"...Un día de toros en el Puerto sirve para muchas cosas. Para mí la principal en este domingo agosteño azotado por los vientos de Levante, ha sido sentarme frente a la monumental escultura erigida en sus aledaños a Francisco Rivera "Paquirri", con ocasión de su heróica muerte en Pozoblanco, y pensar en su autor, el gaditano Manuel de la Fuente, que también allá que fue a reunirse por los ruedos celestiales con su paisano el torero de Barbate..."
Manuel de la Fuente durante una corrida de toros en la Feria del Sol de Mérida-Venezuela - Fotografías La Loma
Juan Lamarca
Puerto de Santa María, 7 Agosto 2016
Un día de toros en el Puerto sirve para muchas cosas. Para mí la principal en este domingo agosteño azotado por los vientos de Levante, ha sido sentarme frente a la monumental escultura erigida en sus aledaños a Francisco Rivera "Paquirri", con ocasión de su heróica muerte en Pozoblanco, y pensar en su autor, el gaditano Manuel de la Fuente, que también allá que fue a reunirse por los ruedos celestiales con su paisano el torero de Barbate.
Ahí está ese imponente monumento, frente a la plaza del Puerto, representando a un Paquirri pletórico dando una larga cambiada de rodillas a un brioso toro. y Ahí quedó plasmada el alma del artista que amaba a su tierra y a la Fiesta, desde su residencia arraigada años atrás en su Venezuela querida, siendo en Mérida, la Ciudad de los Caballeros, donde culminara su vida casi coincidente con su sueño de dejar un legado museístico inaugurándolo en plena conciencia de este excelso artista de que sería lo último que haría en su vida.
Allí estuvimos rodeándole con admiración y cariño, pero embargados por la emoción de la despedida para siempre a un amigo.
La obra de Manuel de la Fuente -artista por los cuatro costados-ha sido ingente y polifacética, siendo su sentir taurino sellado desde las salinas de su plateada Cádiz lo que le inspiró en una producción constante, que queda reflejada magistralmente por el que fuera su mejor amigo, Fortunato González, -el que precisamente ha sufrido en estos días una espeluznante "voltereta clínica" de la que saldrá por la puerta grande- otra insigne personalidad que desde su cátedra de la U.L.A. merideña porta el estandarte de la libertad y justicia para su pueblo, y eleva la causa de promoción y defensa de la Fiesta brava a las más altas cotas de dignidad.
Fortunato González junto a Manuel de la Fuente
Y tras aquella memorable tarde del Museo de Manuel, así lo expresó:
"...Al entrar se consigue la obra taurina, como para que quede sentado de una vez por todas que se trata de un andaluz que echa por delante sus toros, únicos, irrepetibles, con casta y trapío. Si sus manos le han dado la forma, su pasión les ha puesto la bravura. El artista sabe de eso porque lo lleva en los genes. Los toros de Manuel de la Fuente tienen la casta de los Pablo Romero, de los Miura, de los Victorinos, de los Parladé, de los Murube; y acometen con el temple del capote de Juan Belmonte y Luís Francisco Esplá, y la muleta de Enrique Ponce y Morante de la Puebla. Ha sabido perennizar en el bronce toda la casta de una raza que de no ser por la pasión ya hubiese caído víctima de la abulia de estos tiempos globalizantes..."
Juan Lamarca y Manuel de la Fuente
La muerte de Manuel de la Fuente ya quedó atrás pero la huella que nos dejó es indeleble en el tiempo y en el alma. Mirando ésta su obra al torero de su tierra natal, bajo el ondear de banderas sobre los muros de la histórica plaza, se anima el corazón y fluyen los recuerdos de momentos vividos en la acogedora ciudad de Mérida -Santiago de los Caballeros de Mérida en su fundación por héroes españoles- donde el sentido de la amistad de sus gentes es tan natural como el toreo del bueno, y la cultura taurina forma parte intrínseca de su sentir popular y académico, y que en su seno, bajo el Pico Bolívar, adoptó a este gigante del arte como fue Manuel de la Fuente, el hombre cabal de alta sapiencia y valores fundamentales que los irradiaba con su mirada y emanaban de su melodiosa voz.
La rica historia de la Plaza de El Puerto con su alta relevancia en el devenir de la Fiesta, dio lugar a que luciera en el pasillo de la puerta principal, un mosaico con la siguiente inscripción de una frase atribuida a Joselito El Gallo:
"Quien no ha visto toros en el Puerto, no sabe lo que es un día de toros"
Y pensando en nuestro amigo podríamos parafrasear:
"Quien no ha conocido a Manuel de la Fuente, no sabe lo que es un día de arte.."
Pues así fue como volvimos a disfrutar de su arte contemplando la obra de Manuel y recreando su imaginaria conversación mientras llegaban los ecos de los olés y los compases de los pasodobles de la Plaza del Puerto.
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