
'..El toreo siempre ha estado muy difícil, pero creo que ahora está más difícil abrirse camino que en los años cincuenta, sesenta, setenta del siglo pasado. Esté o no en lo cierto, la realidad es que ahora hay enorme competencia, no sé si más que en otros tiempos, pero mucha, lo cual es bueno para la Fiesta de los toros, en la que la competencia va implícita, y es uno de los principales alicientes..'
Gran competencia en el ruedo
Rafael Comino Delgado
La temporada está enorme de competencia entre los toreros (matadores de toros y de novillos). Estamos prácticamente a finales de septiembre, mes en el que hay muchas ferias, y casi todos los días nos enteramos de que ha habido alguna cogida, afortunadamente, la mayoría, no de mucha gravedad, aunque algunas han sido muy graves como las de los novilleros Sergio Rollón, en julio, y la reciente de Julio Norte, a los que deseo una pronta y total recuperación, para que pronto estén de nuevo toreando. Menos mal que actualmente las plazas de toros tienen enfermerías muy bien equipadas, y un equipo médico perfectamente cualificado, de lo contrario tendríamos que lamentar más graves consecuencias.
Estoy viendo toros desde hace 75 años, y recuerdo que en las décadas de los cincuenta y sesenta se decía que muchos chavales decidían ser toreros para escapar de la pobreza, lo cual no era verdad, porque delante de un toro no se pone nadie solo por dinero, tiene que haber otra cosa, aunque es verdad que si además de esa cosa, está la necesidad económica, hay que pensarlo menos, se decide más fácilmente. Pero hoy la inmensa mayoría de los toreros, y de los chavales que deciden serlo, pertenecen a familias bien o muy bien acomodadas, y a pesar de ello escogen la profesión de toreros, que es una vocación muy intensa. Saben desde el primer momento que se tienen que jugar la vida cada tarde que se vistan de toreros, y lo asumen, lo aceptan así. Ahora hay en el escalafón, tanto de matadores de toros como de novillos, más toreros que nunca ha habido, se dan menos festejos que en otros tiempos, por eso los toreros salen arreando una barbaridad. Es cierto que el toro de hoy en día es más bravo, tiene más calidad embistiendo, es más noble y más grande, aunque yo creo que se mueve menos, salen algunos, tal vez demasiados, escasos de casta.
Y también es cierto que los chavales aprenden en las escuelas taurinas mucho de la técnica del toreo, que antiguamente lo tenían que aprender a fuerza de volteretas. Hoy sale un chaval de la escuela taurina a torear sin caballos y conoce más de la técnica que antiguamente el que llevaba uno o dos años toreando. Pero sea como sea, haya las diferencias que haya, lo cierto es que se tienen que poner delante de un novillo que realmente es un toro, a veces con solo haber matado tres o cuatro novilladas. En Villaseca de la Sagra hemos visto como chavales con solo tres-cuatro novilladas con caballos se han puesto delante de unos novillos de Cuadri o de otros ganaderos, que hubiesen pasado por toros en las Ventas de Madrid, y a los que les faltaban días, o como mucho un mes para cumplir los cuatro años, y se han jugado la vida con toda sinceridad. Torean una y saben que esa es la única que tienen, por lo que han de salir a morder, como se suele decir, a jugársela, pero de verdad.
Más o menos ocurre algo parecido con los matadores de toros que torean muy poco; les ponen muy de tarde en tarde con una corrida de las llamadas duras, y eso es lo único que tienen. Y si triunfan, la mayoría de las veces no les repiten, no como solía ocurrir en otros tiempos, que tras un triunfo, habitualmente les repetían. Como consecuencia viene, a veces, el atropello de la razón, y el ponerse en un sitio, donde los toros cogen si o si. Las cosas están de esa forma y de esa forma las aceptan, asumiendo que la cogida va a llegar, pero quieren ser toreros, y no es para no pasar hambre, porque hambre no pasan, lo hacen porque tienen sentimiento torero, porque es lo que sienten y quieren con gran intensidad. Saben lo dificilísimo que es llegar, no digamos a figura del toreo, sino solo a poder vivir de su profesión, y también saben que el único camino es arrimarse más que los demás, triunfar todos los días, salga de los chiqueros lo que salga, hay que córtale las orejas, y arriesgan hasta límites increíbles.
Pero es que a las figuras les pasa algo parecido; saben lo que les ha costado llegar a donde están, no quieren perder ese sitio por nada del mundo, y para ello están dispuestos a todo, a salir cada tarde a estar mejor que los compañeros pase lo que pase, porque cuanto no triunfen en tres o cuatro festejos seguidos ya se está cuestionando su valía. Tan es así que las máximas figuras del momento, Morante y Roca Rey, han tenido varios percances esta temporada, que les han hecho perder contratos ya firmados. El toreo siempre ha estado muy difícil, pero creo que ahora está más difícil abrirse camino que en los años cincuenta, sesenta, setenta del siglo pasado. Esté o no en lo cierto, la realidad es que ahora hay enorme competencia, no sé si más que en otros tiempos, pero mucha, lo cual es bueno para la Fiesta de los toros, en la que la competencia va implícita, y es uno de los principales alicientes.
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