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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 25 de enero de 2016

EL PASEÍLLO DESEADO / por Antolín Castro

Esa terna, ese paseíllo, nos gustaría volver a ver


EL PASEÍLLO DESEADO


Arrancada ya la temporada 2016, y conocidos algunos carteles para varias ferias, creo que es el momento de reivindicar lo que prefieren los aficionados y que han plasmado de forma clara y contundente en la encuesta que OyT les ofreció hace unas fechas.

En dicha encuesta, les preguntábamos por aquellos carteles que podrían desear ver, fuera de la rutina y adelantándonos a la supuesta variedad y entrada de toreros nuevos que se suponía que iba a suceder. Salir de la rutina, evitar los carteles cerrados por las figuras y dar sitio a jóvenes emergentes, así como abrir huecos a cierta magia en las combinaciones.

No citábamos los mano a mano considerando que hay que reservarlos para los momentos excepcionales en que de verdad sean un hecho deseado y necesario. Al margen de ello, alternábamos figuras, toreros con méritos adquiridos en 2015 y las jóvenes promesas.

Del análisis de los resultados obtenidos con sus votos, lo primero que llama la atención es que una terna, que se dio cita un día de octubre de 2010 en Las Ventas, y no que no se ha vuelto a repetir, despierta más ilusión entre los aficionados que ninguno de los otros ofrecidos. Y eso es así, de forma mayoritaria a sabiendas que todos los toreros que puedan interesar están incluidos en el resto de combinaciones.

¿Por qué ese interés en ese cartel? Seguramente porque el recuerdo de ese día será imperecedero. Cierto que fue Juan Mora quien alcanzó la máxima cota con su sorprendente primera faena y el corte de tres orejas, pero es cierto también que Curro Díaz y Morenito de Aranda obtuvieron una oreja de las de verdad en Madrid, tras actuaciones lucidas y muy estimuladas por lo hecho por Mora. 

Esa es la clave: los toreros se estimulan cuando se produce el milagro del toreo verdadero, dándose la doble circunstancia de querer competir en trofeos, como todos los días, pero también, y ese es el milagro, en cuanto a la pureza y la autenticidad a la hora de ejecutar el toreo. Esa tarde vimos, además de la apoteosis de Juan Mora, al mejor Curro y la mejor mano izquierda de Morenito. 

Estas caras, estos toreros, es muy necesario volver a verlos

Bastaría con entender de esto, para saber que ese cartel, que no ha vuelto a darse en parte alguna, haría las delicias de los aficionados. Están a tiempo de programarlo, al menos en Madrid, en la seguridad de que sería el modo de cumplir con los deseos de los aficionados al tiempo que la empresa vería la plaza llena. Una tarde como aquélla solo es posible volverla a vivir, y disfrutar, con los mismos protagonistas.

La encuesta nos dice algunas cosas más, como puede ser el mayor interés que Urdiales y Garrido despiertan, por encima de los ya anunciados en todas partes, López Simón y Roca Rey (que parecen ser los elegidos por las empresas para el cambio), así como en la parte negativa sorprende que las figuras, sin el tirón de ir todos juntos, no despiertan tanto interés como se creen ellos, las empresas y los públicos. Puestos a sorprendernos mucho más, es inquietante que Manzanares, fuera de ir muy arropado no despierte casi ningún interés. 

El paseíllo deseado, la terna elegida, ya sabemos cuál es, solo nos queda que la sensibilidad de las empresas se haga coincidente con la de los aficionados. Un deseo, sí, pero también una exigencia de la propia grandeza del toreo.

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