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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 29 de diciembre de 2024

CALI 3ª. El toreo habla francés / por Jorge Arturo Díaz Reyes


Sebastián Castella. Foto: Camilo Díaz

Sebastián Castella marcó distancias, y pese a que le birlaron la segunda oreja del primero, salió a hombros. Bolívar cortó una de su último toro en su plaza. Manzanares saludo y Talavante nada. Desfondado encierro de Rincón...

El toreo habla francés

Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/, Cali, Colombia, XII 28 2024
--Gracias a Dios vino Castella --dijo una señora empapada saliendo de la plaza cinco horas después de haber entrado. Cuánta razón tenía. Bajo un tenaz aguacero que puso la corrida en duda, saltó por fin con hora y media de atraso, “Acérrimo” el primero. Sin mucho aparato, como todo el dispar encierro, y como todo él con alegre galope. Así, atacó las cinco verónicas, dos chicuelinas y la revolera que con suave desparpajo le impuso el francés. Pronto y codicioso al caballo, como todo el encierro, empujó en la vara trasera de Reinario Bulla, y en el segundo tercio.

Sin brindis, apoyado en la barrera Sebastián lo esperó como si nada, dejándolo pasar por alto hasta engarzarlo en la primera tanda de redondez, temple y secuencia irrefutables, coronada con el de pecho que puso al personal en modo batiente. Otras tres tandas idem, y la banda reforzó el bullicio.

Todo el mundo alebrestado, menos el torero. Dueño ya de toro, público, pero sobre todo de sí mismo. Cuatro naturales, forzado, cinco naturales, forzado, y el venteño seguía hipnotizado la muleta. Noblemente, sin un dislate, ni un destemple. Hasta el volapié canónico y la espada toda en lo alto que lo rodó en medio del escándalo. Faena corta y rotunda, precisa. La petición fue más ruidosa que pañuelera pues los peticionarios bajo impermeables y paraguas no estaban en uso de sus manos. Eran dos orejas, sobre todo la segunda, que es potestativa del criterio, comprensión y sensibilidad del presidente. Pero su señoría don Luis Balanta la negó, y con ella la Puerta Señor de los Cristales que por tradición requiere las dos orejas de un mismo toro. El matador sin el menor gesto de disgusto la agradeció.

Como si esta desinteligencia hubiese maldecido la tarde, todo, todo de allí en adelante, rodó cuesta abajo. Siguió lloviendo, cayó la noche, y los toros, uno tras otro, salíando con franqueza y brío que luego dejaban en el peto. Llegando a la muleta boquiabiertos, lengua fuera, trastabillantes, claudicantes y defensivos. Pese a que los puyacitos intradérmicos, no fueron sino unito para cada uno. La corrida desforzada no aguantó más de dos tandas. Había que andarle pronto y justo para cerrarles la faena que merecían. Doce, muletazos bien dados a lo sumo. Pero no, sobe que sobe, alargue que alargue, aburra que aburra… y mate mal.

Menos Castella, como dijo la señora. Este Castella de la pospandemia que ha conquistado una madurez espléndida, llena de poso, sabiduría, seguridad y acierto. Da gusto. Cuatro verónicas, tres chicuelinas y dos medias aplacando el inicial hervor del quinto. Y Cañaveralejo con él, más que antes del desafío presidencial. Y la faena, mientras hubo toro, que no fue mucho, fluída y rítmica, hasta el pronto desfallecimiento de “Cazador”. Entonces, los circulares invertidos y el pisarle los terrenos muy adentro no dejó caer la emoción. Un pinchazo arriba y un estocadón sin puntilla cortaron la otra oreja poniendo injustamente las dos faenas al mismo nivel.

De otra parte, Luis Bolívar, entusiasta y aupado por el fervor paisano que asumió la del séptimo como su última brega en este ruedo que le vio nacer para el toreo, recibió un apéndice luego de una faena desarticulada y deslucida por larga echada del animal que hubo de ser coleado y halado de un pitón para reincorporarlo. La estocada fue fulminante y la petición también. A toda una vida, sea.

La elegancia de José María Manzanares, que no más le valió un saludo en el inútil segundo. Los recursos, habilidades y astucia de Alejandro Talavante, no contaron.

Los ocho de Las Ventas, disparejos, aunque bonitos, no fueron nulos. Bravos y nobles en los primeros tercios, no tuvieron patas ni fueye para el último. En el cartel de las figuras, la figura fue Castella.

FICHA DEL FESTEJO

Cali. Sábado, diciembre 28 2024. Plaza de Cañaveralejo. 3ª de feria. Lluvia. Tres cuartos de aforo. Ocho toros de Las Ventas, dispares, bravos y nobles, pero desfondados todos.

Sebastián Castella, oreja con petición de otra y oreja
José María Manzanares, saludo y silencio
Luis Bolívar, silencio y oreja
Alejandro Talavante, silencio tras aviso y silencio

Incidencias. Saludaron: Emerson Pineda y “Chiricuto” en el 2º, y Ricardo Santana en el 7º. Al final del festejo Sebastián Castella salió a hombros

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