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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 21 de septiembre de 2025

Hughes. Real Madrid, 2 - Español, 0. Se está gestando la Gran Diagonal

Nicholas Hoult

'..Mbappé está feliz. Entró al campo agachado escuchando al niño que llevaba de la mano. No sólo crece hacia lo Benzemá, sino también hacia lo Ronaldo. La coge donde sea y se va de uno, de dos, de tres, y expande por el campo una felicidad de saxofonista que ha acabado su solo y escucha el del pianista..'

Hughes

Pura Golosina Deportiva

Gonzalo volvía a nuestras vidas. ¿Un 4-4-2? A veces un 4-2-3-1 con Mbappé, más libre, por delante de él. Podía romper la cosa a un 4-2-4, pero si hay presión, ¿no parece mejor, disculpable, incluso óptimo?

Pero no hubo presión. El Madrid estuvo ordenado, serio, pausado, mirando mucho los esfuerzos.

Hubo un minuto de silencio para el niño Abderrahim, que ha perdido todo. El locutor le llamaba niño Abderramín. El Madrid es la institución más detallista del mundo. Es como el marido perfecto, el yerno ideal. Eso es el Madrid: una institución yerno.

El Madrid borda la globalización porque la globalización se debió quedar ahí, en el fútbol (y...)

El Estadio visto desde fuera volvía a dar miedo y fantasías. Se proyecta en la ciudad como un enigma. ¿Esto qué hace hace aquí? Dentro, todo espectáculo aunque se echaba de menos el sol, el sol de los partidos por la tarde, que le daba al Madrid su brillo especial, su reverberación distinta.

Mbappé está feliz. Entró al campo agachado escuchando al niño que llevaba de la mano. No sólo crece hacia lo Benzemá, sino también hacia lo Ronaldo. La coge donde sea y se va de uno, de dos, de tres, y expande por el campo una felicidad de saxofonista que ha acabado su solo y escucha el del pianista.

Pero lo más impactante del principio, ante el bloquebajo del Español, fue Mastantuono. Se colocaba en la ijada del contrario, en un sitio que ni dentro ni fuera, y demostraba un talento innato para la entrelínea. Sus primeras ideas, fulgurantes, no eran comprendidas del todo por Gonzalo o Carvajal, pero les perdonamos.

El Madrid era ordenado y lógico y los mismos que el año pasado chupaban e intentaban cosas solitarias y absurdas, ahora se esforzaban en combinar incluso demasiado.

Sin Güler, el mejor medio que tenía el Madrid, en cuanto a proyección, era Carreras, que quizás sea también, siendo lateral, el mejor medio que ha dado la cantera desde Parejo. La inteligencia de ese chico tranquiliza. En una España de botarates o de listos con cursiva, qué tranquilidad da ver a Carreras pasar, cortar, mover...

El Español era un buen Español ante un Madrid serio, pero aburrido, sin usar el comodín de la presión alta. Se pasaban la pelota mucho, y así llegó el gol, que no fue consecuencia sino ruptura, pues Militao, como manifestando un hartazgo, cogió la pelota y desde muy lejos la clavó en la escuadra, del modo concluyente en que Indiana Jones zanjaba la cuestión.

Ese gol lo aplaudió Xabi Alonso pero en cierto modo era un gran mentís a todo. A todo lo táctico y colectivo según se desarrollaba.

Vinicius estaba bien pero timidillo aún, se le veía apocado entre el expansionismo de Mbappé y el de Carreras.

A la altura de la media hora hubo una diablura de Mastantuono, con regate, recorte, zigzag en el área; cuanto más arriba más rápido, cuanto menos espacio, más claro y fino su recorte... En la pequeñez asfixiante del bloque bajo, Mastantuono crecía en entorno, se le hacía grande lo circundante. Invierte todo. La jugada no se le hace cuesta arriba sino cuesta abajo, ganando en velocidad y claridad, en rapidez y miniatura...

Mastantuono, con una aceleración que no es de aquí, que trae suya y no debe perder, inició varias diagonales que no acabaron en nada (su no-nada, su algo es el gol) pero que ya anuncian la Gran Diagonal. Ya se oyó la voz de listillo de Maldonado: "Esto es Mastantuono".

Gonzalo falló un gol a pase de Carreras, del que estoy a punto de escribir algo a lo que no me atrevo...

Llegó la pausa de hidratación de este verano eterno y el entrenador del Español decía: "Tened cabeza". El partido era un rollo pero el Español no asustó salvo un balón parado antes del descanso. El Madrid estaba guardando bien su cero.

En el final de la primera parte, Vinicius pudo correr, ser él, se fue por piernas, se autopasó y luego cedió un gol cantado que Mbappé falló.

Pero al volver del descanso, se desquitó el astro sonriente. Se la devolvió. Le computó una asistencia. Vinicius se la volvió a pasar, se le llevó un marcador y desde fuera del área, como si se lanzara un triple, Mbappé la ajustó al palo. Su golpeo era estupendo pero además raro por la hermosura de su gesto. La pierna de apoyo la dobla como un caballo o una supermodelo que cruzara las piernas de modo sublime. Si uno mira bien a Mbappé, los de los demás luego parecen innobles, inferiores.

El Madrid jugaba al trantrán pero un trantrán con tirititá, flamenquillo, feliz, alegre... Mastantuono hizo un control-pase, luego un pase-vaselina, se vio el inicio de su relación con Mbappé, que iba cayendo entre risas por esa parte del campo como un corruptor de menores...

Empezaron los cambios. se fue Gonzalo por Guler. No es del todo serio que Endrick tenga que ver estas cosas... ¿Es Endrick la persona más paciente de España ahora mismo?

Vinicius hacía ya filigranas, iba creciendo en ánimo (su ánimo se mide así) y tuvo un palo tras jugada de Mbappé.

En defensa se vio por un instante, dibujado fugazmente, el anhelado 4-2-2-2 que no pudo ser el año pasado (en la mediapunta: Güler y Mastantuono en ese momento).

¿Y si Gonzalo fue una forma no traumática de darle a Bellingham el puesto de Güler?

Mastantuono no puede caer.

En el 76 se fueron él y Vinicius por Rodrygo y Brahim (que es igual que Nicholas Hoult, el actor de Jurado, la última de Clint Eastwood). Y yo reaccioné apagando la tele.

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