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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 12 de enero de 2017

Messi y el sentido común / por Juan Manuel Rodríguez



Messi y el sentido común

Juan Manuel Rodríguez
En 2013, con motivo del asunto, Leo Messi se tomó la molestia de bajar a la tierra para reprender al directivo Javier Faus, que por aquel entonces jugaba a ser vicepresidente económico del Fútbol Club Barcelona. El asunto, claro, no era otro que la enésima renovación, ampliación y/o mejora del contrato del jugador argentino. En 2015, Faus pasó a mejor vida deportiva sin que ni siquiera el mismísimo José María Bartomeu, que juega a ser presidente, pudiera echarle una mano: los Messi le habían puesto la cruz y no quedaba más remedio que entregar su cabeza recién cortada y servida en una bandeja de plata. Pero Messi ha ido perfeccionando su método de comunicación con los seres humanos que juegan a ser directivos del Barça y ya ni siquiera hace falta que salte él a la palestra, lo hacen otros en su lugar.

Cuando, nada más llegar en 2014, Luis Enrique dijo aquello tan bucólico y tan irreal de "en mis equipos el líder soy yo", Messi le mandó por delante a uno de sus mensajeros del miedo (Mascherano en aquella ocasión) para hacerle entrar en razón. Y, por si al asturiano, que quería jugar a ser entrenador, no le quedó suficientemente claro, al día siguiente de un partido de Liga en Anoeta, Leo demostró el ruido que era capaz de organizar con un simple gesto, el de no asistir a un entrenamiento por culpa de una gastroenteritis. La gastroenteritis de Messi se contagió primero al técnico, luego a la directiva, más tarde a la afición y después a toda la ciudad de Barcelona, llegando incluso a la Generalidad. A quien le huele ahora la cabeza a pólvora es a Óscar Grau, aún hoy (no se sabe por cuánto tiempo) director ejecutivo del club catalán, que el otro día dijo las que probablemente hayan sido sus últimas palabras: "Con la renovación de Messi, cabeza fría y sentido común".

Como antes hizo con Mascherano, Messi habló ayer a través de Luis Suárez para decirle a Grau que se meta en sus asuntos, que los problemas de Leo no son ni de este mundo ni del suyo y que el sentido común está muy bien para cuestiones domésticas tales como no dejarse el grifo del agua abierto o el gas encendido pero que la mejora del contrato de Messi se hará por lo civil o por lo criminal. Aunque el único tranquilo de toda esta historia es el propio Lionel; anoche clasificó él solito al Barça para los cuartos de final y está disfrutando al apurar la frenada consciente de que es muy probable que, si a Grau no le hacen rápidamente una transfusión de sentido común, lo más probable es que no le vayan a faltar ofertas de trabajo en el futuro. Hay una escena en "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford": Casey Affleck, que interpreta a Ford, descansa en una habitación al lado de Brad Pitt, que hace de James; Affleck cree que Pitt está dormido y va deslizándose de la cama poco a poco, poco a poco, muy lentamente, hasta que Pitt, sin abrir los ojos, pregunta en voz alta "¿Dónde vas?"... Affleck responde: "Al baño". Y Pitt remata: "No, tú crees que sí, pero no". Grau cree que puede ir al baño... pero no.

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