patria, pero que en su infinita misericordia nos eche una manilla que falta hace, que todavía estamos en la tierra de María Santísima a pesar de los pesares... y que una madre...es una madre.



Ya nos veremos, amigo Pepito, y mientras tanto elevo mi oración por el eterno descanso de tu alma, y extiendo mi brazo en alto desde mi corazón para decirte ¡Arriba España!


3 comentarios:

  1. Descansa en Paz, amigo.
    Carlos Palmeiro Pacheco.

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  2. No se le puede hacer una mejor semblanza al amigo que nos deja, al querido Pepe Gallego, gran persona que se ofreció siempre a los amigos y a su causa patriótica y taurina. Un falangista soñador de de la unidad de la patria y del bienestar de los españoles. Honrado trabajador y hombre de lealtades.
    Que Dios te acoja en su gloria, amigo Pepe.

    Arriba España.

    Feliciano A.

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  3. Tu bondad ha dejado huella entre tus amigos.
    Descansa en paz, amigo Pepito.

    ¡¡Viva España, Arriba España!!


    A.G.P

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