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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 24 de septiembre de 2025

Hughes. Real Madrid, 4 - Levante, 1. Más estrellas que en el cielo


Cayó como una moneda en un estanque de cuento y comprendimos (pero ya lo sabíamos) la condición de estrella total de Vinicius. Vini es Didí intentando triunfar en el Madrid en una temporada de la marmota, como si algo o todos lo evitaran valiéndose de esa odiosa amnesia de olvidar a cada rato lo que ha hecho.

Hughes


En el estadio del muy noble Levante salía el Madrid con una anunciada defensa de 5. Parecía pensado para colocar a de carrilero, pero Valverde siguió en el doble pivote y por la derecha se abrió mucho Mastantuono , a veces Guler . A la hora de defender, Asencio se hacía lateral.

Este Madrid es muy sofisticado porque me pareció que, si miraba a la derecha, el Madrid jugaba con un 4-2-3-1 y si miraba a la izquierda, con un 3-4-3. Esto sería genialidad. ¿Será posible un sistema que no sólo cambie en defensa y ataque sino en una banda y otra?

En cuanto el Madrid tocó un poquito y terminó de asentar su complejidad táctica sobre el también muy noble césped del Ciudad de Levante, empezó a llegar bien, a llegar “profundo”, a “hundir al rival”, que es como se dice ahora. Hundir al rival con jugadores que tienen buen pie.

Los centrales parecían peores que otros días, pero quizás era por la ausencia de Tchouaméni  .

Con el partido aún por delante, el entrenador local, Calero, demostraba la enorme mejoría mímica que han tenido los entrenadores, lo mucho que son capaces de expresar con gestos. Ahora son todos como David Vidal pero con el arrebato articulado.

Mastantuono rondaba el gol tanto como en partidos anteriores. En una jugada de Vinicius llegó al rechace y lo mandó al larguero. Algunos criticarían el fallo, otros elogiarían el haber estado allí. Yo ya expresé mi parecer sobre el jugador: es el más listo de la clase, lo que se decía de Raúl. Pero es más que eso.

Otro que estaba muy bien era Vinicius, su motor ya rugía de otra forma, con otro sonido, como una moto puesta a punto. Su gol llegó pronto.

El Madrid estaba presionando en ataque y eso llevaba el fútbol a un estado de ansiedad, nadie terminaba de hacer algo claro con la pelota, que rondaba el balcón del área levantinista como diciendo: venga, uno, el que sea. Y fue Vinicius, por la derecha, que la coló entre los defensas, el portero y el palo con un toque exterior, pero distinto, una trivela con más puntera o empeine, no sólo de fuera hacia dentro sino un poco de arriba hacia abajo.

Cayó como una moneda en un estanque de cuento y comprendimos (pero ya lo sabíamos) la condición de estrella total de Vinicius. Vini es Didí intentando triunfar en el Madrid en una temporada de la marmota, como si algo o todos lo evitaran valiéndose de esa odiosa amnesia de olvidar a cada rato lo que ha hecho.

Vinicius volvió porque se agarró el escudo y porque bailó una samba. Puede que haya resuelto sus problemas porque era eso lo que quiso y quisimos al principio: un Vini de samba, para la samba, hacia la samba, que lleve el fútbol hacia el baile.

El Madrid estuvo muy bien. Vini y Fran García buscaban el límite en una banda, y Mastantuono en la otra, con su enorme inteligencia de saber estar en los adentros y en las mediapuntas, en las zonas intermedias de todo.

Ojito a Ceballos con Xabi Alonso. Ojito. Esperábamos todos que Xabi tuviera un gran efecto sobre los centrocampistas, pero nos olvidábamos de Ceballos, que siempre necesitó un mentor.

Primer gol de Franco Mastantuono con el Real Madrid

El 0-2 llegó en una contra. Cortó Carreras con un robo-pase, pues no era sólo una intercepción sino también un pase, lo que aceleró la jugada hacia el vértigo del contragolpe. Esto es una clave del Madrid actual. Xabi está forzando una síntesis por velocidad. Los jugadores se comen un paso, se saltan un trámite. Si pueden corta-pasar, se ahorran cortar y pasar.

La contra le llegó a Mastantuono, la condujo, se la quedó, recortó (con su poquito de aguanís) y con la derecha la puso en la escuadra. Un 10 argentino es astro.

Carreras estuvo colosal todo el partido. Roba por anticipación, cosa que también hace mucho Bellingham. Esto puede dar momentos orgiásticos. Carreras ahora mismo no se cambia por Maldini. Es el mejor fichaje del Madrid desde Pirri. Es difícil de creer, invita a pensar que hay gato encerrado. Como central gustó y yo vuelvo a recordar lo camachil en él. Es todo lo Camacho que puede ser un zoomer.

Calero, que tanto había expresado, parecía ya Pepe Viyuela cabreado.

A la vuelta del descanso, el partido estaba ya sin gas, falto de algo. Se fijaba uno en Mastantuono, que tiene cara de estrella joven, con su mentón a lo Kirk Douglas. Alguien me dijo que le recordaba a un primer Carlos Berlanga. Algo hay... Tiene pinta de poder llevar una cinta ochentera en la frente y teclado casio en bandolera.

El Madrid se parece a la película Rebeldes, ésa en la que debutaron Tom Cruise, Rob Lowe, Patrick Swayze, el de Karate Kid, Matt Dillon... cada jugador es una estrella con todo por delante, un liderazgo posible, un póster en la habitación, como si se disputaran, no el puesto, ni el liderazgo del Madrid, sino marcar la historia... Podría ser Mbappé, podría ser Vini, podría ser Bellingham, podría ser Güler, podría ser Mastantuono...

El partido estaba ya para estas divagaciones cuando marcó el Levante por medio de Etta Eyong.

No hubo tiempo para nervios porque Mbappé, que era el que faltaba, arregló el partido en un contragolpe; lo llevó él y cuando pareció arruinarse la jugada, cuando lo colectivo del contragolpe se arruinaba, optó por lo individual, que estiró también hasta el penalti, en el que cayó el central como una trampa de hojas en el bosque.

Lo marcó panenkoide, con más solvencia que otras veces.

Al poco, marcó el 1-4 tras asistencia de Güler, control con el regazo y gol tras vulnerar como una flecha la defensa toda, portero incluido, al estilo ronaldesco.

El Levante lo había intentado, pero se tuvo que rendir. Los jugadores estaban agotados. Todos los futbolistas llevan un corte de pelo parecido, pero en los equipos modestos el degradado capilar inspira otra cosa. Lástima a veces.

El Madrid no dejo de presionar del todo. Los esfuerzos por robar la pelota quizás influyan luego en cómo se juega. Si el compañero se mata por recuperarla, puede que se juegue con mayor responsabilidad. No sólo disciplina la defensa por ejemplaridad. Disciplina también al ataque siguiente.

Empezaron los cambios, entraron Tchouaméni y Bellingham, y cuando se hacían cábalas sobre el once titular con el inglés, Güler se marcó un aquí estoy yo con pases de todas clases. Ve a Mbappé mejor que su madre.

Seguían robando arriba, con vicio ya; llegan como lobos y cada vez que uno falla ha de pedir perdón a la manada.

Vinicius pudo marcar alguno más, pero que lo hiciera o no ya fue lo de menos. Lo importante es que rugía el Jaguar. Vinicius ya está.

Quienes han criticado a Mbappé, a Vinicius o a Mastantuno, tan duramente además, ¿pueden votar? ¿pueden entrar en los campos de fútbol? Si no ven eso, ¿qué ven? ¿cómo van por la vida?

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