Con 18 años, un novillero
LOLO QUINTANA REIVINDICA EL VOLAPIÉ COMO LA SUERTE SUPREMA
Manuel Quintana, está resucitando la suerte del volapié. En las últimas décadas, el volapié era un trámite importante, pero no una suerte del toreo, y por lo tanto, nadie procuraba que sus estocadas tuvieran arte, sino simplemente eficacia, matar a la primera. Hay que ver cómo mataba el número uno, hechas todas las justicias que se merece quien es un número uno.
También es de justicia destacar la gran cantidad de toros que ha matado recibiendo José María Manzanares y lo bien que hacen la suerte Morante de la Puebla y Juan Ortega. Pero la suerte suprema ni la mencionaban los comentaristas.
La forma de ejecutar la estocada, salvando a El Fundi, Uceda Leal, Curro Díaz y algún otro, era muy fea desde que levantaban la espada como si estuvieran en un torneo.
Tuve la oportunidad de ver entrar a matar a Rafael Ortega, a Jaime Ostos, a Paco Camino, a El Viti, a "Zurito" y a "Joselito" entre otros.
Y junto a estas grandes figuras del volapié, quiero mencionar a un principiante, a Lolo Quintana, porque recuerda a los toreros que antes he citado en su forma de ejecutar el volapié, desde que se perfila "recreándose en la suerte" como se decía antes, hasta que "hace la cruz" y sale por el costillar
Lo primero que hay que decir es que para que una estocada sea buena, el torero ha "sentir la suerte", o sea, que el torero ha fe experimentar el mismo sentimiento que dando una buena verónica o un pase natural. Porque la estocada es una suerte de la faena de muleta, la principal, no algo aparte que hay que hacer por obligación. Por ello, lo primero es no "pasarse de faena".
Algunos toreros, como Juan Mora han elegido el momento de entrar a matar cuando la plaza está "hirviendo", como puede observarse en este video.
Esa tarde, Juan Mora le cortó las dos orejas a un primer toro en Las Ventas con sólo dos tandas de tres naturales y el de pecho. A la salida del pase de pecho, el toro "le pidió la muerte", y como Juan Mora llevaba el estoque de verdad, en el mismo sitio donde había dado el pase de pecho lió la muleta, entró a matar, cayó el toro y dos orejas clamorosas en un primero de la tarde por sólo ocho pases con la zurda y un volapié. En el cuarto repitió faena, estocada y trofeos. Más radical aún: Joselito en Sevilla, tras un macheteo a un toro imposible, entró en corto y por derecho y dejó una estocada que le valió una oreja sin haber dado un solo pase convencional, o sea erguido y pasando todo el toro. Esta estocada tuve ocasión de comentarla con el propio Joselito y se sentía orgulloso.
Me llena de satisfacción que estas líneas vengan provocadas por un novillero de Córdoba que está empezando que aún no ha toreado con caballos, Manuel Quintana, que viene matando los novillos como se hacía cuando la estocada se llamaba suerte suprema. Enhorabuena.
Un estrechón de manos, Manuel, y otro para tu padre y tu apoderado Antonio, y besos para tu madre y para Silvia.
Y abrazos para Alfonso, Chiquilín y todos tus seguidores
José María Portillo Fabra, de la Tertulia El Castoreño y del Círculo Taurino de Córdoba
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