Pues eso, ¿qué? Que Sevilla repita la temporada, Madrid supere el buenísimo nivel de asistencia, Valencia suba más, Pamplona siga con el ejemplo de siempre de llenazos y Bilbao, ay Bilbao, que se aleje de la ruina de estos años anteriores.
Y en el 25 ¿qué ?
Ricardo Díaz-Manresa
Después leo estadísticas del 2024 y aparecen buenos datos : más festejos que en el anterior y bastante público en algunas ferias, pero apenas NHY, incluso en las corridas de Roca Rey y tampoco en las de las novedades de Borja Jiménez y Fernando Adrián. O porque no tiene tirón su toreo, salvo para los que escriben o hablan en los medios, o porque apenas son conocidos por el gran público por falta de publicidad y sobre todo de televisión. Y encima otro que puede seguir interesando, quizá algo menos, Morante, toreaba algunas y se quitaba de otras por su enfermedad.
Y para el 25 seguirán acompañando los Talavante, Castella, Perera y Manzanares. Y continuaremos esperando el aldabonazo de Juan Ortega y Pablo Aguado. Y el avance de Borja Jiménez y Fernando Adrián. Y como la esperanza es lo último que se pierde, pues que llegue el triunfo de alguno de los recién alternativados con posibilidades e incluso el salto de los que llevan años queriendo pero no acertando del todo.
Por detrás hay un grupo, alguno de los cuales muy alabado, que se quedan para rellenar huecos pero que no darán nueva vitola a una temporada que tiene que ser fuerte porque los toros tienen cada vez más enemigos y hay que apretar.
Y en cuanto a las ganaderías pues seguirá el dilema de que si son más bravos que nunca. Sí que colaboran más en las faenas, sí que duran más, si que dan más este espectáculo de ahora : más minutos, más muletazos y faenas más largas. Y más temple, pero menos emoción, más parecidos unos con otros. Y cuando no embisten así, pues más aburrimiento e incluso sopor en los espectáculos increíblemente largos.
Antes salía un porcentaje de toros más difíciles y peligrosos y había más emoción, y los buenos no eran en general tan claros. Y cada uno toreaba como podía o sabía o se las arreglaba. Era un espectáculo distinto, más diverso, menos previsible y sobre todo, mucho más emocionante. No sé cómo sería aceptado si volviera ahora en esta nueva y sorprendente sociedad. Y cuál sería la elegida forma de torear.
Ahora se habla mucho de la suerte de varas pero los ganaderos los preparan más para la muleta, como único fin. Que embistan y que duren.
En fin, que el 25 nos traiga una buena temporada, que la tauromaquia avance, que vaya mucha gente a los toros, que tengamos nuevos toreros consolidados, y otros más atractivos y que venzamos a los antitaurinos. O al menos que los paremos. Que nos dejen en paz y que podamos ejercer nuestra libertad. Que parece fácil decirlo pero es cada día más difícil desarrollarlo.
Buen y positivo 2025.
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