la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 2 de enero de 2017

DESEOS Y/O PROPÓSITOS Antolín Castro


Espectadores con sus deseos, los aficionados prefieren propósitos para mejorar / Fotografía: La Loma

  • Puestos a imaginar: Tendrán los profesionales el propósito de recuperar la suerte de varas? 
  • Los toreros habrán hecho el firme propósito de la autenticidad a la hora de torear?
  • Los ganaderos querrán mantener la esencia de la casta?
  • Los empresarios apostarán por abrir carteles y confeccionarlos con quien se lo gane en los ruedos?

DESEOS Y/O PROPÓSITOS

España [ 02/01/2017 ] 
Ahora que ha comenzado un año nuevo se puede afirmar que todos han, hemos, alcanzado el reto de no olvidar los deseos y los propósitos para el año recién comenzado.

Pero, aunque se mezclan con demasiada frecuencia estos conceptos, no son lo mismo. En lo taurino tampoco. Un deseo es algo gratuito, sin embargo un propósito es un compromiso que no puede, ni debe, salir gratis. Cuando menos has que empeñarse en conseguirlo.

Especialmente en lo taurino todos tenemos deseos para la nueva temporada y es bueno que se cumplan, a cada cual los suyos. Toreros, ganaderos, empresarios, aficionados, deseos que normalmente van en la dirección que a cada uno le interesa. Dicho así, parece concluir que un deseo está rociado de interés y, por tanto, despojado de que pueda beneficiar a los demás.

Tener propósitos es querer que cambie algo… tras de proponérnoslo, lo que es igual que decir que se necesitará de nuestra aportación. Aquí dudamos mucho más de que se hayan hecho muchos, por lo menos desde las partes profesionales. 

Creemos que para que a los aficionados se les pudieran cumplir sus deseos, tendrían que gozar de que esos deseos formaran parte de los propósitos que se hicieran los profesionales. Los ganaderos proponiéndose criar toros más toros, los toreros haciendo el propósito de renunciar a todo tipo de ventajas, los empresarios ofreciendo el espectáculo en su integridad.

Si los interesados tienen buenos propósitos -también se pueden tener malos y hacer todo lo posible para que se cumplan-, es seguro que los aficionados verían cumplidos sus deseos.

Puestos a imaginar: Tendrán los profesionales el propósito de recuperar la suerte de varas? 
Los toreros habrán hecho el firme propósito de la autenticidad a la hora de torear?
Los ganaderos querrán mantener la esencia de la casta?
Los empresarios apostarán por abrir carteles y confeccionarlos con quien se lo gane en los ruedos?

Esas preguntas, básicamente, son los deseos de los aficionados, a los que sus propósitos solo pueden pasar por ser más exigentes en la plaza o, simplemente, dejar de acudir a ver un espectáculo disminuido. 

Queremos que se puedan cumplir los deseos de todos, pero sin buenos propósitos va ser muy difícil que se beneficie al conjunto del colectivo taurino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario